La fortaleza mental y psicológica de un futbolista marca su trayectoria en el Real Madrid. Para defender el escudo blanco no vale con ser bueno técnicamente, también tienes que tener la cabeza en su sitio y aguantar una presión mediática sin igual. Ser miembro de esta plantilla es una experiencia por la que miles y miles de jugadores que sueñan con ello, nunca cumplen.
Esto se multiplica infinitamente si quieres ser un líder y marcar una época en el Real Madrid. Y Thibaut Courtois se ha empeñado en serlo. El portero quiere dejar atrás todas las polémicas que siempre le han rodeado, coger la bandera del mejor club de la historia y pasar a la historia como uno de los mejores porteros que ha visto el Santiago Bernabéu.
El guardameta ha confirmado esta condición en su última entrevista en Bélgica, donde ha dejado claro que sus tiempos siendo "el transparente" han quedado atrás y "el muro" ha llegado para quedarse. "El Madrid para mí, creo que para todos, es el mejor equipo del mundo, y eso siempre genera presión. Vienen de ganar tres Champions seguidas. Lo sabía desde que llegué, por eso supe mantener la calma, porque sé de mi valía y de mis cualidades. Tuvieron que tragarse sus palabras", explicó el belga.
Una llegada difícil
Courtois llegó a Concha Espina bajo la sombra de Keylor, el guardameta que ha cerrado uno de las mejores décadas de la historia blanca con la consecución de cuatro Champions League, siendo protagonista en tres de ellas. Ese primer año no fue sencillo. No estaba quedando constancia del portero que demostró ser en Inglaterra y que permitió al Chelsea reinar en la Premier League.
Aunque se olvidó rápido su pasado rojiblanco, el debate en la portería era constante y lo que era inconstante era su nivel. Los roles entre Keylor y él no estaban claros, a eso se le sumaba algunas polémicas fuera del campo que no ayudaban. Probablemente esa transición que comenzaría el Real Madrid la temporada pasada no fue el momento más ideal para comenzar una etapa.
Por si fuera poco, eliminación en Champions con humillación del Ajax y descolgados de La Liga. Año en blanco. La llegada de Zidane supuso la apuesta definitiva por él. El francés le mimó, Keylor se fue y la portería sería suya. Era una clara declaración de intenciones, él tendría que ser parte del futuro de la entidad de Chamartín y tendría que dar un paso adelante.
Cambio de mentalidad
Tampoco fue sencilla la primera parte de la temporada. El peso de la portería blanca no está hecho para cualquiera. Le costó hasta el punto que se llegó a insinuar que Areola tenía que ser titular. Ya lo decía Roberto Martínez en este mismo medio, "lo fácil era tirar la toalla".
Pero no, se la echó al hombro, como al equipo, apareció en algunos encuentros siendo salvador, ha provocado que el Real Madrid haya salido ganador del duelo particular entre los blancos y el Barça en La Liga siendo responsable principal y piensa poner todo de su parte para que en el regreso del fútbol tras el paso del coronavirus el Real Madrid luche por el título liguero y la Champions League.
Aún le queda para ser un líder en el Real Madrid, pero poco a poco se va ganando el respaldo de la grada. Parada a parada y palabra a palabra, Courtois coge galones en la entidad blanca para ser uno de las cabezas visibles del nuevo proyecto. El belga también empieza a sentir, primero la responsabilidad y después el respaldo. Esta cuestión provoca que el portero alce la voz ante la que sería una injusticia como el hecho de no poder terminar esta temporada.
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