Ronaldo Nazario ha sido el último protagonista del programa de entrevistas que presenta Jorge Valdano en #Vamos de Movistar+: Universo Valdano. El astro brasileño, ahora presidente de Valladolid, repasa su trayectoria con especial hincapié en el calvario de lesiones que sufrió durante su carrera y las famosas fiestas de su etapa en el Real Madrid, que se han convertido prácticamente en una "leyenda", como dice Ronaldo.
"Hay una leyenda alrededor de lo que era. Alguna vez he podido hacer una fiesta de más, pero no era así. Yo siempre he sido muy responsable, siempre he intentado no perjudicar mi físico", recordaba Ronaldo sobre aquellos tiempos como jugador del Real Madrid.
Algo cierto sí es todo, como reconoce: "Después de los partidos ganados sí me gustaba celebrar... y como ganábamos siempre, era un problema. Pero hay mucha más leyenda de lo que realmente fue".
Valdano, entre risas, le insistió sobre las fiestas: "Florentino te ponía a los de su propia seguridad en la puerta y tú los regateabas a todos igual". "Alguno entraba en la fiesta", respondió Ronaldo a carcajadas.
"Fue una época espectacular. Real Madrid y Madrid es la mejor combinación de ciudad y equipo que uno puede encontrar en la vida", dice echando la vista atrás sobre su etapa madridista. Como azulgrana, siendo un novato, recordó riéndose lo que le tocó en ese vestuario: "Romario era tremendo conmigo. Me pedía café cada dos por tres. Después del entrenamiento me daba sus zapatillas para limpiar. Y todo delante de todos, claro".
Un infierno con las lesiones
La peor parte de la carrera de Ronaldo la marcaron las lesiones y así lo recuerda de cuando jugaba en el Inter: "Me hacía miles de preguntas porque la primera fue una rotura parcial pero aquella vez en la final de la Copa de Italia se rompió por completo". "Coges una goma de estirar y la estiras hasta que se rompa y hace un ruido. Ese ruido es el que yo noté", describió.
"Era una lesión que no tenía historia en el fútbol y que no se sabía cómo se recuperaba. La recuperación fue también fue muy dura", recuerda ahora. "Los primeros meses no tenía 45º en la rodilla. A los ocho meses tenía 90º de flexión pero para el fútbol se necesita 110º", siguió.
"Me dijeron que no volvería a jugar", explicó. Pero Ronaldo encontró un centro cercano a San Sebastián en el que se obró el milagro, aunque a un doloroso precio. En la clínica se le exigió una "horrorosa" recuperación que tuvo efecto: "Ganar los grados de la rodilla era muy doloroso. Llegue, después de mucho sufrir, a 135º", concluyó.
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