Gareth Bale es uno de los nombres en la pretemporada del Real Madrid. El galés es actualidad viva del equipo blanco porque su futuro puede marcar buena parte de las operaciones en las que se pueda meter la entidad de Concha Espina. Hace unos meses se contaba con su salida segura este verano para evitar que se marchara gratis el próximo, pero esa situación no parece viable ahora mismo.
Tras la salida de Sergio Ramos, el galés se ha quedado como el jugador mejor pagado de la plantilla solo por detrás de Eden Hazard, otro gran salario que le convendría quitarse de encima al equipo blanco, pero que no va a ser posible. Ahí es donde reside el problema de Bale, un jugador de talla mundial, lejos de su mejor rendimiento y con un salario al que ahora mismo nadie puede hacer frente con garantías.
Por ello, en el Real Madrid saben que van a tener a Bale durante todo este curso, antes de que tome la decisión más importante de su carrera deportiva. El galés todavía no tiene decidido si buscará otro club en la élite o si optará por una opción más exótica y relajada como podría ser China o Estados Unidos. Además, la posibilidad de una retirada prematura sigue estando muy viva en su mente.
Ante esta situación, Carlo Ancelotti tiene una complicada misión en favor del club, hacer de Bale un activo y no un problema. Intentar recuperarle, que sea parte activa e importante de la plantilla para poder pelear por grandes títulos en un año en el que los fichajes serán o Mbappé o nadie. En tiempos de crisis, tener enchufado a un jugador como Bale sería una garantía de éxito.
El galés ha demostrado esta pasada temporada en el Tottenham que cuando quiere y cuando se siente con confianza, pocos llegan a su nivel. Jugando poco y a ratos, consiguió terminar un curso complicado con 16 goles, cifras en las que en el Real Madrid solo garantiza, y supera ampliamente, Karim Benzema. Por ello, la ayuda anotadora del 'Expreso de Cardiff' sería un 'fichaje' galáctico para el Madrid de Ancelotti.
Además, con Bale se gana a un jugador total. Tiene calidad para jugar en espacios cortos aunque sus virtudes estén al espacio. Es fuerte, un filón de cabeza, capacidad para marcar y asistir, genial golpeo desde fuera del área y una opción peligrosa a balón parado. Sin ser el jugador determinante que aspiraba a balón de oro, con un día bueno puede destacar en cualquiera de estas facetas.
Para ejemplo, un botón, el que dio la última Champions al Real Madrid en Kiev. Un Bale fuera del equipo y defenestrado por Zidane salió y en media hora resolvió un partido que se había complicado con una genialidad histórica y con un golpe de suerte de un jugador que se atrevió a probarlo. Porque Bale se atreve y cuando se prueba, a veces se consiga.
Una oportunidad única
El galés ha tenido un problema en las últimas semanas con su pasaporte, el cual amenazaba al Real Madrid con ser un problema por su condición de extracomunitario tras el Brexit. No obstante, parece que eso se va a solucionar de manera definitiva con una decisión que retrasara su nueva concepción y que dejará una plaza libre en esa faceta dentro del club, la cual necesitan jugadores como Rodrygo, Militao, Vinicius si su doble nacionalidad no llegara a tiempo o Kubo si no se terminara marchando.
Bale tiene en sus manos una oportunidad única de intentar borrar todas sus polémicas con el club y con la afición en un solo año. Después de idas y venidas para un jugador clave en los mejores años de las últimas décadas, muchos creen que no merece irse por la puerta de atrás y que siendo importante este curso y ayudando a conseguir algún título o dando una buena imagen, podría ganarse ese perdón y hacer las paces antes de partir. De momento, ha vuelto en un estado físico muy bueno, algo que ha sorprendido gratamente en el club.
Sería una despedida de leyenda para un jugador que lleva años fuera del corazón del madridismo, una manera de quitar algo de sal de las heridas abiertas de una afición que ha cargado duramente contra él. El tiempo todo lo cura y si es con títulos y buenas actuaciones, mejor que mejor. Tiene un curso para convencer de nuevo, para dejar de ser un problema y arreglar lo que se ha estropeado en los últimos tiempos.
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