Khvicha Kvaratskhelia, el mejor futbolista georgiano, tiene 20 años, es aficionado del Real Madrid y es jugador del Rubín Kazán, desde donde ha llamado la atención de los grandes clubes de Europa. Es, por tanto, la gran amenaza de España en su camino al Mundial. Tras el empate ante Grecia, ganar a Georgia es clave.
"Mi sueño, por supuesto, es el Barcelona, pero todos mis hijos, incluido Khvicha, son del Real Madrid", comentó a la prensa su padre, Badri, antiguo jugador de fútbol. Khvicha, que cumplió 20 años en febrero pasado, se formó en el histórico Dinamo Tiflis, campeón de la Recopa en 1981, y hace dos años dio el salto al fútbol ruso, primero en el Lokomotiv Moscú y después en el Rubín.
La temporada pasada ya dio señales de su talento, pero su explosión se produjo este año con la llegada al banquillo de Leonid Slutski, antiguo seleccionador ruso con experiencia en el fútbol inglés y holandés. Precisamente, en Holanda, en el Vitesse, coincidió con otro madridista, Martin Odegaard, que empezó a mostrar todo su potencial bajo la batuta del técnico ruso.
Slutski, campeón de la liga rusa con el CSKA Moscú, es conocido por su predilección por el trabajo con los jóvenes, algo que está demostrando de nuevo esta temporada en el Rubín, que derrotó recientemente al líder, el Zenit. Hace unos meses comentó a Efe que Odegaard ya estaba preparado para recalar en el Real Madrid, pero ésta no es su opinión en relación con el centrocampista georgiano.
Kvaratskhelia debe fichar por un "club medio" de una de las principales ligas europeas, señala. "Debe dar un paso intermedio entre la liga rusa y un grande. Gracias al cielo, la edad y su calidad se lo permiten. En su lugar optaría por un club tipo Sevilla, Atalanta o Bayer. Como él está loco por el fútbol, si no recibe suficiente tiempo de juego en un gran club, puede acabar quemándose. Necesita ir a un club en el que tenga garantizado jugar", opinó.
El hombre de moda
En Georgia no se habla de otra cosa, ya que hacía muchos años que la cantera local no producía un jugador de este calibre. Lejos quedan ya Kaladze (Milán) o Arveladze (Ajax). "Tengo fe en que acabará en el Real Madrid o en el Bayern", dijo su agente Nobel Dzhugueli, quien también mencionó como posibles destinos el Barcelona y los grandes de Italia, Juventus, Milán o Inter.
En 2020 fue nombrado jugador del año en Georgia, pero sigue teniendo los pies en el suelo. Pese a su creciente fama, siempre que vuelve a casa, a Tiflis, juega al fútbol con sus amigos del barrio. "Siempre hay que creer en Dios", dice su cuenta de Instagram, ya que Khvicha es un creyente confeso.
Los aficionados sueñan con que la nueva estrella del fútbol georgiano les lleve en un futuro cercano a disputar su primer torneo de naciones de fútbol, oportunidad que desaprovecharon en noviembre en la repesca ante Macedonia del Norte (0-1), derrota que les impidió disputar la Eurocopa.
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