Hacía tiempo que Brahim Díaz no disfrutaba tanto sobre un terreno de juego. A este delantero malagueño le ha llegado en el Milan la oportunidad que tanto esperaba. No pudo ser en el Real Madrid, equipo en el que aterrizó en enero de 2019 procedente del Manchester City. Brahim ya sabe lo que es vestir la camiseta de tres grandes de Europa y es en Italia donde está dejando ver todo su potencial.
Fue un año y medio complicado en el Real Madrid. Brahim sabía a donde llegaba y lo difícil que sería hacerse un hueco en un equipo repleto de estrellas y donde la zona de ataque estaba especialmente llena. Sabía que por delante tendría a los Bale, Asensio, Vinicius o Lucas Vázquez. Aquel verano llegarían Hazard y Rodrygo para ponérselo todavía más difícil.
Y Brahim nunca llegó a cuajar de blanco. Solo llegó a acumular 599 minutos en total en ese tiempo, repartidos en 21 partidos. Metería dos goles y repartiría tres asistencias que dejaron siempre la sensación de que este chico tenía algo especial. La feroz competencia de un equipo como el Madrid para un chico tan joven le dejó sin oportunidades.
Desde el club le recomendaron una cesión. Primero ese verano de 2019 y luego al invierno siguiente. Brahim se negó con la cabeza puesta únicamente en triunfar en el Real Madrid. Pero finalmente escuchó y aceptó salir a préstamo de cara a esta temporada ante la avalancha de ofertas que recibió. La más atractiva sería la del Milan, un equipo importante de Europa cuya intención inicial era fichar al joven talento español. El Madrid se negó a un traspaso, pero sí le cedió con altas expectativas puestas en él.
Brahim encuentra su sitio
Para los que pensaron que Brahim se volvería a chocar contra un muro y no jugaría tampoco en el Milan, solo hay que echar un vistazo a los números que acumula ya. Lleva 424 minutos en siete partidos y lleva tres goles. Sus cifras son muy buenas para un chico de solo 21 años que no ha tenido continuidad en la élite del fútbol europeo hasta ahora. En el club rossonero, donde hace piña con Theo Hernández (ex del Madrid) y es aconsejado por una leyenda como Zlatan Ibrahimovic, están encantados con él.
Brahim está ahora mismo donde tiene que estar. En Milán juega y brilla. Lo hace también en Europa, siendo uno de los jugadores estrellas en las dos jornadas que van disputadas en la Europa League. Mojó contra el Celtic y contra el Sparta Praga. El último, de este mismo jueves, llegó tras una recuperación propia en la mitad del campo rival. Brahim combinó después con Ibra, se deshizo de un defensa con una finta y batió a Heca con un disparo que pasó entre sus piernas.
En el Madrid no se olvidan, ni mucho menos, de él. Saben que el verano que viene volverá a casa y, si sigue así, lo hará mucho más maduro tras su paso por San Siro. Es muy pronto para vaticinar lo que ocurrirá con su futuro próximo, pero Brahim tiene el ejemplo más reciente de Odegaard para ver que puede hacerse un hueco si se mantiene a un buen nivel. Brahim no quiere hablar ahora del Madrid y solo centrarse en el Milan, su club actual, pero tiene una espina clavada y le espera de vuelta un Zidane con el guarda una relación especial y confía en que acabe saliendo todo el potencial de Brahim.
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