Sí, era una Liga de cuenta atrás. Sí, era un tramo en el que el físico se iba a imponer. Sí, era un final exprés en el que la intensidad iba a ser fundamental. Pues Luka Modric ha demostrado eso y más. El jugador croata del Real Madrid se ha impuesto al qué dirán y ha demostrado que está en un momento extraordinario y está siendo líder del equipo en muchos momentos de los partidos.
Zidane está contemporizando su tiempo sobre el césped porque sabe que gran parte de las opciones del equipo pasan porque el centrocampista se cuide lo necesario y llegue en el mejor momento a cada encuentro. Pieza clave en gran parte de sus éxitos, el francés sabe mejor que nadie lo que supone su rol porque por algo son jugadores muy similares.
A pesar de los rumores de traspaso al final de la temporada, de un último baile particular este mes de agosto, Luka Modric está demostrando que está para un año más por físico, por calidad y por esa madurez que aporta al equipo que solo los futbolistas tan sobredesarrollados intelectualmente pueden dar a cualquier plantilla. El Alfredo Di Stefano se ha convertido en su nueva casa de juegos en este final de Liga exprés.
Luka 'Magic'
Solo en un partido ha salido desde el banquillo y el otro se lo ha perdido por acumulación de tarjetas. Tiene su lógica partiendo de la base que los mejores momentos de fútbol a partir del balón que está teniendo el Real Madrid en este regreso del fútbol tras el parón del coronavirus son bajo su batuta. La ley de Modric es acumular balón y son en esos momentos en los que está tan cómodo en los que marca la diferencia.
El Eibar sería el preludio de todo lo que vendría después. "Estoy seguro de que puedo jugar a un alto nivel durante dos años más. Me gustaría terminar mi carrera en el Real Madrid, pero también dependerá del club", decía el jugador justo después de ese encuentro en La Gazzetta dello Sport.
Hizo al equipo superior ante el Valencia, impuso su autoridad ante el Mallorca dando además un gol y remataría su gran final de temporada dando los minutos en los que menos sufría el Real Madrid aguantando el resultado con el balón. Esa defensa con la posesión que solo te lo permite tener en tus filas un jugador como Modric.
Largas a las ofertas
Milán, Inglaterra y Estados Unidos, con David Beckham y su Inter de Miami a la cabeza, han intentado hacerse con los servicios del croata en los últimos meses. La realidad es que los 34 años del Balón de Oro 2018 son muy tentadores a la hora de pensar que está más cerca de dar un paso al lado. Pero, no hay que olvidar que se trata de un jugador único en su especie y que jornada tras jornada está demostrando un nivel de élite.
La aparición de Martin Odegaard parecía condenar a Modric al ostracismo. Mientras el noruego se debate entre la posibilidad de estar un año más en San Sebastián, el mediocampista sigue afianzándose como un fijo para Zidane. Ni el paso adelante de Fede Valverde ha terminado de poner contra las cuerdas al croata. El uruguayo no es sustituto, es complemento.
La carrera de Luka Modric será difícil de igualar en cuanto a condecoraciones, casi como la de cualquier miembro de esta gloriosa generación. Pero su huella está marcándose tan profunda que va a ser imposible borrar de la historia su paso por el Santiago Bernabéu. No existe sustituto para este genio croata, solo cabe disfrutar. Lo que venga después solo será algo distinto, pero nunca comparable.
[Más información: Modric manda un mensaje al Real Madrid: "Puedo jugar a un alto nivel durante dos años más"]