El Real Madrid se encuentra en una situación inmejorable para ganar La Liga. Lo suyo le ha costado, ya que, tras la debacle del Benito Villamarín en el último partido antes del parón donde los blancos perdieron el liderato, todo han sido victorias. Y, además, victorias de mucho mérito ya que los de Zidane han encadenado nueve triunfos consecutivos y solo han encajado tres goles.
Por ello, los blancos se presentan en las últimas dos jornadas del campeonato con muchas opciones de alzar un título que será histórico. Parten con cuatro puntos de ventaja respecto al Barça y tienen su primer 'matchball' ante el Villarreal el jueves a las 21:00 horas.
Sin embargo, en frente no solo estará el submarino amarillo peleando por Europa con los Cazorla, Gerard Moreno, Alcácer y compañía, si no que también estará uno de los rivales más duros del cuadro merengue en los últimos años, capaz de hacerle perder más partidos que Leo Messi. Ese rival al que en el vestuario del Madrid temen más que a ninguno es al colegiado Hernández Hernández.
Una racha que no invita al optimismo
El Real Madrid tiene un saldo de partidos cuando Hernández Hernández es el encargado de pitar el saque inicial que asusta. Este equipo, capaz de remontar una liga en mes y medio y de encadenar nueve victorias consecutivas, se echa a temblar con este colegiado del Comité de Las Palmas que les trae por el camino de la amargura.
En los últimos 10 partidos que Hernández Hernández le ha pitado al Real Madrid, los blancos solo han sido capaces de ganar dos encuentros, frente a la Real Sociedad por 5-2 y frente al Real Betis por 1-2.
De los ocho encuentros restantes, los blancos han caído derrotados en cinco, destacando dos derrotas dolorosas frente al Sevilla por 2-1 y 3-0, y otra frente al FC Barcelona por 2-3, el día que Messi se quitó su camiseta y la mostró al Santiago Bernabéu en una de las celebraciones más ridículas que se recuerdan ya que, tras aquello, los de Zidane levantaron aquella Liga y la Champions.
Sin embargo, incluso aquel día, Hernández Hernández dejó su impronta sobre el criterio arbitral que siempre ha tenido cuando el Real Madrid se encontraba sobre el césped. Es una realidad que a los blancos no les va bien con este colegiado, acostumbrado a tener fallos garrafales contra el cuadro merengue.
Las únicas dos victorias de esta nefasta racha de 10 partidos que bien suponen un calvario suponen un milagro difícilmente repetible, pero que en esta ocasión podría valer una liga para los de Zinedine Zidane. Ante Hernández Hernández, hay que apelar a la heroica de los triunfos ante la Real y el Betis.
El 'enemigo' de Ramos
Si todo el vestuario del Real Madrid teme a Hernández Hernández, hay un jugador por encima de todos que no tiene una relación especialmente buena con él. Se trata de la mayor figura de la plantilla madridista, su capitán Sergio Ramos. El camero está acostumbrado que Hernández Hernández le haga de las suyas constantemente, pero en el duelo de esta temporada frente al Levante vivieron su situación más tensa.
El colegiado tuvo uno de sus peores días, y eso para su historial con el Real Madrid no es poca cosa. En el encuentro que los blancos disputaron frente al Levante en el Ciutat de Valencia, el árbitro del Comité de Las Palmas no señaló como penalti dos claras manos dentro del área, que hubiera supuesto dos grandes oportunidades para sumar gol.
Una de ellas, tras una reverso maravilloso de Isco dentro del área, fue clamorosa, ya que el malagueño dribló a su defensor con un gesto técnico precioso, y justo cuando se disponía a recoger el balón para disparar, observó como el zaguero levantinista le birlaba el esférico con el brazo. Una acción que indignó al madridismo.
En aquel encuentro, el Real Madrid terminó cayendo por 1-0 con gol de Morales, pero el choque pasó a la historia por el monumental cabreo de Sergio Ramos con Hernández Hernández. El central sevillano llegó a dirigirse al colegiado y a preguntarle si tenía algo contra él y que, si así era, podían arreglarlo allí mismo. La desesperación del capitán blanco era tal que admitió irse "jodido" del campo y no tener respuesta para lo sucedido, ya que ni él mismo recordaba una actuación así.
Ramos no se quedó ahí, si no que comparó las acciones de las posibles penas máximas con un penalti que le habían señalado a él en la Supercopa por una mano involuntaria. Además, le acusó de arrogancia, de no poder dialogar con él y de decisiones premeditadas, como la que supuso una tarjeta amarilla para el '4' en el minuto diez de choque.
Con el Camp Nou en el recuerdo
Una de las imágenes de esta liga, la liga del parón y del coronavirus, siempre pertenecerá al Camp Nou y a Hernández Hernández. Pero no solo a ellos, si no también al VAR. Todos fueron protagonistas en un Clásico que terminó con 0-0 y que le costó dos puntos al Real Madrid que le podrían haber salido muy caros.
Aquel partido pasó a la historia como el de la persecución a Varane, que fue víctima de dos penaltis clamorosos, seguramente los más claros que se recuerdan y que han supuesto la mayor queja de los blancos en esta liga. Las dos acciones cometidas sobre el central francés son ridículas y resulta increíble que ni el colegiado ni el VAR pudieran señalarlas.
La primera de esas acciones es un agarrón flagrante de Rakitic al central francés dentro del área a la salida de un córner. El galo se disponía a iniciar su carrera para intentar rematar cuando el centrocampista croata se agarró fuertemente a su camiseta. La imagen de la elástica estirada es esclarecedora, aunque no contento con eso, terminó por derribar al jugador del Real Madrid.
Un penalti que dio la vuelta al mundo y que no dejó dudas ni entre los propios culés que admitieron la claridad de una acción que no genera debate. Aquel partido, dominado claramente por el equipo madridista, estuvo marcado por esta acción, pero también por un segundo penalti sobre Varane.
El central francés, que recibió más golpes que cuando Cristiano Ronaldo visitaba el Camp Nou, sintió como Lenglet le clavaba los tacos en la rodilla mientras luchaban por un balón. El defensor del Barça golpeaba la pelota con la cabeza, pero mientras, pisaba a Varane dejándole una impresionante marca de los tacos recorriendo el muslo de 'Rapha'.
La señal y la herida que tuvo Varane durante días fue escalofriante por la longitud que alcanzó el pisotón. La acción, que no solo era de penalti si no también de expulsión, pasó inadvertida tanto para Hernández Hernández como para el VAR.
Después de aquella bochornosa actuación que provocó un cabreo mayúsculo en el conjunto blanco, el Comité Técnico de Árbitros y la Real Federación Española de Fútbol deciden designar al colegiado que cometió aquella tropelía para dirigir el duelo que puede decidir una liga en favor del Madrid.
La importancia de conquistar Granada
La sufrida victoria del Real Madrid en Granada ha supuesto un alivio para los blancos que ya no necesitan ganar los dos partidos que le restan al campeonato. Con dos empates, el conjunto merengue se proclamaría campeón en la última jornada, mientras que si gana al Villarreal será campeón matemáticamente.
Tras conocer que Hernández Hernández sería el colegiado del decisivo duelo ante el Villarreal, el vestuario ha dado una importancia enorme a la victoria conseguida en Granada. Desde entonces valoran pinchar en el encuentro frente al submarino amarillo por miedo al árbitro del que no se fían.
La plantilla del Real Madrid tiene la esperanza de que no influya en el resultado, pero son conscientes de su trayectoria y, por eso, le otorgan tanto valor al triunfo en tierras nazaríes, que no les privará de depender de ellos mismos incluso cayendo frente a los de Castellón en el Alfredo Di Stéfano.
Los grandes éxitos de Hernández Hernández
Lo de Hernández Hernández cuando el Real Madrid está de por medio no se puede afirmar que haya sido mala suerte, si no que tiene unos tintes de predeterminación muy significativos, porque no ver penaltis como los sufridos por Varane en el Camp Nou o las manos del Ciutat de Valencia es de un problema grave de apreciación que un colegiado de máximo nivel no puede tener.
Además, estos errores que llevan el sello inconfundible de Hernández Hernández, se reproducen de una forma especial cuando quien tiene en frente el Madrid es el Barça. El de Arrecife suma fallos incomprensibles hasta tal punto que es difícil no pensar mal o que ciertas cosas sean sospechosas.
Por ello, cada vez que Hernández Hernández es designado para dirigir un Clásico, los jugadores del Real Madrid se echan a temblar porque las posibilidades de victoria se reducen de forma considerable. Y para prueba, los tres últimos clásicos.
Tras analizar el último Barça-Real Madrid que se disputó esta temporada con los dos claros penaltis a Varane, se puede llegar hasta los dos precedente anteriores. En el primero de ellos, el del 2-3 y la celebración de Messi, Umititi realizó un penalti como una catedral sobre Cristiano en lo primeros minutos del choque.
El colegiado, que había visto la jugada con claridad, no se atrevió a pitar un penalti meridiano del central galo a Cristiano Rolando, al cual derribó impidiéndole acabar una jugada. No obstante, Hernández Hernández no decidió señalar nada ni sacar amarilla al jugador culé. La pena máxima fue tan extremadamente visible que provocó un monumental cabreo de Cristiano. Al final, aquel choque se terminó perdiendo por 2-3, pero no puso en peligro la conquista del campeonato.
El otro gran partido entre Barcelona y Real Madrid que ha dirigido Hernández Hernández fue en el Clásico de la temporada 2018, en el mes de mayo y con los blancos ya pensando en la posible final de Kiev. En aquel choque, como el disputado esta temporada, se produjeron dos acciones alarmantes y que llevaron al madridismo al delirio y a la paranoia más absoluta.
La primera jugada polémica fue la que propició el 2-1 de Barça, anotado por Messi. La jugada arrancó con una falta clamorosa de Luis Suárez sobre Varane. El futbolista uruguayo pegó una enorme patada al central francés con la intención de robarle el balón, derribándolo. Y cuando todo el mundo daba por hecho que el colegiado señalaría la falta, dejó continuar la acción que terminó con la contra del equipo culé y el gol del argentino.
La infracción fue tan flagrante que provocó el delirio de Raphael Varane, un jugador tranquilo y comedido que no se creía como el árbitro no pudo señalar falta en una acción que habían visto todos y cada uno de los asistentes al Camp Nou.
Sin embargo, Hernández Hernández redondeó su esperpento con un penalti no señalado a Jordi Alba sobre Marcelo. El lateral zurdo de la selección española llegó tarde y derribó al segundo capitán del Real Madrid con una patada a la altura de la espinilla que, de nuevo, el árbitro no señaló, haciendo oídos sordos a las protestas merengues y a lo evidente de la acción.
Estos dos partidos, estos dos Clásicos, dan una pequeña muestra de cómo se las gasta Hernández Hernández cuando arbitra al Real Madrid y, además, el FC Barcelona se encuentra alrededor, hecho que suele ser habitual porque los grandes siempre se repercuten entre ellos.
Este será el mayor escollo que tendrá que superar el Real Madrid para poder alzar su liga número 34, un colegiado que la tiene tomada con los blancos y que deja el enorme potencial del Villarreal prácticamente en un segundo plano.
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