El Real Madrid lo intentó en el Reale Arena, pero su casillero de goles no se movió en todo el partido. Tampoco lo hizo el de la Real Sociedad, que solo dispuso de una ocasión para intentar abrir la lata, pero Thibaut Courtois respondió con una excepcional parada y terminó con las esperanzas de gol del equipo local.
Sin embargo, los blancos lo intentaron una y otra vez, pero el tanto no llegó. Al igual que la temporada pasada, al Real Madrid de Zidane le cuesta hacer goles, y lo termina pagando dejándose puntos que pueden terminar siendo claves. Cierto es que todavía es el principio de la temporada, para los blancos era su primer partido, y eso siempre se nota, porque el estado físico todavía no es el óptimo y porque la falta de competición siempre penaliza.
El conjunto merengue, que ayer vistió de negro con su tercera equipación, debe solucionar estos pequeños problemas que tiene para abrir el candado defensivo de los rivales porque además tiene jugadores para ellos, aunque lo realmente importante es que el juego del equipo fue superior al del rival y que las ocasiones llegaron, a pesar de que no se materializaran. Por ello, todo hace indicar que tarde o temprano, el gol llegará.
El Real Madrid no culmina
Los blancos lo intentan, pero el gol se les resiste. Ya fue algo que se vio en algunos partidos del equipo el año pasado, donde más encuentros de los debidos terminaron con escasos goles. Lo más positivo es que la solidez defensiva no ha desaparecido y siguen haciendo falta pocos goles para ganar los partidos, pero por ello es necesario anotar al menos uno. Así sucedió este domingo en el Reale Arena, donde un solo tanto hubiera dado los primeros tres puntos al equipo de Zidane.
El Real Madrid lo intentó, y dispuso de ocasiones para ello, pero faltó acierto. Los blancos fueron los dueños y señores del partido, manejaron los tiempos a su antojo y sometieron a la Real Sociedad a un peligro constante, aunque bien es cierto que faltó algo de profundidad. El equipo merengue amasó el esférico y buscó los huecos de un lado a otro, terminando casi con un 70% de la posesión del balón, pero el pase definitivo se hacía de rogar.
Aun así, las ocasiones terminaron llegando, ya que el Madrid dispuso de 13 tiros a puerta, cuatro de los cuales fueron detenidos con buenas intervenciones de Remiro. Incluso uno de ellos, de Karim Benzema, fue tras regatear al meta, aunque su disparo después se marchó desviado cuando lo tenía todo para marcar. La presión y el asedio fue constante como demuestran los 10 corners sacados por el equipo de Zidane, y eso con jugadores como Ramos o Varane en el área, es medio gol. Pero ni por esas hubo manera.
Los acompañantes de Benzema
Zinedine Zidane sorprendió en su alineación dando entrada a Odegaard en el once titular en lugar de Casemiro. El galo dispuso un equipo ofensivo donde Modric y Kroos formaron pareja en el doble pivote. Un equipo que renunciaba a la figura de Casemiro y que buscaba la creación con los dos mediocentros y con el noruego por delante en la posición de enganche. Por bandas, samba y desequilibrio con Rodrygo y Vinicius.
Y el Madrid no echó de menos a Casemiro, al menos hasta que duró la gasolina. Kroos y Modric, sin tener una vocación defensiva tan marcada, supieron repartirse el trabajo defensivo y el equipo apenas sufrió, especialmente en la primera mitad, donde su juego fue realmente bueno en algunas fases. Sin embargo, arriba no hubo éxito.
Vinicius fue el más activo de los acompañantes de Benzema, pero no tuvo suerte. El brasileño lo intentó una y otra vez por banda izquierda, driblando a todo el que aparecía por el carril diestro de la Real Sociedad. Sin embargo, a la hora de la verdad, faltó algo de lucidez. Por su parte, Rodrygo estuvo menos participativo. La defensa realista supo marcarle bien y en muchas ocasiones le encimaban hasta dos jugadores, lo que hizo imposible que el ex del Santos pudiera crear peligro en ataque.
Odegaard, que tuvo más presencia en la primera mitad, se mostró más participativo en la elaboración que en la finalización, y por le faltó algo que Zidane le pide tal y como reconoció el jugador noruego: "Generar espacio, peligro y goles".
Era el primer partido de Martin en su vuelta y seguro que poco tardará en dar eso que el míster le pide, pero es cierto que le faltó algo más de presencia arriba junto a un Benzema que a veces se sintió aislado. El galo baja incluso a recibir para participar del juego, lo que provocaba la ausencia de una referencia real en el ataque. Pequeños fallos que los blancos deben ir puliendo.
La incógnita del nueve y los recambios
A pesar de la situación en la que se encontraba el partido, Zidane no realizó muchos cambios en el ataque, al menos de los esperados. Sorprendió dando entrada a dos prometedores canteranos como Marvin y Arribas, y prescindió de los delanteros que tiene en plantilla y en los que aún no confían plenamente.
En el banquillo esperaban hombres como Jovic y Borja Mayoral que no disputaron ni un solo minuto y podrían haber supuesto una alternativa diferente al juego del equipo. El técnico reconoció en rueda de prensa que prefirió no cambiar el dibujo táctico para pasar a jugar con dos delanteros, aunque quizás podría haber sido una alternativa en la que Benzema cayera un poco más abajo como le gusta hacer y en la que alguno de estos dos hombres fuera la referencia.
Mayoral y Jovic, e incluso Mariano si finalmente no termina saliendo, son alternativas que Zidane tiene en plantilla y mientras formen parte del vestuario del Real Madrid, el técnico galo deberían tenerles en cuenta. La falta de gol del equipo es un asunto a estudiar, y siempre que haya alternativas no deben dejarse en el banquillo. Por su parte, todos ellos deben intentar dar un plus más para convencer a Zidane de que ellos pueden solucionar la falta de gol del equipo. Toda ayuda es poca para abrir la lata.
El problema de las bajas
El Real Madrid no tuvo suerte con las bajas en su visita al Reale Arena, ya que faltaron jugadores que podrían haber paliado esa falta de gol. Una de esas bajas fue el propio Mariano, que se cayó de la convocatoria tras ser operado de las amígdalas hace unos días. Sin embargo, la enfermería del Real Madrid tiene muchos quilates en estos momentos.
El primero de los grandes ausentes fue Eden Hazard. El madridismo espera al belga y el jugador quiere que este sea su año. Una vez superada la grave lesión de tobillo del curso pasado, el fichaje estrella del pasado verano espera rendir este año a su máximo nivel y mostrar a toda la afición por qué era considerado un auténtico ídolo en el Chelsea y en la Premier. Hazard es otro jugador que sin ser delantero, tiene mucho gol y capacidad para generar situaciones favorables con su desborde.
Algo similar sucede con Marco Asensio. El balear se encuentra de baja por un golpe sufrido en su rodilla en la última convocatoria con la selección. Todo parecía que sería cuestión de días, pero una ausencia en pretemporada siempre se termina alargando. Por ello, Zidane ya aguarda el regreso del mallorquín, otro jugador capaz de aportar desborde, conducción, visión de juego y gol. No hay que olvidar el látigo que tiene el madridista, un jugador que tiene facilidad para marcar. No hay que olvidar su regreso del año pasado tras volver de su gravísima lesión de ligamento cruzado. Tras once meses fuera, consiguió ver portería en el primer balón que tocó.
Y las últimas dos bajas del equipo fueron Isco y Lucas Vázquez, dos jugadores que no suele prodigarse mucho en el aspecto anotador, pero que de vez en cuanto también aportan. Aunque, sobre todo, su ausencia se notó en la fase previa, en esos desbordes por banda natural de Lucas y en la visión de juego del malagueño, capaz de encontrar pases y huecos donde pocos más lo hacen. Toda ayuda es poca para hallar el gol.
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