El Real Madrid estaba peleando esta temporada contra viento y marea por dos títulos. A pesar de la derrota ante el Manchester City, la sensación de la remontada quedó en el ambiente tras la victoria ante el Barça. De hecho esto situó al equipo en lo más alto de la tabla, aunque después la derrota en el Benito Villamarín volvió a situar a los blancos por detrás. Pero todo esto lo estaba consiguiendo sin demasiado acierto hacia la portería.
75 goles en 39 partidos, menos de dos por partido y aún así tenía por delante todas las posibilidades del mundo para terminar la campaña en Cibeles. La plantilla y Zidane estaban haciendo una auténtica labor de supervivencia. Algunas lesiones estaban impidiendo que el ataque tuviera todos los refuerzos posibles. De hecho, el único título de la temporada se ganó desde el centro del campo y no desde el ataque.
A pesar de que el equipo iba en progresión después de que el año pasado sufrieran mucho en esta zona del campo, la entidad no se puede permitir una temporada más sin olfato goleador. Aunque Karim Benzema sea una institución en la entidad blanca después de una carrera más que exitosa, el francés no puede gestionar todo el gol del equipo en una temporada entera.
Benzema, solo ante el peligro
No es una casualidad que se hable de Kylian Mbappe, de Harry Kane y de Erling Haaland. El equipo necesita una solución a esta crisis deportiva a nivel anotador. Esos tres nombres que están encima de la mesa, con predilección por el noruego y el francés, añadirían una gran suma de goles a una plantilla necesitada de recursos.
El único jugador de la plantilla que supera los 10 goles a estas alturas del curso en las que se quedó la temporada antes del parón por el coronavirus era Benzema. Después llega en la tabla Sergio Ramos, con siete, un Rodrygo inesperado con la misma cifra, y los dos escuderos del centro del campo, Kroos y Modric, con cinco cada uno.
En el momento en el que el francés bajó un poco su rendimiento, la plantilla sufrió muchísimo para sacar los partidos adelante. A pesar de la victoria ante el Barça en el Santiago Bernabéu, el batacazo ante el Manchester City y la posterior puntilla ante el Betis encuentran su gran razón en esta falta de olfato goleador.
Dónde fallaron las cuentas
Aún así, hay motivos para creer. El factor Eden Hazard será fundamental para darle la vuelta a esta estadística. Las lesiones del belga han impedido ver su mejor versión este año y el parón por el Covid-19 le ha dado una nueva oportunidad para poder regresar.
La adaptación de Jovic también ha sido un problema para encontrar una solución desde el banquillo. El futuro del serbio es una incógnita, pero puede ser una vía para darle la vuelta a la falta de gol, ya sea con su continuidad o con un cambio de cartas que facilite la llegada de otro delantero.
Y la tercera pieza del puzzle está en la figura de Gareth Bale. Cada temporada hay un debate sobre si apostar sobre un más que evidente potencial goleador es rentable mientras el resto del año deja dudas, no es tan determinante y no aporta. Un cambio de actitud o dejar su hueco a otra perla marcará el devenir de las próximas temporadas del club blanco.
Estos tres nombres no han cumplido con las expectativas goleadoras, pero los que sí están apareciendo son los destinados a hacer dorado el futuro del Real Madrid. Rodrygo es el tercer máximo anotador de la temporada, cuando no se le esperaba para este primer año en el equipo, y Vinicius empieza a aparecer en los partidos importantes.
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