Nuevo 20 de mayo y ya van 22. Esa noche en Ámsterdam tiene un lugar privilegiado en el recuerdo del madridismo. Después de 32 años el Real Madrid volvía a levantar una Copa de Europa. La primera en color. Lorenzo Sanz, Jupp Heynckes y una generación muy talentosa hicieron posible que muchos aficionados que no sabían lo que era ganar una Champions por fin pudieran saborearlo.
La Séptima no es una más de las 13 Champions. Gran parte del madridismo actual vibró especialmente con la consecución de ese triunfo sobre una Juventus que aterrorizaba a toda Europa. Zidane, Del Piero, Deschamps... Probablemente ese equipo, uno por uno, era superior al Real Madrid. Económicamente no había color. Pero el blanco aprovechó su ocasión, Predrag Mijatovic hizo el gol definitivo y el entorchado europeo viajó hasta la capital de España.
Hay un jugador de esa final especialmente olvidado. Poca gente recuerda quién fue el primer cambio que hizo Heynckes. Corría el minuto 80 del partido y el alemán llamó de la banda a Jaime Sánchez. El joven canterano estaría algo más de 10 minutos sobre el campo para aguantar el resultado que imperaba en el marcador. El centrocampista gozó de lo que supone disputar una final de la Champions, aunque a algunos aún les parece sorprendente.
Jaime (Alcalá de Henares, 1973) fue uno de los canteranos más ilustres de aquella generación de la que salieron Fernando Sanz, Guti, Dani García Lara, Álvaro Benito y Raúl González. Después de aquello pasó por Deportivo de La Coruña, Racing de Santander, Tenerife o Albacete y, actualmente, es el entrenador del equipo juvenil de la entidad gallega. Mientras da sus primeros pasos en el mundo de los banquillos, Jaime atiende a EL ESPAÑOL para rememorar cómo fue aquel día y lo que supuso la consecución de La Séptima tanto para el madridismo como para su carrera.
20 de mayo, Ámsterdam, el momento más feliz de tu vida seguramente...
No cabe duda. Fue un año cargado de emociones. Volví del año de cesión en el Racing al equipo en el que me crié y participé de modo activo durante la temporada para conseguir ese ansiado trofeo que todos los madridistas querían. Como para que no fuera especial.
En el ambiente había presión
Sí porque el año había sido bastante irregular. Empezamos ganando la Supercopa de España al Barcelona, en La Liga no estuvimos bien y todo nos lo jugábamos a una carta. Sí que es verdad que estábamos en un buen momento, pero nos enfrentábamos al mejor equipo de Europa de los Zidane, Del Piero y compañía.
En la Champions solo perdisteis un partido en toda la competición y el Bernabéu fue un fortín en las eliminatorias contra los alemanes
Llevamos una trayectoria bastante inmaculada hasta la final. Quitando ese pequeño resvalón con el Rosenborg, habíamos demostrado una solidez que nos hacía pensar que íbamos en buena línea. El equipo estaba muy metido en la idea de que esta era una oportunidad única.
Tú eras un novato en esa plantilla, ¿cómo fue para ti esa temporada?
Muy especial. Al principio tienes la incertidumbre de si vas a participar o no. Luego cuando te dicen que vas a ser parte de ese plantel superlativo, uno se siente un hombre muy afortunado. Yo era un chico de la cantera, de Alcalá de Henares concretamente, ser parte de esa plantilla era increíble. Estaba siendo uno más en algunos partidos. Era un sueño que se hacía realidad.
¿Cómo era la relación con Heynckes?
Era muy cercana. Nos exigía mucho, propio de esa filosofía alemana. Pero a la vez tenía una empatía a la hora de pedirnos el máximo. Conmigo contó muchísimo. Le estoy muy agradecido. No era nada fácil poner a un chaval a jugar y darme esa oportunidad en algunos partidos jugando en posiciones en las que no estaba acostumbrado.
"Ver la cara de los compañeros, ver esa confianza y esa personalidad que tenían, te transmitían tranquilidad. Pero, jugar una final contra un grandísimo rival, te pone nervioso. Pero el equipo estaba muy metido y muy concentrado"
Es que ese centro del campo con nombres como Redondo, Karembeu, Seedorf... no te lo ponía nada fácil
Era un equipo superlativo con jugadores de una calidad sublime y una personalidad tremenda. Eso hacía que el hecho de poder participar y poner mi granito de arena fuera más satisfactorio. Todos teníamos en mente ser uno, ese era nuestro gran valor. Lo demostramos con esa Champions League.
¿Cómo viviste los momentos previos a esa final? ¿Qué te transmitía tu entorno?
Con cierta tensión, la verdad. Ver la cara de los compañeros, ver esa confianza y esa personalidad que tenían, te transmitían tranquilidad. Pero, jugar una final contra un grandísimo rival, te pone nervioso. Pero el equipo estaba muy metido y muy concentrado en todo momento, eso me dejaba tranquilo entre comillas.
¿Cómo recuerdas el día?
De forma muy especial. Desde los prolegómenos en los que todos teníamos ganas de que llegase la hora y demostrar que estábamos capacitados para ganar la Champions, hasta el momento del pitido inicial. En la primera fase la Juve salió muy fuerte, luego el equipo empezó a ser el que siempre fue. Luego con el pitido final la alegría fue máxima en todos los sentidos. Primero, porque habíamos luchado durante mucho tiempo por intentar lograr el objetivo y, sobre todo, por hacer feliz al madridismo que se lo merecía.
Descanso del partido. Cero a cero en el marcador. ¿Cómo recuerdas ese momento en el vestuario?
En esos momentos el equipo tenía tanta personalidad que cada uno sabíamos lo que teníamos que hacer. Había que seguir igual de equilibrados en ataque y en defensa, pero sobre todo tener la misma solidez a nivel mental para afrontar cada minuto como si fuera el último.
Minuto 66, gol de Mijatovic. El banquillo estalló.
Sabíamos que enfrentarnos a un rival como la Juve, italiano pero con una calidad que podía desiquilibrar el partido en cualquier momento, iba a ser un partido muy ajustado. El que aprovechara su ocasión, iba a tener mucha ventaja. Nosotros la aprovechamos. Encima lo hizo un jugador como Mijatovic que había hecho una temporada tremenda, se merecía ese gol. La alegría fue máxima.
Cuando llegan los minutos finales y te llaman del banquillo para entrar mientras calentabas, ¿qué se te pasó por la cabeza?
Se te pasan muchísimas cosas. Sobre todo, imágenes de todo lo que has vivido para poder lograr ese sueño. Todas las horas de entrenamiento, el trabajo de tus padres llevándote todos los días al campo, dejar muchísimas cosas de lado... Pero, sobre todo, lo que pensaba era que saltase al campo y que acabara cuanto antes el partido y que acabase con el marcador con el que entraba.
Y acabó así y llegó la celebración
El madridismo se quitó un peso de encima. Vimos la alegría de todos los aficionados disfrutando de algo con lo que tanto se soñaba, una Champions League en color. El equipo siguió siendo esa piña que había venido siendo y disfrutamos del éxito juntos.
¿Cómo fue aquella noche?
Fue una noche cargada de sensaciones. El equipo no había pensado en celebraciones. Menos mal que salió aquellas famosas botellas de champán que nos dio la Juve. Dentro del vestuario había una alegría máxima. Aunque pensábamos que podíamos ganar, la sensación de haberlo conseguido fue muy especial. Fue un momento muy bonito.
"Lorenzo Sanz era como un gran padre para todos. Por suerte tengo una gran relación con sus hijos. Hemos estado en la cantera, hemos subido juntos y vivimos esa Séptima por suerte. Era un padre que nos ayudaba en todo momento a toda la plantilla"
Este año recordamos esa Séptima con la amargura de la pérdida de Lorenzo, fue su gran noche
Está claro que fue su gran noche en todos los sentidos. Lorenzo Sanz era como un gran padre para todos. Por suerte tengo una gran relación con sus hijos. Hemos estado en la cantera, hemos subido juntos y vivimos esa Séptima por suerte. Era un padre que nos ayudaba en todo momento a toda la plantilla. Fue el que reunió ese elenco de jugadores y nos unió. Todo el mundo tenemos un recuerdo entrañable hacia él porque es el máximo artífice de ese objetivo cumplido. Él, como muy madridista que era, correspondió esa pasión con ese éxito.
¿Cómo era esa relación personal con él?
Siempre tenía una buena palabra en los momentos complicados para que no bajáramos los brazos. Para todos era una persona muy cercana. Todos los jugadores de esa plantilla tienen buenas palabras hacia él. Eso quiere decir mucho de su legado. Nosotros, especialmente, éramos jugadores que veníamos de la cantera. Dani García Lara, Koke Contreras, Fernando Sanz, Guti, Álvaro Benito... Nos hemos criado con la ilusión de conseguir esa Champions y tuvimos la suerte de juntarnos y disfrutarlo.
Has resaltado mucho el gran elenco de jugadores que había en esa plantilla, ¿tienes la sensación de que tú eras el más discreto, el que pasaba más desapercibido de todos?
Sí, siempre me caractericé por esa discreción. Siempre he sabido cuál era mi rol, aportaba mi granito de arena y trabajaba al máximo para ayudar en todo lo que pudiera. Me siento orgulloso de ello. Todos los compañeros me tuvieron respeto por mi trabajo. También por eso estoy agradecido a Jupp. Apostó por un jugador desconocido que venía de la cantera y de estar en el Racing. Siempre me respaldó. Un hombre con su carrera confiaba en mi. Aunque a la gente le choque mi presencia en ese partido, también es el reflejo del trabajo de la cantera. No se habló mucho de esa generación, pero eramos muy buenos y fue una de las más representativas.
Muchos jugadores de esa generación están dando un paso más en su carrera. Morientes es el último en saltar a la palestra y parece un candidato sólido a reemplazar a David Aganzo en AFE, ¿está preparado para ese paso?
Yo lo veo bien. Es un tío preparado, ya lo era entonces. Tiene una gran formación en todos los sentidos. Es muy empático con todo el mundo y eso le legitima para ser una figura en el fútbol español. Dependerá de muchos factores, pero ya ha demostrado tanto en su trayectoria como con el trato individual con cada jugador que hace que todo el mundo tenga una buena relación y hablen maravillas de él.
Iker Casillas también se postula para la Federación, ¿también lo ves preparado?
Después de la dilatada trayectoria que ha tenido, donde se han formado en esas estructuras, hace que esté preparado. De ahí, a que llegue a ese puesto, depende de muchos factores. Tanto Iker como Fernando, que saben lo que es vivir en un entorno de alto estatus, no cabe duda de que están preparados.
[Más información: La Champions de los Sanz 22 años después de La Séptima: "El teléfono de mi padre era el 200598"]