El Real Madrid persigue varios objetivos este año. El primero de ellos seguramente sea La Liga y el segundo la Copa del Rey. Los dos títulos nacionales son los que más al alcance están, pero sin olvidar la Champions donde el conjunto blanco siga siendo el rey a pesar de que otros como PSG, Manchester City, Chelsea o Bayern partan a priori con mayor cartel en las apuestas.
Sin embargo, en paralelo a la consecusión y pelea de ese famoso triplete, el Real Madrid tiene otro objetivo incluso más importante que los títulos. Porque qué vale más, ¿ganar este año o conseguir casi una garantía de éxito para la próxima década? Esa garantía de triunfos es sin duda el fichaje de Kylian Mbappé, llamado a tomar el relevo generacional del fútbol mundial tras el ocaso de Cristiano Ronaldo y Messi.
Habría que preguntar al madridismo cuántos cambiarían ganar un título por asegurarse el fichaje de la estrella del PSG. Ya no solo por conseguir la llegada de un futbolista total llamado a ser la estrella dominante, sino por el golpe que supone también contra el club francés. Serían dos triunfos en un solo disparo. Quizás nadie cambie ganar la Champions por consumar, la operación, aunque habrá quien sí lo haga. En cualquier caso, ambos tendrán razón porque ambos ganarán, y ese es el ADN del Real Madrid.
Quien parece decidido a apostar fuerte por Kylian Mbappé es Carlo Ancelotti. El técnico italiano siempre se ha mostrado algo comedido al hablar de la estrella del PSG. Ha dejado trabajar al club y ha reconocido la grandeza de un jugador de otro equipo. Hasta este sábado, cuando se ha descubierto dando incluso la bienvenida a Mbappé al mejor club del mundo. Sin duda un mensaje sorprendente.
Y es que el técnico italiano, en su afán por estar mucho tiempo en el Real Madrid, sabe que juega un papel fundamental porque de llegar el galo estaría a sus órdenes y a su servicio. Seguramente no sea la opción soñada por el chico, que anhelaba con jugar a las órdenes de Zidane, pero Ancelotti está dispuesto a adoptar esa postura de padre deportivo para terminar de convencerle. Quiere jugar sus cartas en la operación y ser el nuevo Zidane en la vida de Mbappé. Por eso ya se moja y apuesta por el fichaje más importante de la última década.
El agente Benzema
Este descubrimiento de Ancelotti ha llegado gracias a la última bomba de Karim Benzema. El delantero del Real Madrid, quien se está destapando como el gran agitador de la negociación, tiene claro que su amigo y compañero en la selección jugará en el Santiago Bernabéu. Así lo ha transmitido por enésima vez, provocando a su vez que Ancelotti diera el paso de mojarse del todo.
Además, si alguien se lleva bien con Ancelotti es precisamente Benzema, quien puede hablarle a Mbappé de que con el italiano se está muy bien y que no tiene nada que envidiar a su relación con Zidane. Fue con él con quien Karim empezó a sacar de verdad toda su magia y se convirtió en un futbolista total, arropado por una filosofía de juego que comparten tanto el propio Ancelotti como Zidane.
Entre los dos, le han dado el último empujoncito a la operación Mbappé que afronta tres meses claves, ya que el conjunto blanco no quiere que el culebrón se alargue hasta verano con un Kylian en libertad. Si se puede cerrar el día 1 de enero, mejor que mejor. Está en juego la supremacía de la próxima década y Ancelotti y Benzema lo saben.
Mbappé necesita Madrid
Si a Mbappé le quedaba alguna duda de lo que realmente necesitaba en su futuro, lo poco que va de esta temporada se lo está dejando claro. Puedes ser el mejor y tenerlo todo, que la llegada de Messi cambiará tu vida. Neymar, su gran amigo en el vestuario y en el campo, le ha desplazado completamente tras la llegada del argentino. Su relación empieza a ser buena, han aparecido críticas y tiranteces y ya no todo brilla con la misma luz.
Ahora hay más sombras aunque desde el club intenten vender lo contrario. Mbappé está como loco por salir y abandonar un vestuario que se hace fuerte en torno al clan argentino y un club en el que tiene que convivir casi diariamente con las presiones de Leonardo y de Nasser Al-Khelaifi, dos personas con las que guarda una relación fría y distante.
Ellos siguen con su acoso y derribo para que renueve, pero Kylian aguanta como puede la presión sabiendo que es en Madrid donde está todo lo que necesita. Un vestuario que le espera, un presidente que le quiere, un equipo que le anhela, un Benzema que le arropa y un Ancelotti que quiere ser el nuevo Zidane.
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