Thibaut Courtois solo ha tenido que recoger dos balones del fondo de las mallas cuando ha jugado en el Alfredo Di Stefano. El Real Madrid ha convertido el estadio de Valdebebas en la razón principal por la que ha conseguido levantar el título de La Liga en esta temporada tan excepcional.
Lo que empezó como una solución al problema de no poder jugar con público el final de la temporada y el hecho de dar prioridad a las obras del Santiago Bernabéu va a terminar siendo un coliseo inexpugnable para el resto de los equipos del campeonato nacional.
Los de Zinedine Zidane no solo no conocen la derrota en el Di Stefano, es que también han conseguido que sea un muro infranqueable para cualquier plantilla que llega a la población del noreste de Madrid para tratar de salir vivos de allí. La mejora defensiva de los blancos ha coincidido también con este cambio de césped sobre el que juegan cuando lo hacen como local.
La excepcionalidad, una virtud
Las incógnitas que surgieron una vez que se tomó la decisión de jugar hasta el final de la temporada en el estadio de Valdebebas han sido disipadas con una contundencia de seis triunfos en seis partidos. Ni el hecho de que haya menos gradas, ni el entorno, ni ir caminando al estadio desde el lugar de concentración, nada ha provocado que los jugadores hayan rendido peor.
Partiendo de Courtois, la zaga de cuatro que forman Carvajal, Ramos, Varane y Marcelo o Mendy, los únicos que alternan su posición, ha mostrado el mejor rendimiento de la temporada desde que han comenzado a jugar en el Di Stefano. Es esta mejora del nivel de los cuarto de atrás la que ha permitido que el equipo siga invicto en esta vuelta del fútbol tras el parón por el coronavirus.
Todo ello acompañado del rendimiento de un Casemiro que es capital en los últimos cinco años de historia del club. El brasileño pasará a la historia seguramente como el mejor pivote que ha visto la afición blanca. Además, cada vez se encuentra más suelto por el campo y se permite el lujo de mostrar su potencial goleador. En el Di Stefano comenzó su comunión con el Real Madrid que va a ir directa a la leyenda del madridismo.
La Liga de Valdebebas
Tras la confirmación de su consecución y la serie de actos que acogió, La Liga número 34 de la historia blanca debería tener un hueco en Valdebebas. Allí se ha forjado la remontada contra el Barça, ya que los de Zidane se fueron al parón por el Covid-19 dos puntos por detrás de los culés y, actualmente, están siete por encima.
Gran culpa de todo esto la tiene el francés, que ha visto como su palabra de tener a los 25 jugadores de la plantilla enchufados ha valido para que todos tengan su momento en este final exprés con una alta carga de partidos. Además, el juego de los blancos ha tenido grandes momentos sobre el césped del Di Stefano.
El mismo entrenador también comenzó su trayectoria en los banquillos en ese coliseo que ahora mismo le está dando la que sería su segunda Liga. La leyenda de Zidane se forjó en primer lugar en el Alfredo Di Stefano, una historia que le ha llevado a liderar una de las mejores generaciones que se recuerda en el club. Ahora ha vuelto a levantar a un equipo que la pasada temporada se quedó a cero, con el reto además de dar la campanada en una Champions League que afrontará en agosto con el aliciente complicado de remontar ante el Manchester City. Mientras, el Arsenal le dio una lección de cómo atacar a los ingleses con su victoria en la FA Cup.
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