El Real Madrid necesita vender jugadores y tiene varios nombres apuntados en la lista de salidas. James Rodríguez es uno de ellos. Ni él quiere seguir en la capital ni tiene hueco en el proyecto de Zidane. De hecho, su presencia en este final de Liga ha sido simplemente testimonial.
Ofertas no le faltan, pero la cuestión es que cumplan económicamente con lo que se espera en el Santiago Bernabéu. El club quiere ingresar algo más de 100 millones de euros en ventas. Una cantidad importante y clave en un verano de crisis económica por la pandemia del coronavirus. James ayudará en ello con su marcha después de su paso como cedido por el Bayern y su escasa aportación en el equipo de Zidane.
Esta temporada ha solo 14 partidos con el Real Madrid. A los problemas físicos se le han sumado las no convocatorias o directamente las suplencias sin ningún minuto. En este reinicio de La Liga solo jugó ante la Real Sociedad, llegando a rozar los 80 minutos de partido sobre el césped. Datos muy alejados de los que quiere cosechar el colombiano.
Por ello, con un año de contrato en el Real Madrid por delante, el atacante ya observa las ofertas que se le van acumulando y las opciones más factibles. Ancelotti es el último en sumarse con su Everton. Un interés que levantará cierta tensión con el Manchester United y que podría beneficiar al jugador.
La relación con Ancelotti
El técnico italiano confía y mucho en James Rodríguez. El colombiano llegó en el verano de 2014 a la entidad merengue con Ancelotti en el banquillo. Sin embargo, el entrenador salió del equipo en 2015 después de más de 100 partidos dirigidos al cuadro blanco.
Sus caminos no se han vuelto a juntar desde entonces, a pesar de las constantes intentonas del técnico. Cuando James se fue al Bayern, Ancelotti dejó el equipo y apenas pudieron coincidir unos cuantos partidos. Cuando Ancelotti se fue al Nápoles, el presidente del club italiano se negó a pagar los 50 millones que pedía el Real Madrid. Y ahora, que James está en la rampa de salida del equipo blanco, el entrenador tiene opciones de hacerse con sus servicios.
El colombiano supondría un enorme impulso a su proyecto en el Everton. Todo un fichaje estrella para que el equipo que esta temporada se ha quedado en la zona media de la tabla, pero que aspira a conseguir puestos europeos con el veterano entrenador en el banquillo.
El precio baja
Una de las facilidades para entender al salida de James Rodríguez es el precio. El Real Madrid calcula que el colombiano podría arrojar entre 20 y 30 millones de euros a las cuentas blancas. Una cifra asequible para cualquier club de nivel teniendo en cuenta el recorrido de James y sus 29 años.
El Manchester United ya se ha movido y se prepara para realizar una oferta cuanto antes. Desde Inglaterra calculan que cercana a los 25 millones de euros. Quieren coger ventaja en la carrera por el jugador y así evitar que cualquier rival se meta de por medio.
El Everton será uno de ellos. El interés de Ancelotti en James es notable y tiene la oportunidad de incorporarle por fin a uno de sus equipos. Precio bajo, buena relación con el jugador y un proyecto que liderar. Todo factores a favor para que se pueda llevar a cabo la operación.
Las preferencias de James
El jugador prefiere quedarse en España. Así lo ha confirmado su entorno más cercano, que ha señalado al Atlético de Madrid como el destino elegido por James. Sin embargo, esa opción no se baraja en las oficinas del Santiago Bernabéu. Reforzar a un rival directo no tendría ninguna lógica y James deberá salir de España para contar con minutos.
Con esas se le abrieron dos escenarios: bien la Premier League o la Serie A. En ambas competiciones encajaría y cuenta con ofertas. De hecho, ya levantó el interés del Nápoles de Ancelotti en pasadas temporadas. Pero, poco a poco, parece que la Premier va ganando terreno gracias a la acción de los diferentes clubes interesados.
Él quiere competir por títulos y jugar en una liga importante. Por ello, ya rechazó al Benfica, que se interesó en su incorporación abriendo una polémica en redes sociales. James, que se dio a conocer sobre todo en el Oporto, posó con la camiseta de su exequipo para zanjar cualquier tipo de rumor. Una nueva puerta cerrada que va dando pistas sobre dónde verle jugar el año que viene.
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