Luka Modric tiene gas a sus 35 años. En El Clásico, el centrocampista croata volvió a demostrar que pese a su edad puede seguir siendo un futbolista muy aprovechable en el Real Madrid si se encuentra al cien por cien. Todos los esfuerzos se centran en cuidarle y él se limita a seguir enseñando en el terreno de juego que los años son solo un número y que no se le puede juzgar solo por ello.
Marcó en El Clásico y tres días antes lo hizo también contra el Shakhtar Donetsk. Uno como suplente y el otro como titular. Hasta ahora solo había salido desde el banquillo esta temporada contra el Betis en la jornada 3 de Liga. El resto, hasta el sábado, había jugado siempre como titular. Pero llegó el primer partido clave del curso y le tocó dejar su sitio al tridente Valverde - Casemiro - Kroos.
No ver a Modric en el once titular tampoco sorprendió a mucha gente. Zinedine Zidane tenía preparado para su '10' un cometido muy importante, que el croata cumplió. Era el principal revulsivo blanco y así fue. Salió a jugar poco más de 20 minutos de partido, fresco, dio aire a su equipo con 1-2 en el marcador y acabó cerrando el encuentro con su gol en el 90'. Gol, por cierto, que fue una exquisitez.
Modric sigue siendo importante en el Real Madrid y, tras su buen comienzo de temporada, ha vuelto a reivindicar su figura en los dos últimos partidos. Ante el Shakhtar, tras ver como el equipo se iba 0-3 por debajo en el marcador al descanso y sin Sergio Ramos en el terreno de juego, fue el que tiró de orgullo y comenzó el intento de remontada -que se quedó en la orilla con el gol anulado a Valverde en el descuento-. Su misil con la derecha en el 54' que se coló en la portería rival dio esperanzas a su equipo.
Dos goles en dos partidos y dos pistas del rol que Zidane puede haber decidido dar a Modric para dosificarle y aprovechar lo que puede dar, que aún es mucho. Titular cuando hay que someter al rival de inicio y suplente en grandes días donde puede actuar como revulsivo. Con Zidane nunca hay ciencia exacta para adivinar sus decisiones con su plantilla, pero queda claro que el plan con Modric funciona.
Modric quiere renovar
Luka sabe que no había mejor forma de comenzar su último año de contrato con el Madrid que esta. En enero será libre de negociar con el equipo que quiera, mientras que en junio finalizará su vínculo con el club blanco tras nueve temporadas. Eso si no renueva antes, que es lo que el propio Modric desea.
"Yo me encuentro bien y quiero seguir jugando al fútbol unos años más", decía hace unos días sobre su futuro. "Me sentaré con la directiva y buscaremos una solución adecuada para todos. Llevo aquí ocho temporadas, ocho magníficas temporadas y he forjado una relación buenísima con todas las personas del club. Pase lo que pase, no habrá ningún problema", añadía sobre lo que viene para él a final de temporada.
Sea en el Madrid o en otro club, Modric es consciente que el próximo será su último contrato como futbolista profesional. Quiere retirarse en el Madrid y mientras siga siendo tan aprovechable para el equipo no debería haber dudas de su continuidad. Zidane está encantando con seguir contando con él mientras que Odegaard, que no ha tenido suerte con las lesiones en su regreso al Madrid, va haciéndose un hueco como su relevo.
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