En el minuto 28 del partido entre Athletic y Real Madrid en San Mamés, los jugadores del conjunto blanco pidieron penalti por mano de Morcillo dentro del área. Todo comenzó con un centro de Odriozola por banda derecha que interceptó el zaguero del equipo vasco para evitar que el balón llegase al corazón del área.
La jugada dejó pocas dudas en directo, aunque para Mateu Lahoz no fue penalti ni siquiera en primera instancia. El colegiado principal del encuentro iba a dejar seguir el partido cuando recibió un aviso a su pinganillo. Desde el VAR le dijeron que tenían que revisar las imágenes por un posible penalti de Morcillo por mano.
Después de la pertinente revisión desde la sala VOR se confirmó a Mateu Lahoz que el encuentro podía seguir en La Catedral ya que consideraban que no había penalti por mano. Se supone que interpretaron que el jugador del Athletic tenía el brazo pegado al cuerpo, aunque, precisamente, la secuencia lo descarte.
Viejos fantasmas volvieron a planear sobre el conjunto merengue. Y es que si algo ha sido común en la actualidad madridista a lo largo de todo el curso 2020/2021 en La Liga son los arbitrajes más que discutidos a los que han tenido que hacer frente los de Zinedine Zidane.
Este penalti tan claro por mano de Morcillo pudo haber cambiado entonces el signo del partido. Y a este le siguió una segunda pena máxima que tampoco ni Mateu Lahoz ni desde el VAR consideraron como tal. En este caso, fue Yeray el que arrolló a Benzema dentro del área.
La Liga, en juego
Dicen que no hay que fijarse en los arbitrajes, pero lo que solo algunos son capaces de negar, y sin razón, es que el Real Madrid ha sufrido mucho con las decisiones arbitrales en contra y que de haber existido la justicia en varios de los encuentros de la presente temporada en el campeonato doméstico, los blancos habrían llegado a esta jornada o bien siendo campeones o al menos con ventaja respecto a sus rivales directos por el título.
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