El Real Madrid hace repaso de las consecuencias que deja la derrota contra el Sheriff. Lo ocurrido se toma más bien como un accidente, no una debacle. Se debió ganar, pero la imagen del equipo, dentro de lo que cabe, no fue preocupante. Sin embargo, el regreso de la Champions League al Santiago Bernabéu y uno de ellos fue Luka Jovic, una vez más.
Los rumores apuntaban a que Jovic iba a ser titular contra el Sheriff. Hasta ahora no lo ha sido en toda la temporada y era una posibilidad que Carlo Ancelotti diera descanso a Karim Benzema en un partido así, contra un rival a priori inferior, y colocara al serbio en la punta de ataque. Finalmente, el italiano apostó por su plan de siempre y volvió a dejar a Jovic en el banquillo.
Ancelotti sí tenía planeado que Jovic tuviera más minutos que los que habitualmente ha tenido hasta ahora: solo 35' repartidos en otros cuatro partidos. Le dio 25 minutos, saltando al campo a la vez que otros tres compañeros (Modric, Kroos y Rodrygo) buscando una reacción en el Madrid, que entonces acababa de empatar vía penalti por Benzema.
Era la mejor oportunidad que Jovic ha tenido esta temporada. El Madrid se debía volcar al ataque en busca del gol de la victoria y él estaba ahí arriba acompañado de Benzema. Sabía que algún balón le iba a llegar y solo tenía que empujarlo al fondo de la portería para romper una sequía que le dura ya 599 días. Son casi 600 días sin marcar gol en el Madrid y su registro desde que fichara por los blancos sigue atascado en dos tantos.
Y Jovic falló. Tuvo en sus botas el gol que era tan necesario para él como para el equipo en esas circunstancias. Georgios Athanasiadis, héroe del Sheriff, detuvo sin demasiados problemas una ocasión del serbio que precedió al gol en el 90' que dio la victoria al conjunto visitante. Antes de eso, incompresiblemente, también desaprovechó otra oportunidad de cara a puerta porque no se decidió a disparar.
En el Bernabéu se desesperaron con Jovic. Se escuchaban lamentaciones cuando el balón le llegaba o buscaba una acción de ataque. No le salen las cosas, está claro, y sin gol la impaciencia se multiplica.
Ancelotti tiene confianza en él o, al menos, eso es lo que ha demostrado en alguna rueda de prensa, aunque luego sobre el campo no le dé muchos minutos. "Asensio, Isco, Jovic… Es una señal muy buena de la plantilla", decía el italiano tras el 6-1 al Mallorca. Le incluyó entre las notas positivas del equipo en un día en el que la segunda unidad se reivindicó.
Enero, fecha clave
A Jovic no le sobra el tiempo, ni dentro ni fuera del campo. Sabe que para ganar confianza necesita tener continuidad, pero la continuidad se gana aprovechando las oportunidades. Lo tiene difícil si sigue atascándose de cara a puerta y el Madrid no espera a nadie.
El invierno pasado salió rumbo al Eintracht Frankfurt buscando minutos. Si bien empezó allí bien, luego se fue apagando de nuevo. Con Ancelotti era un nuevo comienzo, pero ahora mismo no hay que descartar nada con Jovic de cara al próximo mercado de fichajes que se abre en enero. Eso sí, de salir podría hacerlo de forma definitiva (o una cesión que precedería una venta en verano) y cerrar su etapa en el Madrid de forma decepcionante. Jovic busca su vida extra.
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