La crisis del coronavirus obligaron al Real Madrid a cambiar su hoja de ruta para el verano, frenando toda operación que tuviera que ver con algún fichaje. Entre los objetivos blancos en el mercado estaba señalado un centrocampista capaz de desempeñar las funciones de Casemiro en su ausencia. El brasileño tuvo un relevo natural la pasada temporada y no lo tendrá esta.
Casemiro sigue siendo el único pívote puro del Madrid. Desde la marcha de Marcos Llorente no hay un jugador que comparta demasiadas similitudes con él. Aquello le obligó a desempeñarse a fondo la campaña pasada, perdiéndose apenas cinco partidos (dos de Copa del Rey y otros dos por sanción). Lo jugó todo y participó en el campo más que nadie, acumulando 4.081 minutos en total. El segundo que más jugó fue Karim Benzema, con 100 minutos menos: 3.981'.
A Casemiro se le presenta una temporada con un horizonte similar a la espera de Eduardo Camavinga, el elegido por el Madrid cuyo fichaje ha sido aplazado hasta verano de 2021. Aunque Zinedine Zidane está tratando de impedir que Casemiro se vea obligado a ponerse al límite otro año. Busca alternativas desde el primer día y eso ha hecho que el brasileño fuera suplente en el estreno liguero para sorpresa de todos.
Casemiro se olvidó de ser suplente
En 175 partidos de Liga de Zidane en el banquillo, Casemiro solo ha sido suplente en once ocasiones. De hecho, la del fin de semana pasado fue la primera ocasión en la que Casemiro jugó como suplente desde los primeros partidos de Zidane como entrenador en el Madrid en los que no contó con el brasileño de inicio.
Zidane apostó por un tridente en la medular conformado por Modric, Kroos y Odegaard. Similar a ese esquema utilizado en sus primeros días con Isco en el lugar del noruego. El Madrid actual no se entiende sin Casemiro, pero Zidane quiere cambiar eso para dar descanso a su jugador aunque no disponga de un relevo puro.
Casemiro es uno de los pilares del Madrid de Zidane, pero el francés no quiere jugar con fuego otro año y apuesta por cuidarle en una temporada muy apretada. Probó con Odegaard, en quien confía plenamente y quien puede ser la gran esperanza de Casemiro para tomarse un respiro de vez en cuando. Se le vio tímido al noruego, pero es cuestión de tiempo que se desate y muestre de blanco lo que enseñó en la Real Sociedad.
La otra buena noticia es Fede Valverde, a quien Zidane debe recuperar más pronto que tarde y enchufarle de nuevo en la dinámica del equipo. Es cierto que el uruguayo ha dado un bajón de nivel respecto a lo que mostró en la primera parte de la temporada pasada, que le valió para colocarse entre los titulares en más de una ocasión y romper el tridente Modric - Casemiro - Kroos que tantos días de gloria había dado al madridismo.
La aparición de Odegaard y la recuperación de Valverde podría obligar a Zidane a cambiar de esquema de vez en cuando para dar un respiro a Casemiro. También es la excusa perfecta para volver a probar el dibujo de los cuatro centrocampistas, con Isco esperando también su oportunidad.
Y si con eso no fuera suficiente, Zidane ya desveló en la primera jornada que no tendrá miedo a tirar de la cantera si surgen carencias o hay necesidades. En el Castilla podría estar el relevo natural que falta hoy día en el primer equipo: el prometedor Antonio Blanco.
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