Thibaut Courtois ha escrito una de las páginas más brillantes en la historia del Real Madrid. El portero belga ha dado un golpe encima de la mesa y ha disipado todas las dudas, si es que quedaba alguna todavía, sobre quién es el mejor portero del mundo. El cancerbero del conjunto madridista ha sido pieza clave en la consecución de la decimocuarta Champions del conjunto merengue. Un triunfo que ha llegado después del solitario gol de Vinicius en el minuto 59 de la final de París.
Con ese gol le ha bastado a los blancos porque al otro lado, el equipo de Jürgen Klopp se ha encontrado con un auténtico muro. Los británicos se han topado una y otra vez con las manos, los pies y el cuerpo de un Thibaut Courtois excelso que se hizo gigante y que detuvo todos y cada uno de los acercamientos que hicieron los red. La actuación del exportero de equipos como Atlético de Madrid y Chelsea cambió el sino del encuentro.
Courtois realizó en el decisivo choque del Stade de France hasta nueve intervenciones. Llegó a la final siendo el portero que más paradas había realizado en toda la Champions, pero agrandó todavía más su leyenda y su gran temporada con una exhibición antológica. Un recital sin precedentes. Una demostración de talento, fundamentos y dominio de la situación como nunca se recuerda en un escenario tan complejo como es una final de Champions. Courtois ha demostrado ser un portero de otra época y el Liverpool ha pagado este alto precio.
"Ha sido la clave del partido. Ha sido el mejor, ha sido fundamental en sus remontadas y eso no se puede discutir". Así definía un destrozado Jürgen Klopp cómo había sido ver desde la lejanía y la frialdad de su banquillo como el portero belga rompía todas sus ilusiones una jugada tras otra. Daba igual quién estuviera delante. Empezó el partido sacando una mano espectacular a Salah y lo terminó con otra intervención descomunal al egipcio en la portería contraria. Y por el camino, una parada providencial a Sadio Mané en un balón que después se estrelló en el palo.
Era sencillamente imbatible: "He tenido muy buenas sensaciones porque desde la primera parada vi que podía detenerlo todo. Por mi vida hoy ganaba una Champions con el Real Madrid". Así de exultante se mostraba el cancerbero después del choque mientras analizaba un partido que le ha servido para llevarse el MVP de la final. Será difícil encontrar una actuación igual o superior de un guardameta en cualquier otro partido de esta magnitud.
El secreto familiar de Courtois
Sin embargo, Thibaut Courtois ha tenido un impulso secreto y muy especial. Un motor que desde la grada le ha llevado en volandas a hacer el partido con el que siempre había soñado. Y esos han sido sus hijos, los cuales han saltado al césped tras el pitido final para celebrar con su padre el que ya es el éxito más importante de su carrera profesional. El meta que ha dominado el universo del fútbol en los últimos años se hacía terrenal y se derrumbaba celebrando con los más pequeños de la casa una conquista que recordará para siempre. Adriana y Nicolás han sido su mayor inspiración.
El propio Courtois ha reconocido tras el encuentro que esta Champions es muy especial para él. Jugó su primera final hace ocho años, en el 2014, y defendiendo los colores del Atlético de Madrid, el eterno rival de la capital de España. Sin embargo, ahora se ha cambiado de bando, se ha pasado al lado bueno como él mismo decía y ha encontrado la felicidad del éxito. Thibaut, que creció admirando a Iker Casillas, soñaba un día con ser uno de los mejores porteros del mundo, pero no quería quedarse sin ganar una Champions como le ha pasado a otros grandes de las porterías como por ejemplo 'Gigi' Buffon, el caso más recordado.
Sin embargo, el belga tenía claro que este 28 de mayo iba a ser su noche y así lo tenía grabado a fuego en su mente. No obstante, toda esa rabia, esas ganas y esa ilusión terminaron convirtiéndose en un gesto de ternura y amor fraternal cuando vio a sus hijos correr hacia él. El guardameta se fundió en un abrazo eterno con sus pequeños, lo más importante de su vida, y que desde la noche de este sábado comparten morada en su corazón con esta Champions.
"He ganado muchos trofeos, pero no hay nada como ganar la Champions, es tener la mejor sensación del mundo. Esto está a la par del nacimiento de mis hijos que son lo más especial e importante que tengo en mi vida". El portero del Real Madrid, consagrado ya como el mejor del mundo desde hace tiempo, reflejaba con esta afirmación lo valioso que era para él un triunfo que había perseguido durante toda su carrera.
Courtois, además de ser una referencia bajo palos, es un chaval sencillo y humilde que trabaja de manera incansable por ser cada día el mejor. Pero también es un hombre comprometido con su familia y que tiene a sus hijos en el centro de su vida. Por ellos pasó verdaderos apuros personales cuando tuvo que marcharse a Londres para defender los colores del Chelsea mientras ellos se quedaban en Madrid con su expareja, la madre de los pequeños.
Thibaut ahora mantiene una relación con Mishel Gerzig, una modelo israelí que le ha devuelto la ilusión y le ha dado un estatus de bienestar y tranquilidad que se refleja en su brillantez bajo los palos. Ella ha sido quien también le ha acompañado en esta aventura rumbo a París y que ha estado junto a sus hijos durante los momentos en los que el meta ha estado concentrado con el resto de sus compañeros, preparándose para la gran final. Por ello, el momento más especial ha llegado al término del encuentro. El héroe de La Decimocuarta, como será recordado el belga para siempre, fundiéndose en uno con las personas más importantes de su vida después de haber tocado el cielo de París y de haber entrado en el Olimpo del fútbol.
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