Pepe ha sido uno de los centrales más importantes en la historia reciente del Real Madrid. Junto a jugadores como Sergio Ramos, Varane o Cannavaro formó una de las defensas más temidas del mundo. Además, el portugués no dejaba indiferente a nadie por su dureza y contundencia y por ser un defensa que no se andaba con chiquitas cuando el balón rondaba el área blanca.
El ahora jugador del Oporto fue un icono dentro del madridismo, aunque no terminó saliendo bien de la entidad madridista después de haber exigido una renovación por dos años cuando el club estaba dispuesto a ofrecerle una fórmula de uno más otro por objetivos. Sin embargo, guarda un gran recuerdo de haber defendido el escudo merengue.
Su llegada fue realmente polémica porque fue bautizado como el central de los 30 millones, cantidad que el Real Madrid pagó al Oporto por él. En aquel momento, Pepe llegaba como uno de los mejores centrales del mundo, expeditivo y correcto y que en el Madrid aprendió también a desempeñarse como pivote defensivo en aquel gran equipo armado por Mourinho para las ocasiones especiales.
Pepe ha concedido una entrevista al medio portugués Expresso en el que ha repasado, entre otras cosas, su fichaje por el equipo madridista: "Ufff... ¿Mi fichaje por el Real Madrid? Todo fue muy rápido, pero de hecho podría haberme ido antes, pero no al Madrid, sino al Deportivo La Coruña, al final de mi primer año en Oporto".
"El presidente Pinto da Costa me dijo: 'No, no , no de ninguna manera, te quedarás más aquí en el FC Porto'. Pero la prensa seguía escribiendo algunas cosas y Jorge Mendes me decía otras: 'Hay un club de Inglaterra interesado, está este otro...' ¿Sabes? Y cuanto más jugaba, más clubes aparecían".
"En el tercer año renové por otros cinco y al final de temporada llegó la propuesta del Real Madrid, aunque tuve otras oportunidades. Y tenía muchas ganas del Real Madrid, a pesar de que mucha gente me decía que estaba loco por ir allí, porque era muy difícil y, sobre todo, porque era un cementerio de centrales. En ese momento, la Real tenía un hueco para llenar desde la salida de Hierro y yo quería este desafío. Todavía intentaron que yo fuera a otro lado, pero yo siempre fui muy directo: '¿Real no quiere? ¿No paga al FC Porto? Si hace todo eso entonces, está hecho'".
Su etapa de blanco
De esta forma, Pepe terminó llegando al Real Madrid por lo que entonces era una cantidad desorbitada. 30 millones por un central llegado del fútbol portugués que superaban incluso el fichaje de Ramos: "La prensa española es mucho más dura que la portuguesa, eso lo garantizo. Mi fichaje fue así: dejé la concentración del Oporto, compré ropa en el aeropuerto y cuando llegué a T4 de Madrid tenía muchos periodistas esperándome".
"Jorge Mendes me advirtió: 'Cuando sales por la puerta, vas a tener mucha gente a tu lado, dame tu bolso'. Le di a Jorge mi bolso, que recuerdo que era un bolso de hombro, abrí la puerta y los periodistas me hicieron la primera pregunta: 'Pepe, Pepe, ¿traes los 30 millones en ese bolso?' Oye, no sabía qué decir; Sentí un pequeño empujón en la espalda y a Jorge decir: 'Vamos, vamos, no hables'. Pfff .. '¿Los 30 millones? ¿Tú que crees? No sabía hablar español. Entonces, sí, fue difícil".
Tras su llegada al equipo blanco, Pepe coincidió con pesos pesados como Cannavaro, con quien tuvo un encuentro especial: "En la pretemporada prácticamente no hablaba, solo entrenaba y miraba, porque soy muy observador. Entonces, íbamos en el avión a Austria y sucedió que él se sentó delante de mí".
"Lo pillé leyendo una revista y, cuando me di cuenta de que se había acabado y que el avión iba a aterrizar, me puse valiente y le dije: 'Cannavaro, Cannavaro, ¿me pueden dar la revista?'. Y Cannavaro miró hacia atrás y me dijo: '¿Cannavaro? Mi nombre es Fabio '. Y me dio la espalda. No supe qué decir. Fueron segundos, tal vez minutos, pero eso pareció una eternidad, hasta que me dio la revista".
Pepe también ha recordado como era ese primer Madrid de su llegada: "Mi primer partido fue contra el Atlético de Madrid. Yo venía de un club organizado tácticamente, en el que si la pelota sale por el lado izquierdo, tienes que presionarla allí, cosas así, básicas. Y lo que encontré en el Madrid fue un caos".
"En el minuto 30 se rompe el juego y nos llegan en uno para uno y corremos para atrás. Yo me vuelvo hacia Fabio y le digo: '¡Fabio! ¡Fabio! ¡¡¡Cobertura, cobertura!!!'. Y él me dice: 'No, no, aquí no se hace eso. Cada uno por su lado'. Y yo: '¿Es así? ¡Joder!' Yo miraba y veía a los laterales arriba, al pivote defensivo arriba... Y yo pensaba: '¿Qué? ¿Cincuenta metros a mis espaldas y estoy aquí para hacer un uno contra uno?'".
"Luego pensé que tranquilo, que lo haría bien. Poco a poco fui conquistando estatus. Quien jugaba en el Real Madrid, en ese momento, tenía que escuchar a la afición gritando goles, porque el 2-0 no era suficiente; había que marcar cuatro, cinco, seis goles y atrás solo quedaban los centrales y el portero".
Si en el campo no era fácil, en el vestuario tampoco fue nada fácil convivir: "No era un vestuario fácil. Allí, todos son jugadores de selección de alto nivel. Y por lo tanto, todos son importantes, no solo esos once titulares. Pero es una presión brutal: si ganas, las cosas van bien, te quedas en el equipo y en el club; si no ganas te vas, otro jugador entra en tu lugar y listo. Si no tienes rendimiento, tienes a otros esperando que quieren tu lugar para apretar; así que siempre debes estar a un alto nivel".
Sus entrenadores
Con el tiempo, Pepe ha reconocido que la llegada de Mourinho fue buena para el Madrid y que sus diferencias están olvidadas: "Mourinho vino al Real Madrid para ganar La Décima, porque eso era lo único que importaba. El club solo quería la Champions, el campeonato era secundario".
"Mourinho trajo mucha ilusión, porque había ganado la Champions con el Inter de Milán en el Bernabéu, y también mucha organización y acabamos haciendo tres buenos años con él: ganamos una Liga, una Copa del Rey, pero no pudimos ganar la Champions. Todo está arreglado, resuelto, no tengo ningún problema con el Míster. Lo admiro por el trabajo que hace, son situaciones que pasaron y ya está".
Después, Pepe consiguió ganar tres Champions con el Real Madrid, algo que no había imaginado nunca: "¿Qué yo, un chico que dormía acompañado de mi madre hasta los 18 años, podía ganar tres Champions? Mira, nunca me lo imaginé, es cierto. Creo que cuanto más imaginas, más olvidas el presente".
Pepe también ha tenido palabras de agradecimiento para Carlo Ancelotti, quien fue muy sincero con él a su llegada. Pepe venía de sus problemas con Mourinho y su papel en el equipo no estaba claro: "Me llamó Ancelotti y fue muy honesto: 'Mira, Pepe, tengo a Sergio Ramos, tengo a Varane, que tiene mucha calidad, y te tengo a ti. Ya te digo que no eres la primera opción".
En ese momento, Pepe le preguntó a Carletto si quería que se fuera, y este se lo negó. Por ello, Pepe aceptó el reto de quedarse y pelear: "Acepto. ¿Pero míster, me dará la oportunidad de luchar por mi lugar, en igualdad de condiciones? ¿Sin preferencias? Y Ancelotti me respondió: 'Esto es exactamente lo que esperaba escuchar'".
La relación entre los dos fue muy buena y Ancelotti quiso que Pepe jugara la final de Champions en Lisboa a pesar de que llegaba lesionado. El italiano tenía tanta confianza en el equipo que pretendía que el portugués saliera solo unos minutos al final para figurar como participante. Sin embargo, y en una conversación en la que estaba Cristiano presente, Pepe le confirmó que no podía jugar y que se sentiría tan campeón de Champions como el que más a pesar de no jugar.
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