La suspensión de La Liga por la crisis del coronavirus ha dejado a los equipos trabajando de forma individual y en sus casas a expensas de lo que decidan UEFA y FIFA para los torneos que se jugarán este verano y que dictará si se podrán completarse los campeonatos nacionales. Todas las plantillas desean volver cuanto antes a la normalidad, aunque hay algunos que todavía no pueden.
En el caso del Real Madrid, este parón ha servido para hacer revisión de lo que ha dado de si la campaña hasta este momento. Aunque el problema que más ha resaltado en el tramo final de la temporada es el de la falta de gol, hay otro que también ha quedado patente en varios encuentros. Mientras la plantilla supera la cuarentena a la que se ha visto obligada por el positivo de Trey Thompkins, el cuerpo técnico sigue dando vueltas a una de las carencias que han encontrado.
Casemiro no tiene un recambio al uso que pueda dar descanso al brasileño o, en caso de lesión, que pueda hacer su papel. El Real Madrid ya está buscando en el mercado una solución a esta carencia de la plantilla. Aunque el mercado de fichajes sigue muy inflado como para acometer cualquier contratación, los blancos no renuncian a poner el dinero que haga falta para encontrar un jugador de su perfil.
El casting del mercado
Hay un nombre por encima de los demás que ha aparecido a lo largo de la temporada. Eduardo Camavinga ha sobre salido hasta el punto de agolpar las miradas de los principales equipos de todo el mundo. El centrocampista francés se ha ganado el cartel de una de las promesas más interesantes de todo el panorama futbolístico mundial y dar el paso a la entidad blanca sería el marco perfecto para confirmar esta circunstancia.
El nombre de Fabián Ruíz también ha aparecido, aunque no es un pivote al uso. El español del Nápoles parece destinado a salir en poco tiempo de la ciudad italiana y España parece que le guarda un lugar entre los grandes equipos. Su vínculo con el Real Madrid es notorio y público desde que empezó a sobresalir en el Betis. La experiencia en Italia está haciendo de él un futbolista mejor y sería una contratación muy valiosa para los blancos.
El comodín Pogba sigue estando. El hecho de que Zidane sea un enamorado del centrocampista del United le da papeletas aunque sus lesiones y su elevado coste sigan siendo grandes problemas para completar su fichaje. El campeón del mundo quiere volver a la élite por la puerta grande y coger los galones del centro del campo del Real Madrid sería su confirmación como uno de los grandes jugadores de este siglo.
Una opción más económica
El cambio de sistema es una elección más asequible. Aunque el Madrid ha demostrado en determinados momentos que jugar sin pivote le supone un problema, jugar con cuatro jugadores en el centro del campo que le aseguren la posesión del balón podría ser una medida para paliar este problema. El mejor fútbol con Zidane ha llegado en el momento en el que les dio las llaves del equipo a sus centrocampistas, así que el 4-4-2 podría ser el sistema adecuado para ello.
Fede Valverde no se ajusta bien a ese pivote y necesita de alguien más al lado para poder cumplir con el cometido defensivo. Además, si juega tan atrasado, el uruguayo pierde otras virtudes ofensivas que ha demostrado esta temporada. El doble pivote con Toni Kroos y la compañía de dos interiores más dentro de la amplia amalgama de posibilidades que tendrá el técnico la próxima campaña sería ideal para controlar los partidos.
Este parón del Covid-19 le va a servir a la secretaría técnica y a los preparadores para debatir sobre la necesidad de incorporar o hacer matices para subsanar este problema. Si finalmente regresa la competición, Zidane y compañía tendrán una nueva prueba seguramente para encontrar una vía a esta circunstancia que se ha abierto durante la temporada.
[Más información: La revolución en el centro del campo del Real Madrid: 'overbooking' para la temporada 2020/2021]