Las grandes noches del Santiago Bernabéu no las puede arruinar nadie. Ni siquiera Mbappé. El chico de Bondy se hizo mayor hace ya, pero este miércoles volvió a demostrar que es el mejor futbolista del mundo en la casa del Real Madrid. Pero hay veces que ni con eso basta y hasta el todopoderoso PSG -económicamente hablando- acaba asfixiado en la atmósfera merengue. La Historia no se puede comprar.
A Mbappé no había que explicarle lo que es ser madridista. A Mbappé no hacía falta contarle historias sobre las gestas europeas que han visto las estrellas del cielo de Madrid. Todo eso lo aprendió de pequeño, pero este miércoles le tocó probar el amargo sabor que estas noches dejan en el lado rival. Lo bueno es que será la última vez que pise el Santiago Bernabéu como visitante.
La noche de Kylian Mbappé arrancó recibiendo el cariño del madridismo en el calentamiento y, sobre todo, cuando su nombre fue anunciado por megafonía. Fue más aplaudido el francés que tres ex del equipo blanco: Achraf, Keylor Navas y Di María. Ni rastro de secuelas en su pie izquierdo por aquel pisotón de su compañero Gueye que puso en vilo al PSG en la previa del choque. El '7' estaba preparado para la batalla.
El Real Madrid salió a comerse al PSG al sonar el pitido inicial, pero el equipo de Mauricio Pochettino tenía muy claro qué debía hacer en esos momentos: resistir atrás y mandar a Mbappé a la carrera todas las pelotas que se pudieran. Al minuto 13 Thibaut Courtois ya había tenido que sacar abajo dos disparos de Kylian, que sembraba el terror en cada una de sus galopadas
Protagonista absoluto en los ataques del PSG. Dos astros mundiales como Leo Messi y Neymar eran sirvientes de la verdadera estrella de su equipo. Tanto el argentino como el brasileño entendieron bien su rol, que ahora mismo no es otro que hacerle llegar al francés balones con peligro para la portería rival. El Real Madrid sufría por una banda derecha en la que Carvajal y Asensio eran insuficientes para frenar un vendaval galo.
El susto vino en el minuto 33. A Mbappé le llegó un balón en el corazón del área y su remate se fue para dentro de la meta de Courtois. Suerte que el que puso el pase, el portugués Nuno Mendes, estaba en fuera de juego. Suspiró de alivio el Bernabéu, que pronto comprobó que el susto era solo un aviso.
Carvajal, señalado en la ida por un penalti que hizo a Mbappé y que falló Messi, volvía a ser protagonista para mal. Demasiado arriba y jugándosela al encarar, perdió una pelota imperdonable que, automáticamente, se convertía en una contra del PSG. Neymar, inteligente, lanzó al espacio a Mbappé. A la tercera fue la vencida para el futbolista con la mejor carrera y la mejor definición del mundo. Lo hizo parecer fácil: al palo del portero y gol. El Bernabéu, silenciado por la que espera que sea su futura estrella.
Tras su recital de la primera mitad, con el Madrid necesitado de dos goles para al menos ir a la prórroga, la amenaza de Kylian era doble para los blancos. Y Mbappé lo volvió a hacer, rememorando a un veinteañero Ronaldo Nazario que antes de las lesiones flotaba sobre el césped.
Mano a mano del francés con Courtois tras pérdida merengue, pasa una pierna por encima del balón y con la otra se sirve para esquivar al meta belga sobre una baldosa. Y para dentro. Solo unos centímetros de margen en su arrancada evitaron que el tanto subiera al marcador por fuera de juego. Y casi al minuto iba a tener otra, pero Alaba se cruzó a tiempo. Después de esta ocasión, Mbappé aprendió una importante lección: en el Bernabéu nunca se puede dejar con vida a los de blanco que están en el campo.
Las grandes noches del Bernabéu
Impotencia es lo que tuvo que sentir Mbappé viendo lo que se desencadenó en la portería de su equipo a partir de la hora de partido. Uno, dos y tres. Su amigo Karim Benzema hizo en menos de 20 minutos tres goles como él, pero con la diferencia de que los tres suyos sí valieron. El PSG se hundía bajo el frenesí del Real Madrid y esta vez Kylian no pudo salvar los muebles de su equipo in extremis como en la ida.
Mbappé es el mejor futbolista del mundo actualmente, quedó demostrado en Madrid por si alguno se quedó con dudas tras lo de París. Pero el mejor ha de estar en el equipo que mejor compite en Europa porque si no puede que una de esas grandes noches del Santiago Bernabéu te arrolle sin darte cuenta. Para ser rey solo hay un camino y este miércoles Mbappé supo que ha tomado la decisión correcta: fichar por el Real Madrid.
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