Eduardo Camavinga ha tenido su debut soñado en el Real Madrid. El jugador francés, fichado en el último día del mercado en una operación sorprendente y muy acertada del club para cerrar a una de las grandes perlas del futuro, ya sabe lo que es jugar en el Santiago Bernabéu e incluso celebrar goles.
El galo saltó al terreno de juego en el 65 para sustituir a Eden Hazard y en tan solo 7 minutos ya había contribuido a la victoria del equipo blanco. Camavinga hizo el cuarto del choque tras aprovechar un rechace dentro del área demostrando su inteligencia y su pillería incluso para llegar a la portería rival.
Pocos pueden presumir de haber marcado en su debut en el Real Madrid y Camavinga lo ha hecho nada más pisar el terreno de juego demostrando un desparpajo y una madurez espectaculares, impropias de un chico de su edad. Por eso el club blanco se fijó en él, además de por su calidad.
El exjugador del Rens llevaba bastante también en la agenda de futuribles de la entidad madridista, por lo que su fichaje era cuestión de tiempo. A su puerta han llamado otros grandes de Europa como el PSG, ofreciendo mucho más dinero, pero el deseo del chico era vestir de blanco y ahora puede presumir de haberlo hecho nada más y nada menos que en el Santiago Bernabéu en un día muy especial, el de la vuelta del público al feudo blanco.
Camavinga saltó a calentar a la banda del estadio madridista y el público asistente le recibió con una sonora ovación. Los 20.000 aficionados estaban deseando ver las caras nuevas del equipo y tras la lesión de Alaba, que no pudo entrar en la convocatoria, el galo quedaba como el único fichaje del verano en la lista.
El debut de Camavinga
Durante los minutos que estuvo haciendo ejercicios de preparación y estiramientos, Camavinga saludó en varios momentos a una hinchada entregada y deseando ver a un chico del que hablan maravillas. Nada más saltar al terreno de juego, se hicieron realidad todas las buenas noticias que han llegado en los últimos meses sobre Camavinga.
Estuvo muy participativo en la elaboración del juego, viniendo a la altura de los centrales para recibir y tocar y ayudar en labores de construcción. Pero en cuanto podía, se lanzaba en vuelo hacia arriba formando una sociedad letal con Fede Valverde en el centro del campo. Los dos jóvenes talentos del Real Madrid están llamados a marcar una era y la defensa del Celta lo sufrió en sus carnes.
Dejó un par de detalles, algunos recortes, controles y arrancadas, y tuvo el premio del gol para ganar confianza. Camavinga siguió de cerca una espectacular jugada de Luka Modric. El medio croata inició la conducción por el carril diestro, dejó fuera de combate a varios defensas vigueses y disparó a portería. No tuvo la suerte del gol, pero el rechace de su intento cayó en los pies de Camavinga que solo tuvo que empujarla y estalla de felicidad. Salió corriendo hacia el córner y celebró su tanto con la alegría y la felicidad de un niño que había cumplido un sueño.
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