El Real Madrid debutó en la Champions League con una importante victoria a domicilio contra el Inter de Milán. La visita de los blancos a San Siro se saldó con tres puntos para estos gracias a un gol de Rodrygo en el último suspiro. El triunfo costó, pero se fue labrando poco a poco tras una mala salida al partido. El gran responsable fue Carlo Ancelotti, que está dando con la tecla de su equipo.
Ancelotti se equivocó con su planteamiento inicial del partido o el equipo se vio sobrepasado por el ímpetu interista en la primera mitad. El Madrid saltó al campo siendo conservador y Carletto, quizás consciente de los problemas defensivos que ha tenido el equipo en algunos momentos de este inicio de temporada, buscó la protección atrás. Sus apuestas por Nacho en el lateral zurdo y Lucas Vázquez ocupando una de las bandas de ataque reflejaban la idea del italiano.
Pero la idea con la que saltó el Madrid al campo (ante un Inter desmejorado respecto al de la temporada pasada, sin Lukaku o Achraf) se tradujo en un equipo con poco equilibrio y descosido que veía como Brozovic o Barella hacían daño por dentro y los carrileros interistas se sumaban al ataque. También le faltó energía al equipo blanco en los primeros 45 minutos, lo que obligó a Thibaut Courtois a salvar los muebles con sus paradas. Otro que sostuvo lo que pudo al equipo fue Fede Valverde.
Algo tenía que cambiar y Ancelotti aprovechó el descanso para retocar su plan. Carletto dio varias instrucciones a sus jugadores: "En la primera parte no estuvimos bien en los marcajes, pero luego hicimos lo que siempre, jugar de un lado a otro y salió muy bien", daba como pista Rodrygo tras el partido. "Nos pidió que siguiésemos intentándolo, sabíamos que íbamos a sufrir, teníamos que pelear hasta el final porque podía llegar el gol como ha ocurrido", añadió.
Pero fue más que eso. Primero porque Casemiro adelantó su posición y eso dio mayor autoridad al Madrid. El Inter se alejó del área rival y los blancos se empezaron a sentir mejor con el balón. Mientras se veía que el peligro merengue llegaba por las bandas con unos extremos que se iban abriendo cada vez más. Ahí fue donde Vinicius, desactivado en la primera mitad, empezó a hacer daño.
Isco y Hazard, sin jugar
Al equipo todavía le faltaba algo. Si bien tenía el partido donde quería, el resultado era de 0-0. Ancelotti sabía que tenía que mover el banquillo, pero no lo tuvo del todo claro. Mandó calentar a Isco y a Eden Hazard, dos futbolistas que saben de lo que va la Champions, pero ninguno de los dos llegaría a saltar al campo en San Siro. Carletto cambió otra vez y llamó a los más jóvenes.
Los que entraron al campo fueron Eduardo Camavinga y Rodrygo. 18 y 20 años, respectivamente. Ocuparon el sitio de Modric, que recibió una ovación cerrada de los italianos, y de Lucas, que esta vez no aprovechó la oportunidad. No era un movimiento arriesgado, ni mucho menos, se mantenía el esquema, pero Ancelotti dio con la tecla.
Rodrygo aprovechó para hacer todavía más daño desde su banda y en una de esas se coló en el área. Valverde, que tras todo el partido corriendo seguía teniendo energía, colgó el balón y Camavinga, sin que este cayera al suelo y de volea, se la dejó al '21'. Rodrygo, que tiene un idilio con la Champions, no falló y marcó el gol de la victoria. Tres puntos con su firma, pero es justo decir que también con la de su entrenador. El fichaje de Ancelotti cada vez se va entendiendo mejor.
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