Hay una obsesión que acompaña a Kylian Mbappé (Bondy, Francia; 1998) durante toda su carrera deportiva. Quiere a toda costa dejar un legado en el fútbol, que su sello quede a la altura de los más grandes. En ese sueño que persigue hay dos claves inamovibles: su rendimiento en el terreno de juego y el manejo correcto de su imagen.
Las grandes trayectorias del fútbol ya no se forjan solo a base de goles y asistencias. Ahora importa casi tanto lo que se hace dentro del campo como lo de fuera de él. Mbappé lo tiene bien interiorizado y cada paso que da lo hace bajo una meticulosa estrategia bien dirigida. La cabeza de todo es una mujer, la abogada Delphine Verheyden.
Verheyden ha construido junto a los padres y la propia mentalidad del delantero una 'empresa' sin margen para el error. A partir de una relación con la abogada que se inició en 2015, cuando Kylian todavía no había cumplido los 17 años, despegó la 'nave Mbappé' en la que importan tanto los medios como el fin. No todo vale para enriquecerse, una máxima que le ha llevado a plantarse esta semana ante la Federación Francesa.
Pocas polémicas salpican a Mbappé y la última es por su firme postura de no ser partícipe de campañas publicitarias que no concuerdan con los valores que le representan. Por eso no firmó el consentimiento sobre sus derechos de imagen, que suelen ser cedidos a la FFF, y no participó en actos de varias marcas que representan a Les Bleus y son de apuestas (BetClic) y comida rápida (Coca-Cola y KFC).
La idea no es ganar mucho dinero sino proyectar una imagen positiva
En el clan Mbappé nunca han tenido prisas para firmar contratos de patrocinio. A sabiendas de que Kylian es el principal reclamo actual en el fútbol, a la altura de los Messi y Cristiano Ronaldo, sus acuerdos con las marcas se cuentan con los dedos de las manos. La clave fue revelada en 2018 por Verheyden, quien recibió hasta 200 llamadas por propuestas de marcas tras el Mundial de Rusia: "La idea no es ganar mucho dinero sino proyectar una imagen positiva", reconoció en Le Figaro.
Verheyden no es una agente deportiva, solo hace de abogada. No le corresponde negociar un contrato con un club. Su misión es asesorar en la gestión de la imagen, desde calificar las diferentes marcas interesadas hasta asegurarse que la proyección de su representado es positiva a todos los niveles. La madre de Mbappé, Fayza, es el otro pilar de esta estructura mientras que el padre, Wilfried, lleva la parte deportiva.
De Verheyden destaca su perfil nada ostentoso que suele acompañar a los representantes de futbolistas. Su trabajo se paga por horas y siempre con una tasa fija, sin importar el cliente ni el nivel económico del acuerdo que vaya a negociar con una marca. El precio es alto, solo a la altura de las estrellas del deporte con las que trabaja. Su número de clientes es limitado y no tiene colaboradores.
Filtro para las marcas
En cuanto a las marcas que patrocinan a Mbappé, en su página web solo aparecen tres que son las principales: Nike, su proveedor deportivo; Hublot, marca de relojes y Electronic Arts, desarrolladora de la serie de videojuegos FIFA. Entre ellas ingresa más de cuatro millones de euros al año, una cifra bastante alejada de las barbaridades que cobran por patrocinios otras estrellas del fútbol.
Que Kylian Mbappé pase a estar entre los mejores pagados en términos publicitarios será algo que llegue por su propio peso. En este punto, en el que se puede decir que Mbappé todavía está en la primera fase de su carrera deportiva, importa más el nombre y reputación de la marca que los acuerdos económicos firmados con ellas.
La nómina de socios publicitarios de Mbappé la completan Good Gout y Bulk, dos entidades quizás menos conocidas de cara al público, pero que representan a la perfección los valores que busca representar el todavía delantero del PSG: una es una marca francesa de productos alimentarios bio para niños y la otra una marca japonesa de productos de belleza para el hombre.
El negocio de Mbappé se completa con su propia marca. Verheyden siempre recomienda a sus clientes trabajar en su empresa particular y eso hicieron el astro francés y su familia creando una marca con sus iniciales: 'KM'. En el momento actual, todo lo que toca Kylian lo convierte en oro convirtiéndose en un ente rentable por sí solo.
El filtro que utiliza Mbappé para elegir sus patrocinadores tiene presencia también lo deportivo. De ahí que durante el último año haya dicho que no a ofertas de renovación del PSG que le mejoraban el sueldo de los 20 millones y pico que cobra actualmente hasta 50 'kilos' netos por año. Su respuesta siempre fue negativa para jugar en el Real Madrid, a sabiendas que en España cobrará menos.
Mbappé mejorará algo su salario con su firma por el Madrid, además de recibir una millonaria prima de traspaso. Pero lo verdaderamente rentable para los negocios del delantero será el poder de atracción del club blanco para las marcas. Como con sus patrocinadores, la reputación del club importa más que el dinero. Vestir la camiseta merengue, además, será un sueño cumplido para un chico de Bondy convertido ahora en estrella global.
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