Todos tenemos una bestia negra. Un rival que da igual como esté, que siempre te moja la oreja. Un enemigo al que mejor ver lejos. Eso es lo que debe pensar Simeone de Zidane y el Atlético del Real Madrid. Porque este sábado, otra vez, el Súper Atleti del Súper Cholo volvió a perder. ¡Y eso que tenía La Liga "ganada"!, según muchos, hace tan solo una semana.
"Zidane es un alineador", "Kroos debería haber sido vendido", "Benzema no es un '9'", "Modric está muy mayor" o "Lucas Vázquez no sería titular en la mitad de los equipos de España". No, no lo dice el que escribe estas líneas, sino es un breve recordatorio de lo que se ha dicho del Real Madrid y de su plantilla durante las últimas semanas y que uno tenía apuntado en la libreta de los recados.
El baño y masaje a Simeone fue de principio a fin. El entrenador mejor pagado del mundo, que cobró 4.292 euros durante el tiempo que duró el derbi según datos de la cuenta de Twitter del Cholómetro, recibió una nueva clase magistral del mal llamado "alineador".
Y es que a Zidane se le falta el respeto con frecuencia. Es un mal hábito, más que nada porque no tarda en retratar a sus haters. Llevábamos ya varias semanas con aquello de que este Súper Atleti del Súper Cholo era mucho mejor que el Real Madrid y va, llega el derbi y zasca en toda la boca, pluma o teclado.
El Real Madrid fue mejor de principio a fin. Pero es que no ganó solo en juego, sino también en intensidad y agresividad. Claro que Zidane ha cometido errores semanas atrás, pero también ha mostrado su capacidad para ser un transformer y convertir un castillo de naipes en una ciudad amurallada.
El agitado diciembre que algunos veían ya en el club blanco cuando perdió en Kiev ante el Shakhtar, finalmente, parece ser el de la reivindicación: tanto de Zidane como de la plantilla. Tres triunfos consecutivos, contra Sevilla, Borussia y Atlético, para pasar como primero de grupo a los octavos de Champions y acechar ya el liderato en La Liga. Malos tiempos para los fatalistas.
Moraleja: nunca den por muerto ni al Real Madrid ni a Zidane. Y es que son tal para cual. El francés es el escudo convertido en entrenador. Capaz como nadie de moverse al borde del abismo y resucitar como Fénix, ojo, el ave, no el jugador portugués del Atlético de nombre similar y que sigue en paradero desconocido porque en el derbi ni se le vio.
[Más información - El derbi sigue igual: el Real Madrid somete al Atlético y completa su gran semana de resurrección]