El Real Madrid está muy cerca de conseguir el título de La Liga tan ansiado en la capital. Después de varias temporadas de sequía en el campeonato liguero, Zidane ha retomado el mejor camino del equipo y apenas unos puntos alejan el trofeo de las vitrinas del Santiago Bernabéu.
Gran parte de la culpa del rendimiento del equipo la tiene Zizou. El entrenador merengue ha conseguido seguir su hoja de ruta cumpliendo todos y cada uno de los puntos clave de su carrera como entrenador. El técnico ya demostró en su día cuáles eran sus principios en el banquillo y, en esta segunda etapa, los ha vuelto a repetir.
El galo siempre ha defendido la unidad del equipo. El bienestar de la plantilla es fundamental para un buen rendimiento. Pero, además, ha acompañado esa buena relación con y entre los jugadores con una exigencia constante. Las rotaciones están apareciendo en este regreso de La Liga y los resultados avalan esa táctica. Nadie puede relajarse.
Con esas, el Madrid ha mejorado tanto en ataque como en defensa y los jugadores que estaban en duda se han reafirmado. Nadie desconfía de Benzema en la punta de ataque ni de Militao en el centro de la defensa. Jugadores que han recibido críticas y que finalmente han aparecido con gran protagonismo en este tramo final de competición.
Pero, por el contrario, hay dos nombres que están acaparando toda la atención y que rompen ligeramente con esa tendencia a la calma dentro del Real Madrid. James Rodríguez y Bale tienen situaciones muy similares: no cuentan para Zidane, su futuro está lejos de la capital y en estos últimos partidos de Liga no están teniendo minutos.
Es por ello que sus nombres están siendo muy repetidos en las ruedas de prensa a las que se enfrenta el técnico merengue. Zidane, pese a todo, ha vuelto a mantener la compostura anteponiendo los intereses del equipo. Para ganar el campeonato a falta de dos jornadas hay que mantener la paz con el vestuario y centrarse en lo que ocurra en el césped.
Zidane no traiciona ni a James ni a Bale
La presión de los medios de comunicación en las ruedas de prensa del técnico no ha sido suficiente. Zidane no ha cedido lo más mínimo y no se le han podido escuchar malas palabras hacia ninguno de los dos jugadores más polémicos del momento en Valdebebas.
James y Bale han protagonizado imágenes similares. El primero, desde la grada y con una curiosa mascarilla, dio mucho que hablar en redes sociales. El segundo, al que se le analiza cualquier mínimo gesto, también ha protagonizado titulares por sus actitudes al no ser convocado.
Unas imágenes que han intentado que valore Zidane, ante lo que el técnico merengue se ha negado. Tanto a James como a Bale los ha dejado alejados de cualquier posible polémica y ha salido del aprieto elegantemente. Sobre la situación del colombiano respondió con un leve "no sé" si volverá a jugar. Al galés, más recientemente, le ha sacado de cualquier traspasopara evitar más rumorología.
La importancia de la unidad
Zidane ha hecho del buen ambiente su modus operandi. En ninguna de las temporadas en las que ha entrenado al Real Madrid ha tenido una mala palabra hacia algún jugador. En caso de no contar con alguno de sus pupilos en concreto, el francés simplemente ha evitado hablar de él o ha dejado las cosas para el futuro.
Así, el vestuario del Real Madrid ha alcanzado un nivel de amistad y familiaridad que hacía tiempo que no se veía. Esa es una de las claves que ha llevado al grupo a conseguir las tres Champions consecutivas y, ahora, a cuajar una de las mejores rachas en Liga de las últimas temporadas madridistas.
La tensión que gira en torno a perfiles como James o Bale, que además lleva siendo latente durante meses, no será suficiente para que el técnico rompa su principio de la unidad del vestuario.
Las campañas para despistar
Desde que el Real Madrid se colocara en lo más alto de la clasificación, los temas sobre los que debatir deportivamente se han centrado bien en el arbitraje o en la situación de jugadores como James o Bale.
Aunque los datos desmontan cualquier campaña de los colegiados a favor del club blanco, y a pesar de que Zidane no ha dado ningún titular negativo con respecto a ambos jugadores, la atención se ha dirigido hacia esos focos.
Por ello, el objetivo del técnico francés es que esos temas no lleguen a calar en el vestuario para evitar cualquier traspiés. Tan solo una victoria hace falta para que la escuadra capitalina se alce con el título. Ni antes ni después de que se logre levantar la copa, en caso de que se produzca, se debe pensar más en los temas extrafutbolísticos.
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