El 31 de mayo de 2010 el Santiago Bernabéu vivía uno de esos días especiales. La expectación era máxima en los alrededores del coliseo blanco y 200 periodistas se daban cita en la sala de prensa. A las 13:00 horas, Jorge Valdano, por aquel entonces director general, comparecía junto a José Mourinho para comenzar la presentación del técnico portugués.
'The Special One' no era del gusto Valdano y su mala relación acabaría con el cese del argentino solo un año después. La convivencia de ambos era imposible y Florentino Pérez se inclinó, acertadamente como demostrarían los resultados después, por dar más poder a Mourinho.
El entrenador milagro de Oporto, Chelsea e Inter de Milán llegaba al Real Madrid tras conquistar la Champions y el triplete con este último equipo. Mourinho, fichado antes de la final de la máxima competición continental que enfrentó al conjunto italiano con el Bayern, tenía la misión de devolver al club más laureado del mundo a su lugar habitual.
Y lo consiguió. Mourinho fue el antídoto perfecto para el Barcelona de Guardiola. Cuando aterrizó en la capital de España, el Real Madrid acumulaba seis años sin pasar la ronda de octavos de final en la Champions. Una crisis a la que Pellegrini no logró poner fin a pesar del gasto en fichajes como Cristiano Ronaldo, Kaká, Benzema o Xabi Alonso.
En alguna ocasión hablé de José en términos agresivos
El chileno fue la elección de Valdano para el banquillo en el regreso de Florentino Pérez a la presidencia. Sin duda, el argentino se confundió. Lo primero que hizo 'El Ingeniero' al llegar al Real Madrid fue marcharse de vacaciones. Una decisión que causó un gran enfado en la entidad y que terminó por marcarle en la temporada que duró en el Santiago Bernabéu.
Mourinho era lo opuesto a Pellegrini y Valdano. El luso era sacrificio, trabajo diario y batalla. Además, su gesta en el Camp Nou meses antes, con aspersores incluidos, le hizo caer de pie en el Santiago Bernabéu al impedir que el Barcelona disputara en el estadio madridista toda una final de Champions.
En una rueda de prensa muy esperada, Valdano 'reconoció' sus errores con Mourinho durante su etapa como comunicador. "En alguna ocasión hablé de José en términos agresivos", afirmó. Era una paz artificial, ya que el que fuera director general nunca cambió su opinión sobre el técnico.
Si no tenemos respeto defenderé a mi grupo sin ningún problema
La forma de trabajar de Mourinho era muy particular. El luso no aceptaba injerencias de la prensa en el vestuario y ya avisó en su primer día en el Real Madrid: "No soy un provocador, soy un trabajador y quiero respeto. Si tenemos respeto perfecto, si no lo tenemos defenderé a mi grupo sin ningún problema". El preludio de una guerra que se extendería durante los tres años de su etapa.
Si un técnico fue vilipendiado y atacado por todos los flancos, ese fue Mourinho. El clima de tensión en las ruedas de prensa es el mayor que jamás se haya vivido. Por encima aún de las de Toshack en su momento y similares a las de Javier Clemente en la Selección.
Revolucionario y arquitecto
En lo estrictamente deportivo, Mourinho llegaba con un 4-2-3-1 como sistema que mantendría en sus años en el banquillo del Santiago Bernabéu. Eso sí, capaz de adaptarse a cualquier situación y de 'agitar el árbol' cuando algo no funcionaba.
Para Mourinho el equipo madrileño fue el cenit de su carrera. Siguió ganando después en su regreso al Chelsea o en el Manchester United, pero nada fue igual para el portugués tras pasar por el club blanco. Suya es la frase: "Lo bonito, bonito, bonito es ganar con el Real Madrid".
En tres temporadas logró una Liga, la de los récords de puntos y goles, una Copa del Rey y una Supercopa de España. Puede parecer un bagaje menor, pero a ello se añade el hecho de haber terminado con el mejor Barça de la historia y de haber puesto la base para el Real Madrid que arrasaría en Europa después.
'La Décima' tenía el nombre de Mourinho escrito, sin embargo el destino le sigue 'debiendo' una Champions con el Real Madrid. Tres temporadas, tres semifinales y tres decepciones. Dortmund, en dos ocasiones, y el Bayern se cruzaron en su camino a la gloria absoluta.
Éramos el mejor equipo de Europa en 2012
Para el recuerdo, por la forma cruel y porque no había equipo que pudiera parar a aquel Real Madrid, la tanda de penaltis contra el Bayern en 2012. El equipo de Mou había dado la vuelta a la eliminatoria cuando Pepe cometió un absurdo penalti que provocó un giro inesperado de los acontecimientos que dejó tocado a un conjunto blanco que terminó firmando la 'lotería' desde los once metros.
En la tanda, expertos lanzadores como Cristiano Ronaldo, Kaká y Sergio Ramos fallaron y el Bayern eliminó a los de un Mourinho que vivió su derrota más dura en el Santiago Bernabéu. El portugués y su cuerpo técnico aún hoy dan vuelta a ese partido. "Éramos el mejor equipo de Europa", siguen afirmando con una mezcla de dolor incurable y de tremenda decepción.
Con Mourinho, el Real Madrid volvió a ser grande en Europa. En 2010, cuando el luso toma las riendas, el conjunto blanco no era ni cabeza de serie en el sorteo de grupos de la Champions. Tres semifinales consecutivas y, sobre todo, la base del equipo que levantaría cuatro 'Orejonas' en cinco años.
Nada se entendería de esta época dorada sin el trabajo anterior de Mourinho. Así se lo siguen reconociendo a día de hoy en las máximas instancias del club al portugués. De hecho, se pone a 'The Special One', o 'The Only One' como se 'autobautizó' después, en el escalón más alto de todos los entrenadores que han pasado por la entidad.
Traiciones y desencuentros
La 'era Mourinho' terminó en 2013 con una final de Copa perdida ante el Atlético en la prórroga y en el Santiago Bernabéu. La etapa ya estaba finiquitada. El desgaste del luso era mayúsculo tras una guerra infinita con la prensa y después de haber perdido el favor de Cristiano Ronaldo durante la última temporada.
Especialmente tensa, por describirla de alguna forma, fue su relación con Iker Casillas. Mou se sintió traicionado por el portero tras los tensos enfrentamientos con el Fútbol Club Barcelona. Además, el guardameta y capitán se había alejado de su mejor nivel y Diego López terminó quitándole el sitio.
Dolorosa para Mou fue la 'traición' de Pepe. El entrenador había sido el mayor defensor del central cuando fue vilipendiado por prensa y rivales, pero no encontró el mismo respeto y ayuda en su última campaña. El defensa pasó al ataque contra el técnico cuando un joven Varane le adelantó en la rotación y sabía que la etapa de su compatriota llegaba a su fin. El José más personal, más humano, jamás perdonará a Pepe el sentirse vendido como Jesucristo por Judas.
Mourinho dejó en el Real Madrid una cultura del esfuerzo y de la defensa del club por encima de todo que aún por hoy persiste. El 'mourinhismo', bien entendido, se extendió por la afición y de 2010-2013 muchos vivieron su madridismo más intensamente que nunca.
Del trabajo de Mourinho se aprovecharon después Ancelotti y, en menor medida ya, Zidane para ganar cuatro Champions en cinco años. El portugués se quedó sin el premio gordo de la Copa de Europa, pero fue la revolución que necesitaba el Real Madrid en uno de sus momentos deportivos más delicados.
Quizá el fútbol no haya sido justo con Mou tras su paso por la capital de España. Viendo el palmarés del luso y el del Real Madrid en los últimos 7 años se puede decir que al club blanco le ha ido mejor que al entrenador tras la separación de 2013, pero no por ello se puede dejar de reconocer la importante labor que realizó.
El miedo será de quien tenga que jugar contra el Real Madrid
Mourinho también dejó huella en algunos de sus jugadores, especialmente en Xabi Alonso y Arbeloa. El primero ya es entrenador de la Real Sociedad B y el segundo debutará como técnico la próxima campaña en las categorías inferiores del Real Madrid.
Esa manera de entender el fútbol y la vida sigue latente en ellos y también en un Aitor Karanka que comenzó su carrera en solitario tras terminar su etapa de ayudante del luso en el Real Madrid. Mourinho, a su manera, es también una fábrica de entrenadores.
Una década después, el recuerdo de Mourinho sigue vivo en el Real Madrid. Además, su nombre ha sido utilizado a modo de 'hombre del saco' para despertar a la plantilla en momentos complicados. Como El Cid, Mourinho gana batallas hasta después de 'muerto'.
El entrenador de la revolución, el inagotable Mourinho, terminó su primera rueda de prensa en el Santiago Bernabéu con la siguiente frase: "El miedo no será nuestro sino de quien tenga que jugar con el Real Madrid". JMTR.
[Más información: José Mourinho: "Mi Real Madrid era el mejor equipo de Europa"]