Mino Raiola lanzó la bomba hace ya unas semanas: quería colocar a uno de sus futbolistas en el Real Madrid este verano: "Tengo una gran esperanza de que algún día pueda llevar al Real Madrid a un grandísimo futbolista. Ahora tengo a Areola, pero es una operación a medias porque es un préstamo".
El polémico agente italiano ha tenido sus idas y venidas con la entidad blanca, pero últimamente parece que el giro es para bien y ha admitido que suele mantener contacto con José Ángel Sánchez, mano derecha de Florentino Pérez y voz autorizada dentro del club de Concha Espina en materia de fichajes.
Sin embargo, Raiola no tendrá nada fácil alcanzar este objetivo. La situación económica no invita al optimismo. Aquellos fichajes que superaban los 100, e incluso los 200, millones de euros parecen ser cosa del pasado, al menos por el momento. En tiempos de coronavirus toca apretarse el cinturón.
Fueron estas palabras de Mino Raiola las que pusieron en órbita a De Ligt. El central ya fue protagonista hace unos meses del mercado por el interés de varios de los grandes de Europa, entre ellos el Barcelona, y acabó firmando por la Juventus de Turín.
Lo cierto es que durante mucho tiempo se vio a De Ligt vistiendo la elástica blaugrana y compartiendo vestuario con De Jong, quien sí cambió el Ajax de Ámsterdam por el Barça. Pero acabó poniendo rumbo a Turín para jugar al lado de, precisamente, un ilustre en la historia del Real Madrid, Cristiano Ronaldo.
De Ligt apunta a quedarse en la Vecchia Signora más allá del final de la próxima temporada, sea cuando sea esto. De hecho, desde Italia diversas informaciones apuntan a que su traspaso en la ventana de transferencias que se avecina es inviable porque desde la Juventus se van a remitir a su cláusula de rescisión, que ronda los 150 millones de euros.
El central del futuro
Lo que es incontestable en estos momentos es que De Ligt es el central del futuro y es por eso que se le coloca en la órbita del Real Madrid. Por juventud y proyección encaja en los planes blancos, pero ahora es imposible por dinero (la Juve se remite a su cláusula) y porque Varane y Sergio Ramos son indiscutibles en estos momentos en la casa blanca.
Otra cosa será en dos años cuando el capitán se acerque a los 35 y su carrera enfile el ocaso. Entonces De Ligt sí que podría acabar vistiendo la elástica merengue en el Santiago Bernabéu para coger el testigo de uno de los centrales más grandes de la historia del fútbol español y de todos los tiempos en general.
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