Semana clave en el vestuario del Real Madrid. Los jugadores merengues no han tenido días sencillos y la presión ha sido máxima. Primero con La Liga, donde tuvieron que afrontar duelos determinantes ante equipos como el Barcelona. Las bajas por lesión y los contratiempos derivados de la Covid-19 pusieron contra las cuerdas a los de Zidane, que acabaron llevándose El Clásico bajo la lluvia.
Y misma situación se ha vivido en la Champions League, donde perdieron a su línea defensiva y a jugadores determinantes del centro del campo como Fede Valverde. Pese a ello, se llegó a semifinales. La falta de físico y un mal planteamiento táctico acabaron con el sueño de la competición europea en las semis contra el Chelsea. El golpe anímico es grande, más teniendo en cuenta que el torneo continental es el principal objetivo de cada temporada madridista. Sin embargo, el calendario no da tiempo para la lamentación y el mensaje en el seno merengue es claro: toca La Liga.
Por delante quedan cuatro jornadas. Pero es justo este fin de semana cuando el Real Madrid puede empezar a depender de sí mismo. Ganar al Sevilla y esperar un tropiezo del Atlético de Madrid puede catapultar al equipo blanco hasta el liderato de la clasificación. Sería el único título de esta campaña y todo un impulso para los jugadores. Sergio Ramos, Fede Valverde, Casemiro. Son solo algunos de los pesos pesados del vestuario que han trasladado ese ánimo de pelear a muerte por el campeonato doméstico.
Hasta Hazard, que acabó señalado por sus polémicas ante el Chelsea, tuvo que pronunciarse ni pasadas 24 horas para pedir disculpas y lanzar esa conjura de ir a por La Liga. El belga tiene que ser clave, más todavía teniendo en cuenta que el Real Madrid se ha abierto a escuchar ofertas por él.
La Liga se queda como el gran alivio para la temporada madridista. Zidane, cuyo futuro sigue en el aire, también ha recalcado que toda la atención la tiene puesta en el título doméstico. Ganarlo incluso podría suponer que el galo continuara, decisión que el club espera que tome.
Las otras remontadas
El vestuario merengue está acostumbrado a darle la vuelta a las situaciones más adversas. Y esta temporada es el claro ejemplo. Muy atrás queda la fase de grupos de la Champions League, donde el Real Madrid sufrió en exceso y los ataques a la plantilla se propagaron, situando incluso a la entidad merengue en una supuesta Europa League. El conjunto merengue perdió los dos duelos ante el Shakhtar y empató ante el Gladbach. Solo dos victorias a falta de una jornada. El miedo se apoderó de muchos, pero no del Madrid.
El equipo de Zidane gestionó a la perfección el tramo final de la Champions y acabó siendo el único equipo español que acabó líder de su grupo. Victoria ante el conjunto alemán, primer puesto y a seguir. Luego llegó la Atalanta, que acabó eliminada. Y, poco después, un Liverpool muy inferior en el Di Stéfano y que también se apartó del camino. Solo las semifinales, siendo el único equipo español en alcanzar dicha fase, frenaron a los de Zidane. Una temporada europea repleta de complicaciones y donde cumplieron más que ningún otro equipo de La Liga.
De igual manera, en la plantilla del Real Madrid ya saben lo que es hacer heroicidades en La Liga. El curso pasado bien lo reflejó, con una racha imparable tras el parón por la Covid-19 y que se transformó en el título de La Liga con una gran remontada. Este curso, donde el Real Madrid ha llegado a ir en tercera posición hace apenas unas jornadas, puede volver a vivirse un cambio absoluto.
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