Zinedine Zidane no atraviesa su mejor momento en el Real Madrid. El técnico francés ha estado en el centro de los focos tras los últimos resultados. Hay quien ha llegado a hablar de una dimisión. Sin embargo, como ha adelantado EL BERNABÉU, tanto Florentino Pérez como la plantilla le han trasladado su apoyo al entrenador merengue.
Además, él mismo dejó claro que no dimitiría tras la derrota ante el Shakhtar. "No voy a dimitir para nada. Nosotros en la primera parte estuvimos muy bien, merecimos un gol. Metiendo un gol nosotros, hubiese cambiado todo. Pero al meter ellos, nos hicieron mucho daño. Tuvimos dos o tres ocasiones, dimos al palo, pero no quería entrar y luego ha sido complicado", indicó tras el tropezón en la Champions League.
Zidane tiene crédito por delante y quedan varios encuentros determinantes para conocer su futuro y el del Real Madrid. Mientras tanto, los que mejor le conocen le han trasladado su apoyo público. Iker Casillas, exportero del Real Madrid y conocedor a ciencia cierta de lo que sucede en el conjunto merengue, trasladó su apoyo y confianza al técnico del equipo.
"Es un magnífico entrenador, un buen amigo y hará todo lo posible para tener al Madrid lo más alto arriba posible", explicó Iker Casillas. Según el exguardameta, "no se puede vivir del pasado" en el Real Madrid. Algo que siempre persigue a Zidane con esas tres Champions consecutivas con el conjunto blanco.
Sin embargo, el entrenador galo "se ha ganado el derecho a confiar en él", aseguró durante los premios del diario As. El Real Madrid tiene por delante una final anticipada de la Champions, con un derbi muy cerca en el calendario y con varios partidos determinantes para el futuro en La Liga. La confianza en Zidane viene de diferentes focos y el técnico tendrá varias pruebas por delante.
Casillas, más allá de hablar sobre el técnico, también lo hizo sobre su futuro más cercano. El de Móstoles se espera que se sume al club merengue como embajador y, por ello, repitió que "el Real Madrid" es su "casa" y "si llega" el momento de trabajar para el club de la capital, "será bonito volver". Algo que en ningún caso será como entrenador dado que sus aspiraciones no siguen ese camino. "Me sacaré título de entrenador, pero mi vocación no es entrenar", explicó a Efe.
Una nueva vida
El guardameta ha cambiado completamente su estilo de vida. Iker sufrió un infarto durante un entrenamiento con el Oporto y sintió cómo no podía respirar. No le dio importancia y siguió con su preparación. Sin embargo, llegó un punto donde tuvo que tumbarse sobre el césped. Estaba sufriendo un infarto y apenas lo sabía. Él mismo, en un documental, lo ha explicado.
Un incidente que le obligó a retirarse de los terrenos de juego y comenzar una nueva vida ligada al deporte. Esa que indica que no seguirá en los banquillos como entrenador profesional, pero sí de otra manera.
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