Cuando Fede Valverde llegó al Real Madrid no lo hizo ni mucho menos como un fichaje de campanillas. Los responsables del club le ficharon de Peñarol con 18 años como un proyecto a futuro que primero tenía que pasar por la 'mili' del Castilla. Ahora, seis años después, Valverde es uno de los centrocampistas más cotizados del mundo, sin cumplir aún los 24 años ya es clave en el equipo de Ancelotti y ha conquistado una Champions en la que ha sido determinante.
Pero no ha sido fácil, triunfar en un club como el Real Madrid nunca lo es. El 'Pajarito' llegó para jugar en 2ªB, algo que hizo durante una temporada que le sirvió para aclimatarse a su nueva vida en España. Durante ese primer año jugó 30 partidos con el Castilla que ya llamaron la atención de otros equipos. El Real Madrid, que en ese momento contaba con un centro del campo en el que Casemiro, Modric, Kroos e Isco deslumbraban a Europa, no tenía hueco para el joven jugador.
Pero en el club sabían que tenían un diamante en bruto y no se querían desprender de él. Su siguiente paso fue irse cedido al Deportivo de La Coruña, una temporada en un club histórico que le ayudó a crecer. Una campaña en la que debutó en Primera División y disputó 25 partidos, pero donde se llevó también su primera gran decepción, el descenso del equipo gallego a Segunda División.
"Decidí ir al Dépor con las ganas de jugar y dar lo máximo por el escudo que me tocaba defender. Lo dejé todo, dejé una imagen luchadora pero lamentablemente los objetivos grupales no se consiguieron y queda esa espinita", dijo al respecto.
Esa misma temporada el Real Madrid conquistaba su 13ª Champions, la tercera seguida. Pero llegaba el momento de un cambio importante, después de nueve años se marchaba Cristiano Ronaldo y también el entrenador, Zinedine Zidane. Era el momento de dar paso a jóvenes como Vinicius y el propio Valverde, que a partir de ahí se convertiría en jugador de pleno derecho de la primera plantilla del Real Madrid.
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Pero la temporada no acompañó en su primer año. Tres entrenadores, ningún título y un equipo que estaba deprimido tras varias campañas de gloria. Valverde mostró algunas cualidades que le siguen acompañando: potencia, despliegue físico, llegada al área rival y criterio con la pelota, pero no era consistente. Jugó un total de 25 partidos ese año.
Entonces creció, en la temporada 2019/2020 dio un salto en cuanto a importancia en la plantilla. Sabiendo que con el trío Kroos-Casemiro-Modric iba a tener casi imposible la titularidad, se convirtió en el primer suplente del centro del campo, actuando en ocasiones en banda derecha y como cuarto centrocampista.
Esa polivalencia le ayudó tanto a él como al equipo, que acabó ganando la Supercopa de España y la recordada Liga del covid. Sus cifras no mintieron llegados a ese punto: 44 partidos, dos goles y cinco asistencias. Además, se empezó a ganar el respeto y admiración de los madridistas por su incansable trabajo.
Sin embargo, al comienzo de la temporada 2020/2021 las cosas se volvieron a torcer. Valverde no encontró ni su mejor forma ni su mejor fútbol, y por si fuera poco en noviembre de 2020 se lesionó de la espinilla. Podría haber sido un breve alto en el camino, pero no lo fue. Después de aquel percance acumuló otras tres lesiones y dos contagios por covid.
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Una racha que se alargó hasta finales de 2021 y en la que por medio el Madrid tuvo una temporada en blanco con innumerables lesiones y cambió de entrenador en verano. De nuevo se marchaba Zidane y llegaba Carlo Ancelotti. Valverde no partía como indiscutible al comienzo de esta temporada, cabe destacar que durante toda su carrera en el club blanco ha tenido que pelear contra un imposible, quitarle un puesto a Modric, Kroos o Casemiro. Pero Valverde nunca se rindió, apostó fuerte por seguir en el Real Madrid y esperó a que llegaran las oportunidades. Y llegaron.
Con la entrada de 2022 el Madrid ganaba la Supercopa de España en la que fue clave Valverde. Su gol en la prórroga de la semifinal frente al Barcelona le daba el pase a la final contra el Athletic y al posterior título. Desde ese momento, el uruguayo fue hacia arriba, el 'Pajarito' se convirtió en 'Halcón', como acuñaron sus compatriotas y fue determinante en el resto de la temporada.
Primero Ancelotti supo encontrarle acomodo en el esquema, ya fuera como cuarto centrocampista en un 4-4-2 o sustituyendo a Kroos o Modric cuando no estuvieran. Su espíritu infatigable junto a la capacidad física de Camavinga y Casemiro sostuvieron al Madrid en los momentos más difíciles de la temporada, en la Champions.
Con la Supercopa en la vitrina y la Liga en el bolsillo, el Madrid afrontaba una Champions que parecía imposible. Cada cruce más difícil que el anterior, rivales poderosísimos y marcadores que pedían mucho más que una hombrada. En todos esos partidos estuvo Valverde, y en todos acabó siendo importante para que el Real Madrid alcanzara su objetivo, la final de la Champions.
Clave en la 14ª
Por el camino Valverde desarrolló una característica que, si bien la traía de serie, la utilizaba poco, el disparo lejano. No sirvió para marcar muchos goles (solo ha conseguido uno este año), pero sí era una nueva arma para amenazar defensas cerradas y ampliaba el abanico ofensivo del Real Madrid.
Llegado el 28 de mayo, Fede Valverde era titular en su primera final de la Champions contra uno de los mejores equipos del mundo, el Liverpool. El reto era mayúsculo para un equipo en el que muchos jugadores jamás habían llegado tan lejos y otros peleaban por conseguir la que podía ser su quinta Champions League.
Esa mezcla de veteranos y noveles encontró en el minuto 58 de partido a Fede Valverde en la banda derecha, que no dudó y comenzó una carrera que acabó con uno de sus potentes diparos. El chut con el empeine no encontró portería, pero sí sirvió para llegar hasta los pies de Vinicius, que marcó a placer gracias a la asistencia del 'charrúa'. El marcador no se movería y el 'Halcón' era, con 23 años y tras cuatro temporadas en el Real Madrid, campeón de Europa.
Ahora, afronta la temporada 2022/2023 como uno de los mejores centrocampistas jóvenes del mundo, con contrato hasta 2027 y una cláusula de rescisión de 1.000 millones de euros. Una cifra para espantar a los muchos clubes a los que les gustaría contar con el futbolista uruguayo en sus equipos, aunque él lo tiene claro: "Mi sueño era jugar en el Real Madrid", dijo justo antes de levantar la Champions en la final de París.