El anuncio de la Superliga Europea ha hecho tambalearse los cimientos del fútbol. La competición estaba organizada y creada por 12 de los clubes que más aficionados movilizan en el planeta. El objetivo no era otro que generar más beneficios en plena crisis económica. Pero la reacción de parte de la sociedad, la intervención de grupos políticos y las amenazas de la UEFA han acabado desmantelando parte de la Superliga en apenas unos días. Y, en esa parte, se encuentra la excepción de clubes como el Barça.
El conjunto catalán ha sido el último en pronunciarse por medio de un comunicado. Tras el goteo de notas oficiales de los clubes ingleses, de los italianos y hasta del Atlético de Madrid, al entidad presidida por Joan Laporta ha aguantado hasta el final sin dar un paso atrás.
Junto a la Juventus y al Milan, como matizó Florentino Pérez en su última entrevista, parecen ser los equipos que más apuestan por esta nueva competición. Una actitud de lealtad y que ha unido a dos entidades cuya máxima rivalidad en los terrenos de juego forman parte de la historia del fútbol. Ambos, que movilizan aficionados en todo el planeta, son claves en la crisis deportiva que se avecina tras las tensiones con la UEFA.
El Barça de Laporta, que incluyó una cláusula para someter a votación la entrada en la Superliga, tiene la misma idea que el de Bartomeu. Fue este quien anunció la inscripción hace meses, justo antes de su dimisión. Pero ha sido Laporta quien, pese a las críticas que había, resistió e incorporó a la entidad catalana en la Superliga Europea. Por varias razones, pero la más importante la de salvar la economía del club.
Respaldo al proyecto
El nuevo presidente azulgrana no lo ha tenido fácil y podría haber cedido a las presiones como otros en su mismo puesto. Sin embargo, y pese a mantener silencio durante varios días, su primera y última comunicación ha sido para defender la Superliga y la inclusión del Barcelona en dicha competición.
Laporta, en un primer momento, dejó clara su postura favorable: "Tenemos una posición de prudencia. Es una necesidad, pero la última palabra la tendrán los socios. Los clubes grandes aportamos muchos recursos y debemos decir la nuestra respecto al reparto económico".
Por si fuera poco, el Barcelona emitió un comunicado oficial donde explicaba a toda la masa social la posición del club. No se movían ni un ápice: sería un error histórico no meter al Barça en la Superliga, aunque se tendrá que votar en Asamblea. Y lo hacía, además, subrayando la legalidad de la competición y denunciando las amenazas de la UEFA a, entre otros, el Real Madrid.
"El Club considera que estaría fuera de lugar que el necesario proceso de reflexión y debate se establece bajo criterios de presión e intimidación injustificados", subrayaban en la nota oficial que ha supuesto el último comunicado enviado por alguno de los implicados en la Superliga. Un claro mensaje de respaldo que llega justo después de que desde la UEFA se haya criticado tanto a Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, como a la propia entidad merengue.
Además, en las últimas horas medios como The New York Times han revelado una llemada de Laporta a Tebas en la que le trasladaba la creación de esta Superliga antes de su oficialidad. Movimiento que aprovecharon el resto de organizaciones para prepararse para el ataque. Pese a ello, el apoyo de Laporta y el Barça que preside a la Superliga es total y absoluto. Tanto que, pese a peticiones de aficionados y salida masiva de clubes fundadores, la entidad catalana ha reafirmado su compromiso.
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