El futuro de Erling Haaland es un conflicto muy difícil de resolver para el Borussia Dortmund y en el club alemán lo saben. El conjunto que entrena Edin Terzic se ha caracterizado siempre por ser un club vendedor y por sostener su viabilidad económica a base de dar salida a sus grandes estrellas con precios muy elevados. 

En esta ocasión, Haaland es su jugador franquicia y el delantero ha adquirido una fama mundial que le han llevado a ser una de las piezas más codiciadas del mercado, seguramente la más deseada junto a Kylian Mbappé. Su caso podría superar al de otras ventas como las de Lewandowski, Hummels, Gotze o Dembélé y en el Dortmund ya han comenzado una guerra interna por aclarar sus propias cuentas. En ese apartado, en el económico, es en el que Haaland podría tener un papel fundamental. Su venta podría estar más cerca por motivos obligados. 

La situación del Borussia Dortmund no es especialmente buena, algo que le sucede a la gran mayoría de clubes europeos que han sido golpeados con fuerza por la pandemia. La temporada se acerca a su final y es necesario cuadrar cuentas, algo que solo se podrá conseguir con grandes ventas y reducciones salariales porque los ingresos y los patrocinadores han caído en picado en los últimos dos cursos. 

A pesar de que algunos como el CEO del club Hans-Joachim Watzke han intentado vender que la situación del conjunto alemán es buena y que no están forzados a hacer grandes ventas para salvar la estabilidad económica y sanear la salud financiera de la entidad, ya hay algunas voces autorizadas que se salen de este discurso. 

Es el caso del director deportivo del conjunto alemán, Michael Zorc, quien asegura que sufrirán un importante golpe este curso: "Perderemos entre 80 y 90 millones en ingresos". Además, después de esta apocalíptica afirmación, dejó un mensaje de esperanza para todos aquellos que tengan pensado intentar fichar a algunas de las estrellas del Dortmund como Haaland o incluso Jadon Sancho: "Hay que actuar en consecuencia". 

Problemas en Dortmund

Tras estas palabras, muchas miradas se centraron en Erling Haaland, la gran estrella del Dortmund y que está siendo pretendido por equipos como el FC Barcelona o el Manchester City. Sin embargo, quien lleva la delantera en la carrera por el noruego es el Real Madrid. Tal y como ha informado EL BERNABÉU, el jugador quiere recalar en el club blanco y las relaciones entre ambas instituciones son inmejorables. Por si esto fuera poco, su agente, Mino Raiola, está como loco por realizar una gran operación con el equipo más importante del mundo y qué mejor que hacerlo con el que podría ser el jugador más decisivo de la próxima década. 

Sin embargo, todavía estamos en el mes de abril y sellar la salida de Haaland podría ser un mazazo terrible para el Dortmund, por lo que el propio Zorc ha tenido que calmar un poco las aguas con la situación del ariete nórdico: "No veo la necesidad de establecer plazos en este momento para realizar operaciones. Con Erling Haaland tenemos una postura clara que hemos comunicado a las partes involucradas".

En efecto, desde el Borussia Dortmund le han comunicado a Mino Raiola y al padre del jugador, que en los últimos días han estado visitando Barcelona, Madrid y a varios equipos de la Premier, que quieren mantener al jugador, aunque saben que será casi inevitable negociar con algunos de ellos una futura venta. Ahí es donde los blancos tienen ventaja sobre el resto, por lo que son optimistas con la llegada del gran galáctico este verano, sin olvidar tampoco la figura de Mbappé y otros fichajes como el de Alaba. 

De momento, el Dortmund está muy pendiente de su futuro en la Champions, ya que eliminar al City y soñar con meterse en la final podría ser un impulso económico muy importante. Por contra, no clasificarse en la Bundesliga entre los puestos que dan acceso a jugar la próxima Liga de Campeones podría suponer un palo enorme para la afición, para las arcas del club y para un Haaland que se vería fuera de la competición más prestigiosa. El culebrón Haaland continúa, pero los agujeros del Dortmund empiezan a poner todo de cara. 

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