Ni cuatro minutos habían transcurrido en el Borussia Park cuando la polémica hizo acto de presencia en el partido de la Champions League. El marcador lucía el 0-0 inicial y fue entonces cuando Ginter cometió un penalti que no fue visto en primera instancia por el árbitro principal del encuentro y que tampoco pareció percatarse de él el VAR.
Centro de Lucas Vázquez y el defensa del Borussia Mönchengladbach salta con la mano abierta. El balón impacta en ella, una acción que es considerada por el reglamento como merecedora de señalar pena máxima. Sin embargo, el árbitro del partido decidió no pitar penalti. Lo más extraño es que al revisar las imágenes, tampoco en el VAR observasen que había algo punible en la jugada.
La acción pudo cambiar el devenir del partido y quién sabe si del resto de la Champions League. Después de ese penalti no señalado a favor del Real Madrid, llegaría el primer gol de Marcus Thuram. El futbolista protagonizó la primera gran ocasión de los suyos y en el que fue el primer tiro a puerta del Gladbach, llegó el tanto para los germanos.
Las peores pesadillas se convirtieron en realidad para los blancos. Derrota al descanso, pero por la mínima y con todavía 45 minutos por delante para dar la vuelta al marcador. Pero no. En el 58' otra vez Thuram batía a Courtois, esta vez para poner tierra de por medio en el luminoso.
Una derrota que pesaba
El Real Madrid venía de ganar El Clásico el pasado sábado. La victoria ante el eterno rival, con la que además se abría brecha en la clasificación de La Liga, parecía dar alas al conjunto que dirige Zidane. El equipo merengue perdió ante el Cádiz en el campeonato doméstico y frente al Shakhtar Donetsk en la Champions League.
Esa primera derrota en la máxima competición continental provocaba unida a una nueva contra el Gladbach en que el equipo blanco se metiese en graves problemas en el objetivo de conseguir el billete para octavos de final. Benzema, casi al final del partido, hizo el gol que daba esperanzas. Esperanzas para firmar su primer punto en la fase de grupos.
Volcado en ataque y con Hazard en el campo, el conjunto merengue lo intentó hasta el final. Varane y Sergio Ramos se incorporaron al ataque y como últimos hombres se quedaron Casemiro y Lucas Vázquez. Y se hizo el milagro. Casemiro puso el 2-2 final sobre la bocina, para seguir soñando con la clasificación.
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