Pasó desapercibido durante todo El Clásico. No estaba en su sitio, pero tampoco cuando lo recuperó fue el jugador diferencial que siempre fue. La realidad evidencia que la 'CMK' solo puede encontrarse sobre el campo en situaciones determinadas. El partido contra el FC Barcelona de este domingo no era una de ellas. Luka Modric fue falso nueve de inicio en el Santiago Bernabéu, un error que Carlo Ancelotti reconoció. Fue centrocampista cuando reestructuró el equipo, pero no dominó con el balón. Se vio superado por Busquets, Pedri y Frenkie De Jong.
Uno de los días más difíciles de Modric en el Real Madrid llegó este domingo. El croata, que lleva una temporada descomunal a pesar de sus 36 años, no pudo cambiar el destino de su equipo en lo que supuso una humillación tras encajar el 0-4. Como el resto del equipo, el centrocampista también falló. No tuvo influencia con el balón y, cuando esto sucede, sufrió como el que más. No conseguía superar líneas con pases ni con conducciones. Su búsqueda de soluciones se redujo a achicar el agua que inundaba el barco merengue ante el dominio culé. Lo intentó, pero no pudo.
Tuvo que liderar al equipo en ataque como falso nueve, pero no se encontró cómodo. Ancelotti explicó esta decisión en rueda de prensa: "El planteamiento de Modric como número 10 era para intentar salir bien con el balón desde atrás. Encontrar espacios a través de la línea con Rodrygo, Valverde y Vinicius. El planteamiento no ha salido bien, no ha sido bueno. No he hecho un planteamiento bueno para intentar ganar. A veces se acierta, otras se falla. Hoy he fallado. Pero no hago drama". Modric regresó al centro del campo, pero ya era tarde. El equipo estaba desajustado y él no supo reconducirlo.
El Clásico sirvió para confirmar en la pizarra de Ancelotti que hay ausencias que no tienen remedio por más vueltas y revueltas que le dé. Después de probar en sustitución del francés con dos delanteros puros, tres 'falsos' y recurrir a la tercera vía de Bale, el de Modric se sumó a los fallidos para resolver la baja de Karim Benzema. El movimiento dejó al Madrid al descubierto como nunca antes esta temporada. La manta de Carlo no cubría todo y el centro del campo se quedó a la intemperie.
Una renovación cerrada
A pesar de esta mala noche, nadie en el Madrid piensa en el final de Modric a corto plazo. Tampoco el jugador, que tiene claro dónde quiere seguir y acabar su carrera deportiva. No será cuando termine esta temporada y visto lo visto no se puede poner una fecha concreta.
Se irá valorando año a año, como se viene haciendo las últimas temporadas. La conclusión que se va sacando de esta es que, al menos, está para otra más. El pasado 25 de mayo, Modric renovó hasta 2022 su contrato que vencía en poco más de un mes. Ampliación por una temporada aplicando la rebaja del 10% del sueldo para la temporada que finalizaba y la actual.
La historia se repetirá pronto tras haberse decidido hace unas semanas volver a renovar su contrato por otro año, hasta 2023. Se firmará pronto. Para Modric será su cuarta renovación y llegará a ser futbolista del Madrid con 37 años y cerca de cumplir los 38 (acabaría contrato en junio de 2023 y celebra su cumpleaños en septiembre).
Llegó al club blanco en 2012, con 26 años, y firmó su primer contrato por cinco temporadas (hasta 2017). Desde entonces ha ido creciendo año a año hasta convertirse en uno de los centrocampistas más importantes de la historia merengue.
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