La Liga podría proclamar este sábado a su campeón de la temporada 2021/2022. Primer match ball para el Real Madrid, al que le basta con sumar un punto de los quince que quedan por disputarse. Los de Carlo Ancelotti, que se la juegan en cuatro días en las semis de Champions League, quieren dejar el trabajo hecho hoy ante el Espanyol.

La otra cara de la moneda es el FC Barcelona. El equipo azulgrana cerrará en cinco partidos una de sus temporadas más desastrosas, la que más de su historia reciente: sin Champions ni Europa League, sin Copa del Rey, sin Supercopa de España y sin Liga. A alguno le habría parecido casi imposible hace solo unas semanas.

La temporada del Madrid en Liga ha sido sencilla, ya que solo ha cedido el liderato en seis jornadas. Pero el último Clásico, el que se jugó en el Santiago Bernabéu y los blancos perdieron estrepitosamente (0-4), acabó siendo un punto de inflexión. Lo que pasó es que sirvió para justo lo contrario de lo que se podía vaticinar aquel día.

"Hemos vuelto", escribió Gerard Piqué en su Twitter horas después de tomar el Bernabéu. Esa goleada era muy importante, y no solo porque hubieran pasado tres años de la última victoria del Barça contra el eterno rival. Como bien decía el central catalán, era la confirmación de que el equipo culé, con Xavi Hernández a los mandos, volvía a ser un equipo temible como antaño. O pretendía serlo.

Mientras tanto, al Madrid se le pintó la cara de vulnerabilidad. Era el peor momento para caer así, ya que por delante se venía un duro cruce en Champions contra el Chelsea y la diferencia en Liga se podía reducir a nueve puntos (contando que el Barça ganaba su partido aplazado) a falta de nueve jornadas. La Liga volvía a estar viva.

Hubo tras ese día un factor que pocos tuvieron en cuenta, siendo Sergio Busquets uno de los que sí: el parón que arrancó justo después: "El Real Madrid ha tenido suerte de que ha llegado el parón después de El Clásico". En esa semana sin competición se decidió La Liga sin saberlo, con el equipo blanco rearmándose desde el orgullo.

Lo del Barça es más difícil de explicar, aunque quizás lo que pasó es que hubo un excesivo optimismo por un resultado teniendo en cuenta la realidad del equipo. "¡Vamos a ganar La Liga!", exclamó y todo Joan Laporta. Pero llegados a este punto queda claro que solo fue una bravuconada del presidente culé.

Cara y cruz en abril

Abril ha sido un mes notable para el Madrid y de suspenso para el Barça. Los blancos han hecho pleno de victorias en Liga (4 de 4) y los azulgrana, que tenían un partido más por jugar, se cayeron por la borda (3 ganados de 5).

El mes del Madrid lo marcaron tres partidos: los dos del Chelsea en cuartos de final de Champions y la visita al Sevilla en Liga. Lo de los blues acabó en otra noche épica del Bernabéu y lo otro fue eso mismo pero a cientos de kilómetros de distancia de casa. Al descanso del Sánchez Pizjuán (2-0 en contra) parecía consumarse otra tragedia liguera, pero el gen ganador merengue le dio la vuelta al marcador (2-3) en la segunda mitad.

Ese día se ganó La Liga, para muchos. En el vestuario de visitante del estadio sevillista, el Madrid lo celebró haciendo piña, y con silla de David Alaba incluida. La imagen, irremediablemente, recordaba a la del Barça en el Bernabéu en El Clásico. Parecía haber pasado una eternidad entre una y otra cuando solo eran cuatro semanas.

Para esas, el Barça ya volvía a dar signos de debilidad. Si ya de por sí era duro jugar la Europa League, más lo fue caer eliminado en cuartos de final contra el Eintracht Frankfurt, en casa y con miles de alemanes tomando el Camp Nou. El bochorno se cuenta solo y lo que le siguió no fue peor.

La crisis del Barça ante su público se lo puso fácil al Madrid, que en vez de ver más apretada su diferencia de puntos la ha hecho más grande tras El Clásico. Los de Xavi llevan tres derrotas seguidas en casa, lo nunca visto, sumando las de Cádiz y Rayo a la del Eintracht. El peor momento de la era Xavi justo cuando muchos se subían a la famosa, y ya accidentada, 'Xavineta'.

La Liga puede quedar resuelta este sábado. Lo tiene fácil el Real Madrid, ya que hasta su rival de hoy suele ser el mejor aliado en las batallas contra el Barça: el Espanyol. Un empate finiquitaría el campeonato y terminaría de confirmar lo que soltó Thibaut Courtois, portero madridista, que lo de El Clásico "fue una casualidad".

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