Minuto 82 de El Clásico, el marcador luciendo un 2-1 favorable al Real Madrid y jugada polémica en el área defendida por Thibaut Courtois. Martin Braithwaite cayó dentro del área después de un presunto contacto con Ferland Mendy. Y entonces se desató la ira entre los jugadores y el banquillo del Barcelona.
Hasta el último alma del Barça pidió a Gil Manzano que señalase el punto de los once metros. El colegiado principal del encuentro no consideró que la acción era merecedora de penalti y después, en la ya tradicional revisión del VAR, tampoco se consideró que había contacto suficiente como para pitar penal.
Lo cierto es que el contacto entre los futbolistas no es suficiente para que se hubiera ejecutado el lanzamiento desde los once metros. Braithwaite según siente que algo le roza, se va al suelo sin dudarlo. Teatralizando, además, su caída, haciendo todavía más inverosímil la situación.
El contacto en la muñeca entre los futbolistas es insuficiente para hacer penalti, pero es que incluso es insuficiente para desequilibrar al jugador del Barcelona, que se cayó como si le hubiesen pasado por encima. Acierto de Gil Manzano, que antes del final del encuentro dejó al Real Madrid con uno menos por la expulsión de Casemiro por doble amarilla.
Enfado del barcelonismo
Después del partido, el Barcelona mostró su enfado por la derrota (por 2-1) empezando por Koeman: "Si eres del Barcelona estás caliente, muy descontento por dos decisiones del arbitraje. Antes quiero decir que nosotros no estuvimos bien en la primera parte. Ni defendiendo ni atacando".
"En la segunda parte hemos mejorado. Solo pido que el arbitraje acierte. Es penalti y creo que el extra time de cuatro minutos, cuando el árbitro paró el partido dos o tres minutos por su hombro... El penalti es clarísimo. Una vez tenemos que aceptar y callar", añadió el técnico holandés en rueda de prensa.
Sergi Roberto, por su parte, se mostró sorprendido por lo sucedido: "Le toca, otra cosa es si el contacto es suficiente o no. Lo que me ha sorprendido es que rápidamente ha dicho que no era nada y ni tan siquiera ha querido ir a mirar el VAR". Mientras que Piqué se encaró con Gil Manzano después del partido, antes, durante el trascursod el choque, fue Messi el que echó la bronca al árbitro. "Habla bien, con respeto", le dijo el '10'.
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