El PSG cayó derrotado en Lisboa ante el Bayern de Múnich y la ciudad francesa se quedó sin su primera Champions League. También se quedó sin ella Kylian Mbappé que, tras una actuación algo discreta, no pudo evitar caer en el Estadio Da Luz y seguirá luchando por su gran sueño... en París de momento. Dos años más de contrato tiene el astro francés y, ahora, se enfrenta ante su gran diatriba: renovar y hacerse la foto que desea Al-Khelaifi o esperar al Real Madrid y ser presentado en el Nuevo Santiago Bernabéu.
No lo es todo el dinero en esto del fútbol y el aún joven delantero lo vivió en sus propias carnes este domingo. El PSG lo puso todo encima de la mesa con el francés, con Neymar, con Di María, con Verratti, con Keylor, para que un canterano como Kingsley Coman sea el verdugo en tu primera final de la Champions League y el que prolongue que la gran inversión siga estando injustificada, a pesar del dominio del conjunto parisino en Francia.
Pero, ¿esto es suficiente para seguir convenciendo al jugador nacido en la misma ciudad que representa el club? Pues esa es la pregunta que ronda la cabeza de Kylian. Mbappé quiere ser el responsable de que el PSG, el equipo del que veía camisetas por su barrio cuando era niño, al que regresaba después de demostrar en Mónaco que tenía duende, levante por primera vez este trofeo.
Ahora bien, el tiempo en este deporte es limitado y la ambición de este jugador ha quedado claro que no es como la de cualquier otro. El Real Madrid le lleva abriendo la puerta desde el mismo momento en el que llegó a París para jugar con el equipo que creció al albor de los petrodólares. Si esto sigue sin funcionar, como quedó demostrado en Lisboa, la salida con dirección a la capital de España gana enteros.
Así está la situación
El plan con el francés no cambiaba pasara lo que pasase en la final de Lisboa. Todo está supeditado a la decisión que tome Mbappé durante esta temporada. Kylian podría salir durante el verano de 2021 por una cantidad menor a la que el jeque pudiera tener en la cabeza. Después de tiempo conversando y de fructificar las buenas relaciones entre las dos entidades, el Real Madrid, siempre que no se amplíe la vinculación entre club y jugador, podrá llegar con dinero contante y sonante a las oficinas del PSG.
Ya sean 100, 150 o 200, la realidad es que al jeque no le quedará otra que negociar si Mbappé dice no a su oferta de renovación. También es cierto que, cuando Neymar lo dijo de palabra, se plantó con una cláusula inabarcable para el Barça. La diferencia es que al brasileño aún le quedaba más tiempo de su contrato y, en el peor de los casos, los blancos simplemente tendrían que esperar hasta 2022, momento en el que ya podrá firmar libre de cargas.
En cualquier caso, lo lógico sería que, teniendo en cuenta las buenas relaciones citadas previamente, exista una negociación para que todas las partes ganen. La calma y la prudencia son claves para poder llegar a ese punto. Desde la entidad blanca no hay una palabra más o menos alta con respecto a esta operación, solo Zidane comenta los rumores. Los guiños entre ellos son claros además, por lo que la idea se hace más seductora escuchando a ambos.
Todo por Mbappé
Los blancos no gastarán nada en este verano marcado por el coronavirus. Evidentemente, la economía del club se ha visto resentida por esta situación, pero la realidad es que el Real Madrid ha hecho una apuesta ciega por lo que suceda el año que viene. Los blancos sueñan con ver a Mbappé de blanco, el francés también ha mostrado ese interés por jugar algún día en el Santiago Bernabéu de local y el hecho de ser entrenado por Zidane refuerza aún más la conexión. La fecha está marcada en rojo y el joven astro tiene en su mano el boli que firme, metafóricamente, el final de su etapa en el PSG y el principio de su historia en el mejor club del pasado siglo.
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