La carrera de Zinedine Zidane como futbolista dejó muchas imágenes para el recuerdo. Sus compañeros lo disfrutaron y sus rivales lo sufrieron, Jerome Rothen fue los dos y hay un rifirrafe con él que le dejó marcado. Rothen, exjugador internacional francés, ha repasado en RMC Sport su carrera, que entre el 2000 y 2013 pasó por varios equipos de la Ligue-1, entre ellos el Mónaco y el PSG.
Como futbolista del Mónaco, una de las grandes victorias que recuerda es la que ocurrió el 6 de abril de 2004 en el estadio Luis II de Mónaco. El Real Madrid visitaba la casa del equipo del Principado en la vuelta de los cuartos de final de la Champions League. Contra todo pronóstico, los blancos, con los Galácticos en sus filas, cayeron eliminados contra el equipo que dirigía Didier Deschamps.
Rothen fue titular aquel día y recuerda bien lo que ocurrió. El Real Madrid, con Carlos Queiroz como entrenador, venía de ganar 4-2 en la ida celebrada en el Santiago Bernabéu. Sin embargo, en la vuelta tropezó contra el Mónaco y perdió 3-1 con goles de Giuly y Fernando Morientes. El partido se cargó de tensión y los Galácticos no pudieron controlar sus nervios, ni siquiera Zidane.
Rothen recuerda una acción en el partido de vuelta entre él y Zidane. El Mónaco iba por delante en el marcador, tenía en su mano la clasificación para las semis de la Champions y tuvo un 'roce' con su compatriota, con quien había compartido vestuario en la selección francesa: "Levántate, hijo de puta", asegura Rothen que Zidane le dijo. "Es un punto negro en mi carrera. Nos conocíamos de la selección francesa y no lo entiendo", comenta.
"Tenía buena relación con él, aunque no sea de los que acostumbra a hablar mucho. Hice una falta y estamos al final del partido. Ya con 3-1 y clasificados, pierdo tiempo. Hay frustración por su parte, pierde un balón... Es el Real Madrid de los Galácticos eliminado por el pequeño Mónaco y no esperaban esta locura", cuenta.
Rothen, aunque entiende el momento en el que ocurrió todo, cree que el '5' del Real Madrido cruzó la raya: "Comprendo su nerviosismo pero esas palabras, dirigidas a alguien que conoces, con quien entrenaste y con quien jugaste en la selección... no las entiendo. No digo que fuéramos los mejores amigos del mundo. Yo también he insultado, pero a alguien con el que has compartido la misma camiseta, con quien te sentabas al lado en el vestuario... Creo que hay límites", acaba.