La salida de Martin Odegaard del Real Madrid es cuestión de horas. Es algo que está al caer desde hace varios días y este miércoles, tras jugarse ayer el último partido del Arsenal, podría ser la fecha indicada para anunciarse su cesión hasta final de temporada. El club blanco pierde una pieza en un centro del campo donde no sobraban jugadores y Zinedine Zidane deberá buscar soluciones.
Quedan por delante, todavía, cuatro meses de competición. El grueso de la temporada está por venir y Zidane, ahora mismo, cuenta con solo cinco piezas en la medular. El número de efectivos se queda corto, pero el técnico francés no pudo convencer a Odegaard para seguir. El noruego, que llegó en verano con la expectativa de ser importante, se quedó sin minutos y perdió la confianza en su entrenador.
El motivo quizás sea la insistencia de Zidane en alinear el mismo centro del campo que estableció hace ya cuatro años con su llegada al banquillo. La CMK o lo que es lo mismo, Casemiro, Modric y Kroos siguen siendo indiscutibles con Zidane, pese a que el paso de los años hacía pensar en un cambio generacional. Fede Valverde había abierto las puertas y con Odegaard se pretendía que siguiera ese camino, pero no ha sido así.
De hecho, Valverde ha retrocedido en comparación al papel que tuvo la temporada pasada. Solo ha sido titular en tres ocasiones (una de ellas contra el Alcoyano) desde su regreso de una lesión en la primera mitad del mes de diciembre. Ahora vuelve a estar de baja por una lesión en el aductor y estará fuera en torno a 10-14 días. Un problema más para Zidane, que contará con cuatro centrocampistas para los próximos compromisos.
Que Casemiro, Modric y Kroos sean indiscutibles es una gran noticia porque significa que su rendimiento es bueno y siguen estando entre los mejores del mundo. Odegaard prefirió no esperar su oportunidad y se va, dejando con menor profundidad de banquillo al Madrid y reduciendo las alternativas (que ofrecían su fútbol) para Zidane.
Cuatro meses es mucho tiempo y Zidane sabe que no podrá depender solo de su tridente de confianza y Valverde. La otra pieza es un Isco Alarcón venido a menos desde hace ya demasiado tiempo. La esperanza es recuperarle y Zidane todavía tiene confianza en conseguirlo, mientras que su destino parece abocado a una salida del Madrid en verano. Zidane se la juega con él, con un Isco que también pidió salir en enero pero que, a diferencia de Odegaard, no lo ha acabado haciendo dadas las circunstancias actuales.
La oportunidad de Blanco
Zidane tendrá que rellenar el hueco de Odegaard sin fichar y parece tener un claro favorito: el canterano Antonio Blanco. Nacido en el año 2000 (como Vinicius), Blanco ha entrado en las últimas dos convocatorias del primer equipo sin llegar a debutar. Tiene pinta que Zidane le seguirá llamando y en algún momento le llegará la oportunidad de demostrar por qué es considerado uno de los grandes talentos de La Fábrica.
Blanco juega de '5' aunque a la espalda suela llevar el '6'. Es lo más parecido que hay a un recambio de Casemiro y con la salida de Odegaard se le ha dejado libre un hueco que puede cubrir durante unos meses a caballo entre el primer equipo y el Castilla de Raúl. Campeón de la pasada Youth League, Zidane ya le probó en un amistoso contra el Getafe (jugando con Valverde y Kroos) y varios meses después espera su debut oficial.