Thibaut Courtois (30 años, Bélgica) realizó ante el Liverpool el partido de su vida. No se recuerda una exhibición igual de un portero en la final de la Champions League, incluso la de Casillas ante el Bayer Leverkusen en 2002 queda por debajo en el ránking. Las manos del belga levantaron La Decimocuarta al cielo de París.
El MVP de la final sumó su primera Champions a su palmarés. Tras conocer el amargo sabor de la derrota en Lisboa cuando vestía la camiseta del Atlético de Madrid, ahora estuvo en "el lado bueno de la historia". Así lo afirmó en la previa para confirmarlo en vaticinio un día después en el Stade de France.
Nueves paradas, récord en la historia de las finales de la Champions, para ratificarse como el mejor portero del mundo y agrandar su leyenda en el Real Madrid al igual que sus manos y pies parecieron crecer tras cada tiro del Liverpool. Courtois se convirtió en la peor pesadilla de un Mo Salah que chocó una y otra vez contra el muro de Bree mientras buscaba con ahínco su particular revancha ante el Real Madrid.
De las nueve intervenciones de Courtois, tres de ellas fueron auténticos paradones. El portero sostuvo al Real Madrid en la primera mitad y mantuvo la ventaja del equipo blanco en la última hora del partido tras el gol de Vinicius. De San Casillas a San Courtois. El madridismo ya tiene un nuevo santo al rezar.
Los tres milagros de Courtois en París ocurrieron en los minutos 21, 69 y 82. En el primero, tras disparo de Mané, contó además con la colaboración del poste y de la diosa fortuna para que el balón no terminara en gol. En los otros dos sacó un pie, al más puro estilo guardameta de fútbol sala, y una mano prodigiosa para evitar que Salah mandara la final a la prórroga.
Seis tiros de Salah, uno de Thiago Alcántara, uno de Mané y uno de Diogo Jota. Esos fueron los jugadores del Liverpool que se encontraron con Courtois. Nueve claras ocasiones que el portero del Real Madrid abortó. Una parada tras otra para firmar una exhibición en el Stade de France y poner su nombre en la lista de candidatos del Balón de Oro junto a su compañero Karim Benzema. Tan cierto es que el francés se merece el galardón, como que el guardameta debería escoltarle en el podio.
Clasificados por el lugar de lanzamiento, Courtois tuvo más trabajo con los tiros desde dentro del área (6). Sin embargo, la mayoría se produjeron más cerca de la frontal que del corazón de la zona defendida por el guardameta. Solo un tiro fue desde dentro del área pequeña, el de Diogo Jota en el minuto 82, y dos desde fuera del área, los de Thiago en el minuto 17 y Salah en el minuto 64.
Cuatro de las nueve acciones en las que interviene el portero del Real Madrid son en los primeros 21 minutos de encuentro, una muestra más del inicio arrollador del Liverpool. En esa fase del partido, Courtois fue clave para que el equipo de Ancelotti no se llevara un duro mazazo. Tras el tanto de Vinicius, el belga volvió a ser protagonista con cuatro paradas entre los minutos 64 y 82.
El Real Madrid sufrió mucho, muchísimo. Sin embargo, Courtois no tuvo que emplearse en los últimos 8 minutos de partido. El tramo final del encuentro fue más plácido para el conjunto español y con las interrupciones por los cambios controló también más el ritmo del encuentro.
Si Mijatovic fue el héroe de La Séptima, Raúl el de La Octava, Zidane el de La Novena, Sergio Ramos el de La Décima y el de La Undécima, Cristiano el de La Duodécima y Bale el de La Decimotercera, esta última Champions siempre será la de Courtois. La 'DecimoCourtois'. Un belga reinando en París gracias a sus manos.
Más allá de la final, la temporada de Courtois ha sido para enmarcar. Clave en La Liga y clave en la Champions. Contra el Chelsea dejó un vuelo para el recuerdo para salvar una tiro de Azpilicueta que iba dirección a la escuadra. Ante el City sacó un pie imposible para desviar unos centímetros un lanzamiento de Grealish que sentenciaba al Real Madrid unos minutos antes de la remontada. Paradas que dan partidos. Paradas que dan títulos.
De su final se recordarán para todos los tiempos sus tres milagros. Ni Mané ni Salah consiguieron marcar. El partido perfecto de Thibaut Courtois se enseñará en todas las escuelas de guardametas. El belga sacó todo su repertorio de recursos y dejó la portería a cero. Un portero dominante y un héroe sin capa, pero que vuela como los mejores dibujos animados.
Minuto 21
El primer milagro de Courtois en París fue una increíble mano a Mané en el minuto 21. El senegalés dribla a Casemiro y Militao y se saca un latigazo pegado al palo. Thibaut estira su brazo derecho y consigue desviar la pelota. El belga contó en esta ocasión con la colaboración del poste y de la diosa fortuna. El balón da en la madera y a punto está de rebotar en la espalda del guardameta. La suerte también cuenta y este sábado 28 de mayo estaba vestida de blanca. Courtois y el Real Madrid sobrevivieron al inicio arrollador del Liverpool para mantener el 0-0 en el marcador.
Minuto 69
Tras el gol de Vinicius, el Real Madrid sufrió mucho. Fue entonces cuando Salah se echó a los reds a la espalda. Sin embargo, el egipcio se encontró una y otra vez con Courtois. En el minuto 69, un balón a segundo palo es tocado por Salah casi en la línea de fondo y el portero belga saca su pierna izquierda para evitar a bocajarro el gol. Una parada más propia de un guardameta de fútbol sala y que recuerda mucho a una que realizó Casillas en el descuento de la final de Glasgow contra el Bayer Leverkusen.
Minuto 82
La última intervención de Courtois llegó en el minuto 82. Ahí acabó el peligro del Liverpool, pero la ocasión de Salah fue clarísima. El egipcio gana el duelo a Mendy y saca un disparo duro y seco con su pierna derecha, muy cerca de la portería blanca. El potente tiro cruzado va cogiendo altura hasta que Courtois se estira como el icónico Boomer, el de los chicles en los 90, para evitar que el partido se fuera a la prórroga con su brazo derecho. El belga puso el brazo duro para que la fuerza que llevaba el balón no se lo doblara. Un último milagro que sirvió para que las manos de Courtois levantaran La Decimocuarta al cielo de París.