El Barcelona vive sus horas más bajas de la era Messi. La eliminación y humillación sufrida a manos del Bayern Múnich ha calado hondo. Una tormenta perfecta que no ha dejado a nadie vivo de una crisis que llega a todos los niveles del club. Desde Bartomeu hasta el vestuario, donde se pide a gritos una renovación que no llega y que en la capital, en el Real Madrid, han abordado de forma excelente.
Las diferencias entre los proyectos del Barça y del Madrid son abismales y es ahora con la crisis culé cuando mejor se percibe. Porque los blancos ya pasaron por esto la temporada pasada, en la que no se ganó ningún título importante y Lopetegui y Solari fueron destituidos, pero la sensación ante una reconstrucción era bien distinta a la que hay ahora en Can Barça. Un proyecto sin rumbo y que requiere un volantazo casi a ciegas y sin margen de maniobra.
Ni Barça ni Madrid están en semis de la Champions. Han cedido su trono. Aunque en Chamartín es menos traumático teniendo en cuenta que su última 'Orejona' llegó en 2018 -precedida de otras dos seguidas- y la última de los azulgrana fue en 2015. Y eso sin tener en cuenta que los de Zidane han ganado una Liga dificilísima remontando en el tramo final a un Barça que caminaba sobre el filo y ahora está en caída libre tras el 2-8.
El Madrid post Cristiano se levanta
Mirando al futuro, unos lo hacen con ilusión y otros con miedo e incertidumbre. Se preveía desde hace años. Para el Madrid iba a ser menos traumático el 'post Cristiano' que el 'post Messi' en la ciudad condal. Y no por la categoría del luso y el argentino sino por la forma de planificación de los clubes. Bartomeu suma otra mancha más en su mandato, que se agota entre decisiones ruinosas desde lo deportivo hasta lo financiero.
El Madrid lleva años trabajando en la renovación del equipo de su segunda era dorada. Un grupo de jugadores que recoja el testigo de los Cristiano, Sergio Ramos, Modric, Benzema, etc. Algunos ya se han ido, otros agotan sus últimos años y otros demuestran que aún tienen gas, pero los jóvenes van haciéndose paso bajo las directrices de un Zidane que comanda un proyecto con una base y un sentido.
Los Vinicius, Rodrygo o Valverde se van asentando en el primer equipo y otros proyectos como Odegaard vuelven al club tras pasar por varias cesiones para cumplir con su progresión. El Madrid lo tenía claro: mejor pagar caro -y no siempre- por joyas de futuro que no meterse en pujas millonarias por esos mismos futbolistas cuando ya estuvieran asentados en la élite.
Estrellas de futuro que crecen en el Madrid y sobre todo la figura de Zidane que cuenta con la confianza total de Florentino Pérez y su directiva. Nadie conoce mejor el vestuario blanco que el técnico francés y, por ende, las necesidades del equipo a la hora de fichar. Porque Zidane, además de ser un gran entrenador y manejar de forma excepcional el vestuario, es un sobresaliente ojeador.
El Barça envejece sin respuesta
Y todo lo que en el Madrid es prado, en el Barcelona son ruinas. Nada está claro con un Messi que ya no basta por sí solo y un grupo que se hace mayor. Busquets, Suárez, Jordi Alba, Piqué... Los fieles 'escuderos' del argentino hace tiempo que dejaron de estar a su mejor nivel y en el club no se han preocupado en dar con recambios de nivel o han fallado con apuestas como Dembélé, Coutinho y ahora Griezmann.
La Masía ya no es La Masía y la base joven se reduce a Ansu Fati y Riqui Puig, sobre los cuales existe la preocupación de que tengan que asumir responsabilidades que no deberían por su edad y acaben quemados antes de lo que deberían.
Y qué decir del futuro del club a nivel institucional. A Bartomeu le empujan a adelantar ahora elecciones a menos de un mes de la vuelta de La Liga y si sigue, lo hará con todos en contra y teniendo que improvisar para formar un proyecto que no se sabe si tendrá continuidad en el futuro o será un simple puente hasta 2021 cuando llegue otro inquilino a la presidencia.
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