Antonio Conte se reencuentra con el Real Madrid. El técnico italiano visita este martes con su Inter de Milán el Alfredo Di Stéfano en un duelo trascendental para la clasificación en la fase de grupos de la Champions League. Solo se ha enfrentado en dos ocasiones al conjunto blanco en partido oficial con un empate y una derrota como balance durante su etapa como técnico de la Juventus de Turín. Fue en la fase de grupos de la máxima competición continental en la temporada 2013/2014, antes de coger las riendas de la selección de Italia.
Con un carácter rematadamente fuerte y sus éxitos a los mandos de Juventus o Chelsea, el entrenador nacido en Lecce cogió los rumbos del nuevo proyecto del Inter de Milán la pasada temporada y lo hizo por la puerta grande. Jugó la final de la Europa League, donde solo se vio superado por el Sevilla, y luchó por la Serie A con el equipo turinés. La realidad es que el conjunto 'neroazzurro' volvió a ser lo más parecido al histórico club de siempre.
Es un competidor nato, aunque a veces esa forma de ser se le vuelva en contra. Más o menos es lo que sucedió durante su paso por Inglaterra. No casó con el Chelsea, ni con la Premier, a pesar de levantar el título del campeonato liguero británico y también el de la FA Cup. Pero ahora se está recomponiendo su leyenda con este inicio de etapa en el Inter. La propiedad de Singapur ha puesto toda su confianza en las cualidades de un entrenador deseado siempre que ha estado libre por los más grandes. Está claro que no vale para cualquier club por chocar con su filosofía; quizá también es la razón por la que nunca entrenó al Real Madrid.
El que fuera capitán de la Juventus de Turín durante su etapa como jugador no solo se reencontrará con el equipo blanco. También lo hará con Zinedine Zidane, con el que compartió vestuario. El francés se deshizo en elogios hacia él en rueda de prensa y explicó que, después de esa experiencia juntos, tenía claro que algún día "se convertiría en un gran entrenador". La realidad es que el técnico galo ha sido el principal responsable que desde Madrid se olvidasen de su figura. Este martes habrá una gran batalla en los banquillos entre dos personas que tienen una buena relación.
Por medio también endulzará este enfrentamiento la figura de Antonio Pintus. El preparador físico que llegó con Zidane cuando cogió las riendas del primer equipo en 2016 y continuó en el Real Madrid cuando el francés decidió irse vuelve a verse las caras con los merengues ahora enrolado en las filas del Inter. Conte aprovechó el divorcio entre ambos para llamarle y darle un puesto en su nuevo proyecto. El gurú de la preparación física, "el sargento", como le llamaron algunos jugadores, volverá también a Valdebebas para incentivar esta rivalidad entre amigos.
Tres oportunidades
Si durante ese único enfrentamiento de su vida con el Real Madrid se deshacía en elogios hacia el equipo que entrenaba Carlo Ancelotti y decía que era "lo máximo a lo que podías llegar en el panorama futbolístico mundial", el entrenador italiano ha podido hacerse cargo del conjunto blanco hasta en tres ocasiones distintas. Siempre ha salido su nombre cuando aparecía una crisis de resultados o cuando un entrenador dejaba vació el banquillo del Real Madrid, pero nunca ha podido verse como el técnico local en el Santiago Bernabéu.
Desde que Conte comenzó su carrera en los banquillos en el Arezzo y en el Bari en la Segunda División italiana, su estatus como exjugador prácticamente le señaló siempre hacia un gran banquillo. Teniendo en cuenta el trabajo que hizo en esos equipos, junto con lo logrado en el Siena al que llevó a la Serie A, se motivó su llegada a la Juventus. Tras eso, récords en la Primera División transalpina, títulos, el gran paso por la selección nacional, la odisea de Inglaterra... Pero su historia con el Real Madrid no terminó de llegar.
La primera vez que sonó fue con la llegada de Zidane en el mes de enero de 2016. Cuando Rafa Benítez abandona la casa blanca tras los resultados que consiguió durante su corta estancia como primer entrenador merengue, Antonio Conte ya surgió como opción para hacerse cargo del primer equipo. Era el seleccionador de Italia, pero un par de meses después abandonaría ese puesto para recalar en el Chelsea. No hubiera habido impedimentos en forma de contrato para que llegase.
2018, año clave
Pero en la segunda ocasión quizá se pudo vislumbrar por qué no se concretaba esa llegada. Llegaría el verano de 2018, cuando Zinedine Zidane decide acabar su etapa como técnico blanco después de tres Champions League consecutivas. Ahí el italiano seguía vinculado al Chelsea, pero no parecía clara su continuidad en la Premier League y la llamada del Real Madrid podría cambiar su estatus en cualquier momento. En julio, de hecho, se marcharía de Londres. Los blancos ficharon unos días antes de que se confirmara su salida a Julen Lopetegui durante el Mundial de Rusia.
La última vez que pudo llegar a 'la casa blanca' sería después de que finalmente la dirección deportiva blanca se decantase por Lopetegui. El italiano volvería a aparecer en las quinielas cuando el español fue despedido tras ser humillado por el Barça. Conte estaba liberado en ese momento y todos daban por hecho que sería el nuevo entrenador merengue. Pero la operación no se completó, llegó Santiago Solari y, después, Zidane regresaría al banquillo del Real Madrid.
Después de esa debacle merengue en el Camp Nou, el nombre de Conte sonaba con más fuerza que nunca. Sergio Ramos dio la cara tras el partido y, cuando le preguntaron por su mano dura, el capitán blanco respondió claro: "El respeto se gana, no se impone. Ni un nombre ni otro. Hemos ganado todo con entrenadores que ya conocéis, al final la gestión del vestuario es más importante que el conocimiento técnico de un entrenador". Desde ese momento, nunca más se volvió a hablar del italiano.
La suerte del sorteo rubricó este duelo con morbo por el pasado, el presente y el futuro. Un partido que será el regreso de Achraf Hakimi a Valdebebas, pero que esa fotografía de Antonio Conte en la Ciudad Deportiva Real Madrid también tendrá un significado. El técnico del Inter tiene motivos para motivarse, cuenta con un bloque que ya ha demostrado su valía en Europa y que solo ha hecho que mejorar. Razones también hay para pensar que el choque de este martes será trepidante.
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