El Real Madrid cuenta los días para arrancar la pretemporada. Valdebebas volverá a abrir sus puertas al primer equipo este viernes 8 de julio y comenzará la actividad veraniega. En las oficinas hay mayor tranquilidad tras los fichajes de Rüdiger y Tchouameni y se pone el foco a las salidas. Pero la puerta de llegadas no está todavía cerrada del todo.
No hay nada concreto en estos momentos, pero el Madrid sigue peinando el mercado por si toca acudir a él durante los dos próximos meses. Eso lo marcará el apartado de bajas, que por ahora solo lo conforman Marcelo, Isco Alarcón y Gareth Bale, que acababan contrato. Lo que sí es oficial es la venta de dos canteranos, Mario Gila y Víctor Chust, de los que se guarda el club un 50% de los derechos.
La veda en el primer equipo se volverá a abrir pronto. Se hará con Luka Jovic, a quien solo le falta firmar su contrato para convertirse en futbolista de la Fiorentina. El serbio se irá sin dijar ingresos, pero quedándose el Madrid con el mismo porcentaje sobre una futura venta que en el caso de Gila y Chust.
Pendientes de Mariano y Mayoral
Jovic no será el único delantero que saldrá del Real Madrid. Lo hizo ya Bale y, tras el serbio, vendrán más. En la posición de '9' hay dos nombres señalados, los de Mariano Díaz y Borja Mayoral. El plan en el staff del primer equipo está casi decidido: dar salida al primero y quedarse con el segundo, que vuelve de su cesión al Getafe. Pero no hay nada definitivo en cuanto al que será el suplente de Karim Benzema el curso que viene.
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El problema con Mariano es el mismo de las últimas ventanas de traspaso: su contrato. Los cinco millones netos que cobra no son asumibles para casi nadie de los interesados, pero el tiempo corre en contra del delantero. En un año acaba su contrato con el Madrid y si luego quiere agarrar otro bueno en otro equipo deberá asegurarse minutos este curso. Si se queda, su rol y participación seguirá siendo la del curso pasado.
En cuanto a Mayoral, la opción que gusta a Ancelotti para tener en el banquillo, las dudas responden al propio jugador. No tiene claro si lo mejor para él es ser el suplente de Benzema, por los reducidos minutos que eso le pueda garantizar. Su futuro se empezará a decidir cuando se incorpore a la pretemporada el viernes.
Dependiendo de lo que ocurra con estos dos nombres, el Madrid tiene claro sus pasos siguientes a dar. En caso de quedarse Mayoral o Mariano el tercer punta del equipo será Juanmi Latasa, cuya salida del Castilla se ha frenado por las altas posibilidades que tiene de entrar en dinámica del primer equipo. Y si salen los dos, además de Latasa, el club blanco rastreará en el mercado un '9' que pueda cumplir en un rol secundario.
Gnabry por Asensio
El otro hueco que quedaría en la plantilla lo marcaría la salida de Marco Asensio. El mallorquín, con ayuda de Jorge Mendes, busca opciones en el mercado, mientras que la postura del Real Madrid es clara: renueva o se abrirá la puerta a su salida. El delantero acaba contrato en 2023 y la oferta que le hace el club blanco para firmar otro contrato es mantener las condiciones económicas actuales.
Si Asensio se va -el Madrid le vendería por una cantidad entre 35-40 millones-, llegará un reemplazo. Hace falta para perfilar las bandas de ataque, aunque Lucas Vázquez vuelva a ocupar sitio en la zona ofensiva si Álvaro Odriozola -otro que vuelve de cesión- se queda como suplente de Dani Carvajal. Haría falta una ficha más para completar una nómina en la que figuran también Vinicius, Rodrygo y Hazard, aunque estos dos últimos pueden ocupar una posición más centrada en el campo si así se requiere.
Para sustituir a Asensio si hay un nombre destacado sobre la mesa, a diferencia del '9' que pueda llegar de fuera. Serge Gnabry, del Bayern Múnich, está en agenda desde hace tiempo. No es la única opción, pero sí la que más gusta por su precio -acaba contrato en 2023- y por su predisposición a jugar en el Madrid, aunque el club bávaro está insistiendo en las últimas fechas en su renovación.
Tranquilidad en el Real Madrid ante los fichajes, pero no se descarta nada. Lo que no habrá será grandes esfuerzos económicos. La gran inversión ha sido Tchouameni (80 millones) y la apuesta por Rüdiger también es firme, dando al alemán un sueldo encuadrado en la mitad alta de la plantilla. El verano admite sorpresas, pero antes tocan las salidas.