Los primeros pasos de Eduardo Camavinga (Miconge, Angola; 2002) en el Real Madrid no podrían estar yendo mejor. Han sido dos semanas cargadas de emociones desde que fichara por el club blanco el pasado 31 de agosto. Primero fue la noticia, después su gran papel con la Sub21 de Francia, luego sus primeros días a las órdenes de Carlo Ancelotti y, por último, su debut en La Liga y en Champions League como merengue.
Lo que le está pasando a Camavinga a sus 18 años es algo excepcional y entre el madridismo ya se respira la ilusión típica de cuando irrumpe un nuevo futbolista con un prometedor futuro por delante. La respuesta del jugador está siendo igual de increíble, sumando un gol y una asistencia en los dos ratitos que ha participado en el campo. Le han bastado 34 minutos para causar sensación.
Visto lo visto, a muchos le surge la pregunta sobre qué papel le dará Ancelotti a Camavinga en su primer año en el Real Madrid. Mandará, como siempre, el rendimiento del jugador, pero el plan a priori era que se mantuviera en un segundo plano: "Vengo a aprender y luego tengo que demostrar al entrenador que estoy preparado y disfrutar de tiempo de juego", decía el día de su presentación en Valdebebas.
Jugar en el Madrid no es fácil y menos en el centro del campo, sino que se lo digan a Martin Odegaard. Pero Camavinga se va haciendo un hueco a sabiendas que, cuando estén sanos, será difícil mover a tres leyendas del club como Modric, Kroos y Casemiro. Aún así, habrá minutos para Fede Valverde (titular hasta ahora en todos los partidos) o el propio Camavinga, que está ya cerca de mejorar sus números de goles y estadísticas de sus años en el Rennes y eso que lleva jugada una media hora de blanco.
La irrupción de Camavinga, sin embargo, tiene consecuencias y deja víctimas. No quiere decir esto que su aparición sea el final de otros compañeros, pero sí que les pone más difícil lo de jugar si sigue con este rendimiento. El Madrid cuenta con ocho centrocampistas (hasta diez si se suman a Antonio Blanco y Sergio Arribas) y Camavinga ha saltado hasta el teórico quinto puesto, detrás de Valverde, en el orden de preferencias de Ancelotti. Por detrás, Isco, Asensio y un Ceballos del que casi se da por hecha su salida en las próximas ventas de traspasos.
Isco 'desaparece'
Centrándonos en el caso de los dos primeros, hay que analizar cómo les afecta la irrupción de Camavinga sin ser el mismo perfil. El caso de Isco está claro. Aparentemente es su última temporada en el Real Madrid (termina contrato en 2022) y viene de tener un rol muy reducido con Zinedine Zidane. Si bien en pretemporada contó y fue titular en las jornadas 2 y 3 de Liga, desde que está Camavinga se ha quedado en el banquillo sin jugar.
La imagen que la señala es la que se dio en el partido contra el Inter. Ancelotti eligió a Hazard y a él para entrar al campo para desatascar el 0-0 del marcador, pero el italiano cambió de opinión y acabó metiendo en el campo a Camavinga y a Rodrygo, que fabricarían junto a Valverde la jugada del gol de la victoria. Isco lo tuvo que ver desde la banda.
La nueva posición de Asensio
El caso de Marco Asensio también es llamativo. Ancelotti decidió que le iba a buscar un nuevo sitio viendo el número de atacantes (8) que tenía en la plantilla. Desde verano está insistiendo en reconvertir al balear en un interior a lo Di María o James Rodríguez, a los que usó en esa posición en el pasado en el Real Madrid.
Un proceso así lleva su tiempo, por supuesto, pero el caso es que Asensio no ha sido todavía titular en los cinco partidos que van de temporada. En los dos últimos ha entrado al campo siempre detrás de Camavinga y eso parece que le posición por debajo en la lista de centrocampistas, que supera al número de delanteros. Lo positivo es que opciones le sobran a Ancelotti. Como se dice, bendito problema.
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