En el año 2001, Michael Owen fue nombrado como el mejor futbolista del mundo al ganar el Balón de Oro. Para hacerse con el prestigioso galardón, el inglés cuajó una notable temporada con el Liverpool, con el que ganó en la 2000/2001 tres títulos domésticos, la Copa de la UEFA y la Supercopa de Europa.
Estos logros le llevaron a hacerse con el trofeo dorado, pero muchos aún ponen en duda si el ganador de aquel año debería haber sido el español Raúl González Blanco en lugar de él. El futbolista del Real Madrid se quedó en segunda posición, pero todavía hoy se recuerda como uno de los Balones de Oro más polémicos.
En una entrevista para FourFourTwo, Owen, último jugador inglés en ganar el Balón de Oro, ha asegurado que él no ha recibido el mismo crédito que otros ilustres poseedores de este galardón: "Creo que no tengo el tipo de crédito que otras personas obtendrían por ganar el Balón de Oro. Nunca ha sido tan importante en nuestro país. Cuando estuve en España me dijeron que era un héroe por ello".
El futbolista debe ser ambicioso
Sus éxitos con el Liverpool le llevaron a fichar por el Real Madrid, aunque en el Santiago Bernabéu no tuvo mucha suerte. Sin embargo, Owen tiene claro que no se debe pensar en el pasado o en lo que se ha ganado, sino que se tiene que tener ambición por seguir cosechando éxitos.
"Pensar en lo que acabas de ganar es un signo de debilidad. Los que son muy buenos o muy buenos a largo plazo tienen que ser ambiciosos. Tiene que convertirse en una obsesión. No se trata de disfrutar con ganar algo, sino del dolor de ver a otro coger lo que debería ser tuyo", ha reflexionado Michael Owen.
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