El Real Madrid ha vivido este jueves una jornada para la historia del club con la despedida de una de sus grandes leyendas. Sergio Ramos quedará así para siempre después del acto que ha protagonizado junto a su familia y la junta directiva que lidera Florentino Pérez. Además, ha tenido la oportunidad de explicarse en rueda de prensa sobre por qué se ha llegado a esta situación por la que abandona el club después de 16 temporadas y 22 títulos. Ahí ha patinado.
Ambas partes han estado elegantes durante toda la mañana. Sergio Ramos ha avisado de que volverá algún día remarcando que este acto ha sido un "hasta luego", mientras que el Real Madrid le ha dejado claro que esta siempre será su casa. Es evidente que el defensa ya es un emblema del club y que siempre lo representará allá donde vaya. El legado que deja detrás y su amor por el club, que ha recalcado en todo el acto, le colocan en esta posición.
Aunque Ramos ha dejado claro que no iba a decir nada en contra de Florentino Pérez y también ha acotado los límites que se iban a superar durante las explicaciones no dando detalles de las conversaciones, sí que concretó cómo habían sido las negociaciones. Se ha ido hasta el final de la pasada Liga que gana el Real Madrid, en gran parte, con el de Camas como estrella. Ahí empezaron los contactos, pero, por la Covid-19 y diversas complicaciones, la primera oferta se dilató hasta las fechas navideñas.
Ahí el Real Madrid le ofrece un año de contrato con una reducción, la misma que estaban aceptando el resto de los jugadores que han modificado sus contratos en las últimas fechas. Además, aunque Ramos lo niega, había una opción a un segundo año en función de los partidos que jugara durante la temporada por la que iba a ampliar su vinculación. Como el defensa ha mantenido en todo momento, el problema no era económico y sí por el número de años.
"Planificad sin mí"
Sergio Ramos no acepta esa oferta y se dilata la negociación. Aún así, siguen hablando las dos partes para conocer si había alguna variación en las intenciones de ambos. El Real Madrid no pensaba en cambiar de idea; el central, tampoco. "Planificad la temporada sin mí", apuntaba el futbolista a la dirección deportiva y el club es lo que hace. El defensa dejaba claro a la entidad que podían no contar con él para el próximo año.
Ahí llegó el malentendido. Sergio Ramos lo ha defendido explicando que "es porque entiendo que no hay nadie por encima del club", que "no entendía que lo mío pudiera afectar al resto de cuestiones del club" y que "el plan del club tiene que seguir adelante independientemente de lo que yo dijera". El camero había dado pie al Real Madrid a que no contasen ya con su oferta, a que la entidad hiciera fichajes y a que planificase la siguiente temporada con el central al margen.
Pero Sergio Ramos no había cesado en su intento por renovar. Como ha dejado claro durante la rueda de prensa, siempre ha querido "seguir en el Real Madrid". Hace dos años, cuando llegó la famosa oferta de China, negó todo asegurando que "jugaría gratis" en el club de sus amores. Quiso ampliar su contrato en estos últimos días de junio para cumplir con este propósito aceptando la oferta a la baja con un solo año asegurado, pero era tarde. Con sus palabras había dado pie a que "caducara" la oferta, como aclaró en su acto de despedida.
El único responsable de que no haya podido negociar su renovación en estos últimos días ha sido él mismo con esa frase. No es que Ramos no supiera que la oferta había caducado, es que él mismo había dado pie a que fuera retirada. Ramos intentó hasta el último día que el Real Madrid le asegurase los dos últimos años de contrato, algo que nunca hace con los futbolistas que están por encima de la treintena. Cuando quiso aceptar las condiciones que el club le planteaba, ya era tarde. Un malentendido que la afición merengue quizá no entienda, pero que ha derivado en el final de la etapa de Sergio como jugador merengue.
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