Cómo hemos cambiado, dirían los Presuntos Implicados. Y también lo puede decir Zinedine Zidane de su Real Madrid. Aquel que recogió a pedazos en marzo de 2019 y reconstruyó por segunda vez hasta llevarle a ser campeón de La Liga. En poco más de un año, el equipo blanco ha dado un cambio radical pasando de despedirse de la temporada con una derrota en el Santiago Bernabéu ante el Betis a celebrar el título en el Alfredo Di Stéfano.
El mayor mérito es el de Zidane, el director de esta obra magnánima. "El patrón del barco es el que marca siempre, el que tiene que dar el paso al frente y el que tiene que marcar la diferencia", decía Sergio Ramos de su entrenador tras la consecución del título. Ya son 11 títulos como entrenador en el Real Madrid y una media de uno cada 19 partidos. Esta temporada, a falta del desenlace de la Champions, se va con dos.
No es casualidad que se repita tras ganar La Liga la imagen de los futbolistas del Real Madrid alzando hasta el cielo a Zidane. Lo hicieron los de su bloque (Sergio Ramos, Benzema, Modric, etc.), pero también aquellos que quizás no han tenido tanto protagonismo (Jovic, Brahim, Mariano, etc.). Esa es la grandeza de un Zidane que sabe que en un vestuario como el del Madrid lo más importante es la unión.
Ayer eran los jugadores los que levantaban a Zidane, pero ha sido este quien les ha levantado durante el último años a ellos. Regresó cuando peor estaban los ánimos. La eliminación contra el Ajax en la pasada Champions y las derrotas ante Barça en Liga y Copa eran vistos para muchos como el fin de la segunda era dorada del Real Madrid. Volvió Zidane y se volvió a creer.
Las pinceladas de Zidane
Su mérito está en haber recuperado el hambre de ganar de jugadores que ya lo han ganado todo (y varias veces). Apostar por un grupo al que se le dio por muerto y con unas leves pinceladas volver a erigirlo como el mejor. Los cambios son notables, pero no drásticos como se pedían el pasado verano: Courtois asentado en la portería, Mendy y Valverde abriéndose paso, el crecimiento de Vinicius y Rodrygo...
La revolución que no lo fue
Zidane creyó que la clave no residía en cambiar las fichas, sino en hacerlas brillas de nuevo. Lo hizo con Toni Kroos, de defenestrado a pilar del equipo, o Marcelo e Isco, que fueron los más machacados la temporada pasada y han tenido su cota de protagonismo este año. Porque esa es otra, con Zidane todos son importantes.
Que hayan marcado en Liga 21 jugadores (todos salvo Areola y Brahim) es consecuencia de lo que cree Zidane y lo que quiere con su plantilla. Todos cuentan y (casi) todos tendrán su momento de protagonismo. Obviamente, es muy difícil cumplirlo con todos como a ellos les gustaría y se dan casos como los de James Rodríguez o Gareth Bale, pero en la celebración todos eran uno y sabían que Zidane era el gran responsable.
"Es una bendición del cielo", dijo Florentino Pérez este jueves sobre Zidane tras ganar al Villarreal y ganar la 34ª Liga en la historia del Real Madrid. De ahí vino y ahí se enmarca su Madrid, que sigue ganando años después y ahora mira con ansia la Champions. Porque el Madrid es eso. Ganar y no tener tiempo casi para celebrar porque ya se piensa en el siguiente título. Ese espíritu lo recupero Zidane, que conoce bien la casa.
Quince meses después de su regreso, Zidane ha llevado al Madrid hasta su segunda Liga como entrenador. Es el título más especial para el técnico francés, que le gusta competir en el día a día y ver que sus jugadores no bajan los brazos. Ya suma dos Ligas de tres completas en las que ha dirigido al Madrid. "Que esté mucho tiempo". Ese es el deseo que pide Florentino y todo madridista tras este último éxito del galo.
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