"Ahora me he pasado al lado bueno". Esto decía Thibaut Courtois en la previa de la final de la Champions. El Real Madrid se enfrenta este sábado al Liverpool de Jürgen Klopp en el que será el mayor evento de la temporada. El partido más duro y complicado de todos, ese que puede valer un título de la Liga de Campeones.
Sobre el terreno de juego habrá muchas estrellas con capacidad y potencial para ser decisivos. Mohamed Salah y Sadio Mané serán la gran amenaza de los de Anfield. Karim Benzema y Vinicius Junior, los referentes de los madridistas. Sin embargo, habrá un hombre que llega consolidado como el mejor en su puesto sin discusión alguna. Y eso es algo que pocos pueden decir en el mundo.
Quizás no haya otro futbolista sobre el terreno de juego que pueda decirlo con tanta seguridad como Thibaut Courtois, quien ha acabado con el debate de la portería en el Real Madrid y en todo el mundo. El meta belga se ha consolidado en las últimas temporadas como un auténtico referente, como un muro imbatible. Y ahora será una de las grandes armas del Real Madrid para conseguir La Decimocuarta.
Sin embargo, no siempre la suerte le sonrió tanto a Courtois como ahora. Como él mismo reconocía en la tarde de este viernes, antes no estaba en el bando correcto. Se refería lógicamente a cuando formaba parte del Atlético de Madrid. Y es que siendo el guardián de los sueños rojiblancos vivió una de las noches más amargas de su vida, la de la derrota en Lisboa. Precisamente ante el Real Madrid.
La víctima de Lisboa
El 24 de mayo del año 2014 se produjo uno de los partidos más importantes y emocionantes del fútbol moderno. Real Madrid y Atlético de Madrid se veían las caras en toda una final de la Champions. Un país y una ciudad enviando a dos representantes al partido más trascendental de la temporada. Y aquella cita no pudo tener un desenlace más apoteósico. Después de un partido en el que los blancos lo intentaron de todas las maneras posibles, Sergio Ramos apareció en el minuto 92:48 para empatar el choque y mandar la final a la prórroga. El resto ya sería historia.
Si de un lado los madridistas celebraban enloquecidos un triunfo que habían esperado durante 12 años, del otro se encontraba el portero que había encajado aquel gol del defensa andaluz. Ese, y después el de Gareth Bale, más tarde el de Marcelo y por último el de Cristiano Ronaldo. Aquel guardameta era precisamente Thibaut Courtois, quien soñaba con ganar una Champions y que en aquella ocasión terminó siendo la víctima del vendaval blanco en una prórroga para el recuerdo.
Ahora, ocho años después de aquel suceso, el Real Madrid y Thibaut Courtois vuelven a estar en una final de Champions. Sin embargo, esta vez lo hacen en el mismo bando. El camino de la entidad y del portero es el mismo. De hecho, de las paradas del meta belga dependerá el destino de todos los madridistas.
Carlo Ancelotti reconocía este viernes también que aquella final y aquel título lo cambiaron todo. Fueron la clave de todos los éxitos que llegaron después. Cuatro Champions en cinco años, varias Ligas, alguna Copa y un sinfín de títulos en una de las épocas más doradas del club más laureado de la historia del fútbol.
La particularidad de esta nueva fiesta del fútbol es que Courtois ahora la vive desde el bando bueno, junto al equipo que no juega las finales, sino que las gana, como él mismo pudo comprobar aquella noche en el Estadio de Da Luz donde todo para él fueron sombras. Sin embargo, el futuro le tenía reservado un destino más grande que ser campeón con el Atleti, tener la oportunidad de levantar la 14 con el Real Madrid.
El mejor portero del mundo
El portero nacido en Bree, en la región de Limburgo, tuvo en el Atlético de Madrid su primera aparición en la élite. Después de brillar en Bélgica, concretamente en el Genk, fue fichado por el Chelsea. Los londinenses habían visto en este espigado portero de dos metros de altura potencial para ser una de las grandes referencias del futuro bajo los palos.
Courtois puso rumbo a Stamford Bridge previo pago de 8 millones de libras. Sin embargo, su primera parada no sería Londres, sino que sería Madrid. Así pues, el Chelsea le cedió al Atleti donde creció hasta convertirse en uno de los mayores talentos emergentes del fútbol. Permaneció en el conjunto colchonero durante tres temporadas y en su último curso disputó aquella mítica final de Lisboa que se saldó con dolor y lágrimas para él.
Tres años después de su fichaje, y consolidado ya como uno de los mejores del mundo, Courtois llegó al Chelsea. En Londres se consolidó como una referencia en la Premier League, pero no pudo dar el gran salto que esperaba. Y cuatro cursos después, tras realizar un Mundial imperial en Rusia, terminó cumpliendo lo que para él era un sueño de infancia y un gran objetivo: jugar en el Real Madrid.
Durante su estancia en el Atleti se convirtió en uno de los jugadores más queridos por la afición colchonera. Sin embargo, ahora es ídolo de la hinchada rival. La primera temporada de Courtois en el equipo blanco no fue lo esperado. No se encontró con un Real Madrid potente y pagó los males del equipo. Sin embargo, con el paso del tiempo, ha sabido crecerse y adaptarse hasta ser uno de los pilares de la reconstrucción de la entidad merengue.
Ahora ya no hay duda de que aquel portero que fue víctima en Lisboa llega a París siendo, con mucha diferencia, el mejor del mundo. Y así lleva siéndolo durante tres temporadas, especialmente esta última, donde ha dado un salto de calidad. Courtois ahora tiene un halo de superioridad que le hace ser casi imbatible. Incluso por encima de los Zamora ganados y de los premios que tanto la FIFA como la UEFA le han quitado por sus controvertidas declaraciones. El Real Madrid vuelve a tener un seguro bajo palos. Un santo, como gusta decir en el Santiago Bernabéu. Y es que el ídolo de infancia de Thibaut era precisamente Iker Casillas.
Courtois quiere su primera Champions y tiene en París una gran revalida. Una oportunidad única de añadir el título más preciado a su palmarés. Enfrente tendrá a jugadores como Salah, Mané, Luis Díaz, Diogo Jota o Firmino. Sin duda alguna, sus guantes serán clave y es que con 'Tibu', el Real Madrid siempre viaja más seguro.
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