Nicolas Anelka nunca deja indiferente a nadie. Su sola presencia ya significa motivo de que algo va a ocurrir. Ya sea dentro o fuera del campo, Anelka siempre ha dejado perlas de su forma de ser y de esa irreverencia y cierta sobradez que le han caracterizado y que le han permitido hacerse un nombre en el fútbol. Su último comentario ha ido dirigido hacia Mbappé.
El exjugador del Real Madrid ha presentado un documental sobre su vida en el que se repasa toda su carrera profesional, que ha tenido altos y bajos y que siempre ha dejado capítulos de lo más curiosos. Anelka ha llegado a estar considerado como uno de los grandes talentos del fútbol francés a principios de siglo, pero su mala cabeza le ha llevado por camino incompatibles con el éxito.
Por ello, Anelka se ve reflejado en Mbappé, el nuevo talento del fútbol mundial pretendido por el Real Madrid. El galo considera a la estrella del PSG como uno de los mejores del mundo, pero le recuerda que antes que él ya hubo otros. Quizás, Anelka necesitaba sacar su faceta de sobrado una vez más para hacerse notar.
"Mbappé hoy se beneficia de mi experiencia de hace 20 años. Fui de los primeros en trabajar con mi familia cuando estaba mal visto. Fui un pionero, pero los pioneros reciben golpes y yo fui el primero. Kylian es tan fuerte técnicamente como mentalmente, puedes tener mucha calidad, pero sin una buena mentalidad no llegas a nada".
La disputa con Domenech
Sin embargo, Anelka no solo tuvo palabras para Mbappé, si no que también las tuvo para el antiguo seleccionador Domenech. Con el técnico, Nicolas tuvo uno de los enfrentamientos más duros que se recuerdan, ya que tras una derrota por 2-0 ante Mexico, el delantero se fue a por el entrenador profiriéndole insultos gravísimos, los cuales fueron portada de L'Equipe al día siguiente, acarreando su expulsión de la selección.
"Entré frustrado al vestuario. Reflexiono y me frustré porque no había tocado ningún balón ni encontrado alguna solución. Domenech dijo mi nombre, y cuando dijo mi nombre, no admito que lo haga en público. Como si yo fuera prácticamente el enemigo número 1 del equipo. Fue un error, pero sentí una agresión hacia mi", así recuerda Anelka el momento.
"Vi la portada de L'Equipe y no sabía si estaban bromeando o no. Pero no, insultas a la madre del entrenador y es algo grave que no sucede todo los días. La primera víctima de aquello fui yo. Los jugadores también, ya que todo el mundo les llamó para ver si eso era verdad o no. La gente que me conoce sabe que si eso lo hubiera dicho, yo habría sido el primero en asumirlo".
Aquel episodio provocó una división en la selección tanto con Domenech como con la prensa, ya que la plantilla consideró que la culpa de todo la habían tenido las noticas que circularon alrededor de la discusión y por eso decidieron vetar a los medios, poniéndose de lado de su compañero.
"Lo más importante para mi fue el apoyo de mis compañeros. Evra y Abidal llamaron a Doménech, él dijo que iba a ir a la reunión, pero finalmente ni apareció. En el hotel, les dije a los compañeros que era muy triste la situación y que solo tenían que centrarse en el partido. Ellos me dijeron que no iban a entrenar ni tampoco hablar con la prensa como signo de protesta".
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